Su nombre es Mia Velasquez, ella justo a dos amigas había habían viajado a una hermosa isla en el mediterráneo remota, con una cultura impresionante aunque desconocida para muchos, lo más atractivo de ese lugar es que aún existía la monarquía.
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Capítulo 04.
Luego de tomar su biberón y que la niña se quedara dormida nuevamente. Ella se dio un baño y se preparo el desayuno. Cuando estuvo lista para ya irse al trabajo. Alisto también a Julie con un lindo vestidito purpura.
Tomo sus cosas y salió del apartamento, bajo en el ascensor hasta el piso de la mamá de Frank que se había ofrecido a cuidarla mientras el mercado estaba cerrado, para Mia era bueno así que ahorraba dinero en una niñera.
Toco la puerta, enseguida abrió la señora Denisse.
- Buenos días, señora Denisse.
- Buenos días, Mia. ¿Cómo está la princesita?— Tomando a la bebé en sus brazos y también el bolso de las cosas de la niña.
- Pues bien, aunque ya comenzando a adaptarse a dormir todas sus horas, así tengo más tiempo para descansar.
- Si, siempre son los bebes luego se acostumbran, aquí está mi hijo que vino a desayunar, pasa.
Mia entro al apartamento, vio que Frank se acercaba a ella con aquel traje color negro y su corbata gris clara. Se veía mayor y atractivo eso que tenía unos veinticuatro años.
La saludo cariñosamente.
- Hola, Julie— Dándole un beso a la bebé que dormía en brazos de su mamá— ¿Te llevo al trabajo Mia?
- Si, gracias—Sonrió, luego de despedirse de su hija, se fue con Frank en su camioneta.
- Cada día esta más grande y hermosa tu hija—Sonriendo, mientras tenía la mirada concentrada en la carretera.
- Si, cada día se parece a...—Se quedo callada iba a decir: Su padre. Frank entendió lo que quería decir.
- Algún día él lo sabrá. Tiene que responsabilizarse—Refiriéndose al padre de Julie—Se que no te gusta hablar de eso pero...
- Exacto tu lo has dicho no me gusta, mejor dejemos el tema—Murmura incómoda ya se había hecho la idea que Sebastián nunca volverá a su vida.
- Está bien lo siento—Se disculpo, sintiéndose mal por Mia.
Mia miro hacia la ventana del auto, no había día que no pensará en Sebastián no salía de su cabeza, sabía que Frank quería algo mas allá que una amistad, pero no podía su corazón no se lo permitía.
Llegaron a la empresa había un gran revuelo, sin entender nada entraron, Mia se apresuró a dejar su bolso en su escritorio.
- ¿Qué pasará?—Le pregunto a Frank que estaba igual de desconcertado que ella.
- Ni idea, voy averiguar que pasa aquí.
Mia se sentó, comenzó a trabajar en algunos archivos pendientes, que le había comendado su jefe.
Luego de unos minutos, llego Frank nuevamente con una gran sonrisa.
- ¿Qué averiguaste?
- La familia real nos ha invitado a un baile mañana por la noche, mi papá esta brincando en un pie de la felicidad al parecer solo invitaron a la gente más importante de las islas y harán un gran anuncio, me imagino que se trata que el príncipe ahora será el rey.
- Eso es una gran noticia—Dice emocionada— Sin duda sería una oportunidad única poder ir a conocer a la familia real y ¿Tú los conoces?—Mientras prendía el computador.
- Si, los he visto un par de veces pero de lejos, al único que conozco en persona es al Rey Miguel que vino hace unos años a esta empresa pero a los demás no mucho.
- Wow, me encantaría conocerlos, eso también fue uno de los motivos por el cual decidí venir a las islas de Villa Hermosa.
- Creo que se te va a cumplir ese sueño—Le dijo sonriendo.
- ¿Como así?—Pregunto con curiosidad.
- ¿Quieres ir conmigo al baile de la familia real? Papá me ha dado dos invitaciones y quiero llevarte. — Enseñándole las invitaciones que había ocultado en su chaqueta.
- ¿Lo dices en serio?—Le pregunto emocionada, él asintió.
- Si, veo que te gusta mucho la historia de mi país y que mejor manera de invitarte para que conozca más este lugar.
- Gracias de verdad—Se levanto y le dio un beso en la mejilla, cuando se separaron tuvo la intención de besarla en la boca pero se arrepintió.
- Voy a terminar unos trabajos— Se alejo algo apenado.
Mia pensó tal vez que debería darse una oportunidad en el amor, su hija necesitaría un padre y era demasiado bueno con las dos.
Al terminar la jornada laboral. Frank de nuevo se ofreció a llevarla a su apartamento.
- Gracias por traerme, eres muy amable—Sonrió.
- No es nada, ya quiero que sea mañana para poder asistir a ese baile contigo— Tomando su mano.
Mia se sonrojo ligeramente.
- Yo igual, hasta mañana—Se le acerco le dio un beso en la comisura del labio, Frank se fue con una sonrisa en su rostro de mucha satisfacción.
Mia subió a su edificio, tomo el ascensor para ir al apartamento de la señora Carmen para buscar a su pequeña la había extraño mucho.
- ¿Cómo se porto mi nenita?—Tomándola en sus brazos a su hija.
- De lo mejor como siempre, es un ángel ¿y mi hijo? Qué raro que no vino contigo.
- Es que se fue a terminar de arreglar su casa.
- Aún no puedo creer que se haya mudado ahora me he quedado sola—Dice con tristeza, a Mia se le encoge el corazón verla así.
Sabia por la señora Denisse que hace cinco años se había divorciado del padre de Frank y sus otros dos hijos ya habían hecho su vida en otro lado.
- No está sola, nos tiene a Julie y a mí para hacerle compañía.
Denisse sonrió complacida.
- Señora Denisse quiero pedirle un favor.
- Si, dime.
- Es que mañana en la noche asistiré a un baile con la familia real—Sonriendo—Me preguntaba si puede cuidar a Julie.
- Claro que si Mia encantada de cuidar a tu hija, cada vez que me lo pidas.
Agradecida con Denisse, Mia se fue a su apartamento y coloco a su hija en la cuna, se dio un baño y luego de vestirse con su bata para ir a dormir. Fue a la cocina a prepararse algo de comer, cuando tocaron la puerta. Por alguna razón se sobresalto tal vez sería Sebastián pero era algo casi imposible, dejo su plato sobre la mesa y se fue abrir la puerta para su sorpresa era Frank.
- Hola, pasa—Se hizo a un lado para que entrara— ¿Qué haces aquí?
- Quiero hablar contigo y no puedo esperar hasta mañana.
- ¿Qué será eso que debemos hablar?—Pregunto intrigada.