Lorenzo lo perdió todo por culpa de su ambiciosa esposa, quien no solo le bastó con abandonarlo por su amante y llevarse a su hija, sino, que también hizo que lo metieran a la cárcel.
Durante dos años su único deseo era salir para poder recuperar a su hija y vengarse de quienes le arruinaron la vida. Su oportunidad se presenta cuando el hijo de un mafioso, quien se parece a él, es asesinado y el padre de este le propone tomar su lugar.
Ahora Lorenzo tiene el poder para conseguir su venganza y recuperar lo que le fue arrebatado.
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Está muerto
No sé cuanto tiempo estuvo inconsciente a causa del disparo en mi pecho. Fui abriendo los ojos lentamente, todo a mi alrededor estaba en total oscuridad.
Me sentía raro, por un segundo pensé que había muerto. Sin embargo, el dolor en el torso me hizo comprobar que no.
Volví a cerrar los ojos, mi mente me estaba jugando una mala jugada. Apreté mis puños con fuerza, mientras recordaba todo lo que había vivido.
Ligeras gotas de sudor caían de mi frente. Mi boca estaba seca, era como si llevara mucho tiempo sin beber un poco de agua.
Volví abrir los ojos. Enderecé mi espalda con dificultad. Observó con curiosidad la habitación. Era oscura, tan oscura como la noche.
Una venda blanca cubre parte de mi torso, el dolor era intenso, pero soportable. Llevó mi mano a mi pecho, para ser exacto, en el lugar donde Lorenzo Córdoba me disparó.
Observé más la recámara, me gusta cómo está decorada. Da la sensación de ser misteriosa.
Solo unas cuantas lámparas alumbran el interior de la habitación. Intentó levantarme, sin embargo, mis pies no tienen fuerza.
Escuchó la voz suave y gentil de una mujer al interior.
______ Señor Córdoba, no se puede levantar. Todavía está muy débil.
Eleve la mirada, observando una silueta delgada salir de la oscuridad. La chica con uniforme blanco, era realmente bella.
Ojos grandes de color verdes, piel blanca, y cabello negro. Era una belleza de mujer, parecía un ángel, combinado con un hermoso demonio.
Esa mujer más adelante se convertiría en mi más grande obsesión.
_____ ¿Quién eres tú? _____ Le preguntó en un tono cortante y frío.
Ella sonríe, se acercó a mí y me da un vaso de cristal con agua. Me ayudó a beber un poco de agua.
______ Mi nombre es Cecilia, soy su enfermera desde hace dos semanas. ____ Responde con un tono de voz muy angelical.
______ ¿Cecilia? ____ Susurre entre dientes.
______ Sí. Ese es mi nombre. Espero y nos pidamos llevar bien. ____ Agrega, sin borrar esa sonrisa de sus labios.
La chica me ayudó a volver a la cama, acomodó mis almohadas detrás de mi espalda. Me sentía más cómodo.
_____ ¿En dónde estoy? ____ Le pregunté confundido.
Lo único que recordaba era estar en la camioneta, y ser disparado por Lorenzo Córdoba. De todo lo demás, no recuerdo nada.
_____ No sabría contestarle esa pregunta, señor Córdoba. Debería preguntarle a ese hombre que siempre anda aquí de metiche.
_____ Creo que su nombre es Armando.
Cecilia giró su cuerpo, lleva el vaso a una mesa que se encontraba en el centro de la recámara. Luego saca unas pastillas y las coloca perfectamente en orden.
______ ¿Por qué me llamas señor Córdoba?
Ella gira su cuerpo, sin borrar la sonrisa de sus labios. Cecilia tenía un brillo distinto en su mirada.
______ Usted, es un hombre muy poderoso. Debió borrarle la mente cuando fue herido, pero con los días lo irá recordando. ____ Me contestó.
Cuando le iba a hacer otra pregunta, la puerta se abre. Un hombre de edad media entra, vestido con un esmoquin entra a la recámara. Al ver al hombre, chica inclinó la cabeza.
Con un gesto con su mano, el hombre le ordenó a la chica retirarse, ella no dice nada, obedeciendo la orden.
Nos quedamos callados, él se encarga de cerrar la puerta por dentro.
Vuelve acercarse a la cama, donde estoy yo, me observa en silencio.
_____ Señor Lorenzo, me alegra verlo consiente. El médico de la familia viene para acá. _____ El hombre hace una reverencia delante de mí, mantiene su cabeza inclinada.
_______ Sabes bien que no soy Lorenzo Córdoba. ¿Por qué estoy aquí? _____ No puedo evitar hacerle esa pregunta.
Necesitaba respuestas, mi mente era un caos. Necesitaba saber que fue lo que pasó después del disparo, ¿cómo es qué paré aquí? ¿Dónde está el verdadero Lorenzo Córdoba?
______ Me temo que está equivocado. Para todos usted es el señor Córdoba, debería entender eso... _____ Agrega, manteniendo la cabeza baja.
Me sentía como su fuera el conde Montecristo de esta historia. A casó ambos fuimos heridos he intercambiamos de cuerpo.
...¡No, no!...
Sería una estupidez de mi partepensar eso. Hay algo más detrás de todo esto.
Luego de pasar dos años dentro de una cárcel y pasar tantas cosas; ser disparado por el hombre al cual consideraba un amigo.
Es tan confuso todo.
Me levanté de la cama, caminé hasta donde esta el hombre, lo tome de los hombros y lo arrojó violentamente a la cama.
Mis manos lo sueltan y una de mis manos se coloca en el cuello del hombre.
_____ ¡Tienes dos segundos para decirme que fue lo que paso, o te juro por lo más sagrado que tengo que no vas a salir con vida de esta habitación!
No estaba jugando, ya no era más el hombre de hace dos años, estaba dispuesto a mancharme las manos de sangre si era necesario.
______ ¡El señor Lorenzo está muerto! _____ Soltó asustado.
_____ Muerto... Eso no puede ser, yo lo vi salir de la camioneta, junto al otro hombre. _____ Respondí, con seguridad.
_____ Sí... Sin embargo, hubo una infierno, volaban balas por todos lados, el señor Lorenzo Córdoba fue ejecutado en el sitio... Pero eso nadie lo sabe.
_______ Su cuerpo fue velado y enterrado hace dos semanas. A nadie le conviene que se sepa de su muerte. Por esa razón el señor Córdoba, el padre del difunto, ordenó traerlo aquí.
_____ Usted será desde ahora el hijo de Samuel Córdoba. Líder de una de las más grandes organizaciones de todo el mundo. Tendrá el mundo a sus pies.
Recuerdo que solté a ese hombre, estaba atónito. No esperaba tomar el mando de una organización delictiva.
Me había imaginado, ser el sirviente de Lorenzo Córdoba. Tener la oportunidad de trabajar para él y poder obtener el dinero suficiente para comenzar mi venganza.
Sin embargo, la vida me bendice o me maldice con esta oportunidad.
_____ ¿Y sí me niego?
_____ Su hija Lisa, o Marcia, como le quiera llamar, desaparecerá de la paz de la tierra. Nadie desobedece una orden de Samuel Córdoba. _____ Responde el hombre.
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