Una semana antes de su boda, Amelia, de 25 años, descubrió que su prometido la engañaba con su mejor amiga Lisa… y que ella está embarazada, sintiéndose asqueada, decepcionada y traicionada, Amelia se negó a derramar una sola lágrima porque no les daría el gusto de verla rota, así que en silencio, trazó un plan: avergonzarlo públicamente el día de la boda y poner fin a una relación construida sobre mentiras y lo que comenzó como una humillación planeada se convirtió en el primer paso hacia una nueva vida, donde Amelia ya no será la víctima, sino la autora de su propio destino.
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Capítulo XXIV:La mujer que le da un consejo a un traidor
Richard caminó hasta la habitación principal y encontró a Isabel profundamente dormida, y a pesar de que estaba cansado de ella era un hombre muy considerado así que no hizo mucho ruido, tomó muchas de sus cosas y se dirigió a la habitación de invitados, pensando que en los próximos dos días debía empacar para mudarse.
—Me siento muy cansado, pero a la vez muy feliz — admitió Richard.
Entre tanto Ezra hacía un borrador del menú para la fiesta de cumpleaños y le escribía a Amelia para consultarle sobre las preferencias de su padre, estaba muy nervioso, aunque en el pasado había trabajado para clientes muy exigentes, esta vez era diferente porque era para la familia de Amelia.
—¿Crees que, a tu papá, le guste estas opciones? — preguntó Ezra con el ceño fruncido.
Amelia leía con interés todas las propuestas y negaba con la cabeza con diversión, pensando en que Ezra se estaba exigiendo demasiado, para el menú de una fiesta de cumpleaños organizada de forma improvisada.
—Ezra, todo suena delicioso—dijo Amelia pensando en la deliciosa comida que probó la noche anterior.
Ezra asentía y continuaba tomando nota de las sugerencias de Amelia porque en ese momento no era el amigo de la infancia sino un chef profesional, obsesionado con ofrecer un servicio de calidad.
—Gracias Amelia, tendré en cuenta tus sugerencias — dijo Ezra —Y el viernes mientras vemos el video podemos hacer una cata.
Amelia sonrió pensando en ese día, aunque no tenía idea de que haría la amiga de Ezra, pero estaba segura que lo que sea que pasara no faltarían las risas.
Tomás resoplaba en su habitación revisando las notas que tenía del caso, sabía que su cliente era culpable y no mostraba arrepentimiento, al día siguiente debía entrevistarse con la víctima y ya le habían advertido que era una mujer con un carácter muy difícil, se tomó un descanso y revisó su teléfono y entre los muchos mensajes de Lisa solo esperaba leer uno de Amelia, los cuales siempre estaban llenos de buenos deseos, pero por el contrario solo encontró un seco “Buenas noches”, quiso llamarla pero entró una llamada y se emocionó hasta que descubrió que se trataba de Lisa.
—Creí que vendrías a visitarme esta noche—le dijo con un tono de reproche.
—Lisa te dije que estoy muy ocupado.
—Esta bien te disculpo por esta noche … pero me imagino que vienes mañana.
—Sobre eso Lisa … que nos vamos a casar no quiere decir que vamos a vivir juntos.
Tomás alejó el teléfono de su oído porque los gritos de Lisa sonaban como los de una banshee, era muy exasperante y una sensación parecida al arrepentimiento comenzaba a recorrer su cuerpo, porque incluso las discusiones con Amelia no eran tan intensas ni frecuentes.
—Lisa, estás embarazada no es bueno para tu salud enojarte todo el tiempo, ¿Sabes que me estás cansando?
Lisa tragó saliva al darse cuenta de que estaba agobiando a Tomás así que decidió suavizar su tono, al final la conversación entre ambos subió de tono y Tomás tuvo que ir al baño para autocomplacerse y cuando terminó se sentía muy satisfecho y relajado.
—Gracias bebé eres la mejor— dijo con lujuria.
Lisa estaba llena de inseguridades porque sabía que Tomás solo la consideraba deseable, no obstante, ella quería algo más.
—¿Soy mejor que Amelia?
Tomás guardó silencio por un momento porque comenzaba a molestarle cada vez que Lisa le hacía esa pregunta, y no sabía que le estaba pasando, pero últimamente cuando se trataba de comparar a ambas mujeres resultaba que lo único que le molestaba de Amelia era su talla plus.
—Lisa es tarde, ya ve a dormir — dijo antes de colgar.
Jueves 06 de abril de 1995…
Tomás esa mañana se levantó muy temprano y fue a la cocina y vio como su padre tomaba las llaves del auto y salía de casa con un bolso deportivo al hombro, se encogió de hombros y fue hasta la cafetera para servirse una taza de café.
—Definitivamente es la andropausia — murmuró con burla y luego suspiró —Necesito llamar a Amelia porque seguro está furiosa porque me negué a ir al registro civil con ella este viernes.
Tomás estaba lleno de orgullo esa mañana, luego pensó en que tenía otro problema y era la luna de miel, con el caso Rodríguez — Pérez tan atrasado no podría viajar, y eso si que lo lamentaba, después de todo Amelia se había esforzado mucho para planificarlo.
—Podemos ir después … estoy seguro que podré compensarla— dijo con pesar—Aunque es una lástima porque realmente me gustaba el itinerario del viaje.
Amelia esa mañana estaba organizando su maleta de equipaje y el ambiente era muy festivo, se sentía expectante por los hechos que pronto ocurrirían y para su asombro recibió una llamada de Tomás y este le hablaba en un tono de voz muy amable.
—Hola Mely, te pido disculpas por mi ausencia durante estos últimos días, pero necesito decirte algo.
Amelia tuvo que hacer un gran esfuerzo para no insultarlo, porque sabía todo lo que había hecho y el tamaño de su traición, aunque pensó que tal vez sería sincero con ella.
—Descuida Tom, sé que estás muy ocupado con un caso— respondió Amelia conteniéndose.
El hecho de que Tomás se hiciera cargo del caso Rodríguez — Pérez ya era muy conocido, y Amelia sabía que su padre tenía mucho que ver en eso, pero no se sintió culpable porque una lección de humildad le vendría muy bien a Tomás.
—No tienes ni idea de la locura que es el caso que me asignaron — admitió Tomás.
Tomás sin darse cuenta comenzó a compartir detalle con Amelia como en el pasado sin notar que ella esta vez no le respondió con el mismo entusiasmo, pero ese siempre fue el problema de Tomás era muy egocéntrico para notar las necesidades de los demás.
—Supongo que es muy complicado— respondió Amelia con descuido.
Amelia observaba su maleta a medio hacer y deseaba que esa llamada terminara de una vez.
—Lo siento por lo del registro civil … pero prometo compensante —dijo Tomás con un tono de culpa.
Amelia negó con la cabeza pensando en como supuestamente pensaba compensarla porque no había manera en esta vida que pudiera perdonarle que tuviera una aventura con Lisa, la embarazara y se casara con ella antes del día de la ceremonia de bodas.
—¿Y cómo piensas hacerlo? — preguntó Amelia mas por curiosidad que por interés.
La pregunta de Amelia lo descolocó por completo porque su plan no llegaba hasta ese punto incluso, además de que gracias al caso Rodríguez — Pérez, la luna de miel estaba suspendida, y mientras se devanaba los sesos pensando en una respuesta ella se adelantó.
—Necesito colgar porque estoy muy ocupada — dijo con un tono de impaciencia.
—Mely…
—Déjame adivinar: me llamaste para decirme que la luna de miel está suspendida.
Tomás tragó saliva y se sintió agraviado porque la llamó con su mejor actitud para darle cara, pero ella le respondió de forma muy sarcástica.
—Ya que lo sabes entonces no te enojes, te dije que voy a compensarte —dijo Tomás con un tono de voz severo— Pero mi trabajo es lo más importante.
—No veo como puedas compensarlo— dijo Amelia con un tono de voz muy frío y cortante— pero por los viejos tiempos te sugeriría que te recusaras del caso Rodríguez —Pérez y renunciaras al bufete.
Amelia colgó la llamada dejando a Tomás con una desagradable sensación que le oprimía el pecho, porque sabía que no había manera que alguna vez pudiera compensarla y que lo que ella le sugería era un buen consejo, pero como siempre su ego fue más fuerte e ignoró lo que su propia voz interior le gritaba.
—¿Por qué le das un consejo a ese patán? — preguntó Josefina con el ceño fruncido y la voz cargada de indignación.
Amelia sonrió con un toque de malicia porque fue intencional lo que acababa de hacer, ya que nada produce más nostalgia recordar cuando todo se va al trasto a quien siempre te trató bien y que a pesar de tu traición te dio un buen consejo.
—Porque cuando su vida se convierta en caos — dijo Amelia con calma— Siempre va a recordar que incluso a pesar de que me engañó, yo traté de ayudarlo.
Josefina asintió con orgullo porque esa era una fuerte bofetada en el rostro de Lisa, la cual, si bien se iba a casar con Tomás, jamás sería considerada por él como la mejor.
—Hermanita, has crecido mucho estos últimos días y estoy muy orgullosa — dijo Josefina con ternura— Ahora continuemos haciendo el equipaje porque mañana será un día muy largo.
Isabel si con ese sueño te levantaste vuélvete a dormir para que sigas soñando ya Richard está viendo otro rumbo y anda con Clara aunque son amigos quien sabe cómo terminen.
Richard y Clara terminarán como pareja y se entienden muy bien.
Miguel veremos qué pasará con tu vida sentimental.
Josefina tu sospechas, te lo imaginas o ya sabes que estás en la dulce espera se adelantaron los planes me imagino tu esposo, tu papá y Amelia cuando lo sepan.
Por fin Amelia cerraste ese ciclo en tu vida ahora a seguir para delante y sin mirar atrás.
Lisa otra ilusa que creé Tomas la está defendiendo por ser su esposa que fuera de la realidad está otra más que cuando caiga de la nube el trancazo será durísimo.
Tomas ya piso tierra y sabe o se imagina lo que le espera con todo lo que hizo.
Mientras Amelia, Josefina y Kate salen de vacaciones felices yo creo que la acidez de Josefina es un bebé a bordo 🚼 veremos si la deja disfrutar de esas vacaciones.
lo que van a vivir ambos es un infierno