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La Mujer Que No Soñé

La Mujer Que No Soñé

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Completas / Malentendidos / Romance de oficina
Popularitas:669.9k
Nilai: 4.6
nombre de autor: @ngel@zul

Alejandro es un exitoso empresario que tiene un concepto erróneo sobre las mujeres. Para él cuánto más discreta se vean, mejores mujeres son.
Isabella, es una joven que ha sufrido una gran pérdida, que a pesar de todo seguirá adelante. También es todo lo que Alejandro detesta, decidida, libre para expresarse.
Indefectiblemente sus caminos se cruzarán, y el caos va a desatarse entre ellos.

NovelToon tiene autorización de @ngel@zul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Contratiempos en la oficina

Frustrado, confundido y con hambre, Alejandro regresó a la oficina además de un humor de perros. El desconcierto y la frustración que sentía por haber seguido a Isabella y Carlos hasta el restaurante lo tenían irritado, y no ayudaba en nada que aún tuviera que verla en la empresa. Apenas entró, se dirigió a María, su asistente, con un tono cortante.

-María, ordena algo para almorzar aquí en la oficina- dijo sin siquiera mirarla- No tengo tiempo ni ganas de salir"

María, no se sorprendió por el tono brusco de su jefe, estaba bastante acostumbrada a sus cambios de humor, así que simplemente asintió y se dispuso a hacer el pedido mientras su jefe volvía a sumergirse en el trabajo. El estrés del día lo tenía al borde, y sabía que lo mejor era concentrarse en las tareas pendientes para evitar que su mente se desviara a pensamientos innecesarios. Sin embargo, la imagen y la risa de Isabella seguía rondando en su cabeza, irritándolo aún más.

Mientras tanto, Isabella y Carlos disfrutaban de un almuerzo agradable. La conversación fluía con naturalidad, y ambos comenzaron a conocerse un poco más. Carlos, siempre amigable y carismático, lograba hacerla reír con sus anécdotas y comentarios ingeniosos. Isabella, por su parte, se sentía a gusto con él, agradecida por la compañía desde su primer día como asistente de don Rafael.

-Es bueno tener a alguien con quien compartir el almuerzo- comentó la muchacha con una sonrisa. -Sobre todo en un lugar nuevo. Es un placer contar con tu compañia.

-El placer es mío- respondió Carlos con una sonrisa galante- Es un lujo poder almorzar con una mujer tan encantadora.

Isabella rió suavemente, agradeciendo el cumplido con un leve rubor en las mejillas. Cuando terminaron de almorzar, ambos regresaron a la oficina, caminando lado a lado, conversando animadamente.

De vuelta en su escritorio, Isabella recibió la orden de don Rafael de entregar una documentación urgente a María para que su jefe la firmara. Buscó los papeles y se dirigió al escritorio de la mujer, pero al llegar allí, se dio cuenta de que la asistente de Alejandro no estaba en su puesto. Miró a su alrededor, esperando encontrarla cerca, pero ella no aparecía por ningún lado.

La muchacha se mordió el labio, preocupada. Sabía que don Rafael necesitaba esos documentos de inmediato, y no podía esperar a que María regresara. Después de unos momentos de indecisión, y tras analizar cuidadosamente sus posibilidades, decidió que solo tenía una opción: tendría que llevar ella misma los documentos directamente a la oficina de Alejandro para que los firmara.

Así que, tomó una inspiración profunda, intentando calmar los nervios que comenzaban a invadirla, sabía que al hijo de su jefe no le caía en gracia su presencia, pero don Rafael no podía esperar demasiado por esos documentos. Con un gesto firme, tocó la puerta de la oficina de Alejandro, hasta que escuchó su voz autorizando el paso.

Cuando Isabella entró, Alejandro levantó la vista de su escritorio, y su rostro mostró una mezcla de sorpresa e irritación al verla allí.

-¿Qué haces aquí?- le preguntó, su tono era tan frío que podría haber congelado el ambiente.

Isabella, que ya estaba irritada por la situación, no pudo evitar responderle con la misma dureza.

-Estoy aquí porque su padre necesita estos documentos firmados con urgencia- respondió, sosteniéndole la mirada- Tenga por seguro que estoy aquí solamente por eso y no porque quiera estar en su oficina.

El comentario de Isabella lo tomó por sorpresa, y por un instante, Alejandro quedó desorientado. Antes de que pudiera responder, ella se acercó decidida y, sin ningún tipo de delicadeza, le empujó la carpeta contra el pecho. Luego, se giró y se sentó en una de las sillas frente a su escritorio, cruzando las piernas con una actitud claramente despreocupada.

Alejandro frunció el ceño, pero no dijo nada. Su mente estaba procesando el hecho de que la joven, a quien había despedido y no esperaba volver a ver, ahora se encontraba en su oficina, con una actitud desafiante. Apretó los labios y decidió no darle el gusto de una confrontación.

Tomó la carpeta y comenzó a revisar los documentos, pero le resultaba difícil concentrarse con la muchacha allí. Cada vez que levantaba la vista de las páginas, la veía, sentada con una expresión despreocupada, casi divertida, como si todo esto no fuera más que un juego para ella.

Isabella, por su parte, intentaba mantener la calma, aunque en su interior sentía una mezcla de orgullo y nerviosismo. Sabía que lo que había hecho podía interpretarse como una falta de respeto, pero estaba cansada de ser tratada como si no fuera lo suficientemente buena para el trabajo. Especialmente por alguien como Alejandro, que la juzgaba sin siquiera conocerla.

El empresario seguía leyendo los documentos, pero su mente divagaba. ¿Qué estaba haciendo ella aquí? ¿Por qué su padre no le había informado de esto? ¿donde se encontraba María? El pensamiento de que su padre la tenía como asistente ignorando que él no quería a la muchacha allí lo tenían también enfadado.

Isabella, observando de reojo cómo Alejandro firmaba los papeles, notó la tensión en sus manos y en su expresión. Parecía que en cualquier momento podría explotar, pero ella no se iba a amedrentar.

Finalmente, Alejandro firmó el último documento y se lo entregó de vuelta sin decir una palabra. Isabella se levantó, tomando la carpeta con calma. Antes de irse, lo miró directamente a los ojos.

-Gracias- dijo con un tono neutro, antes de girarse y salir de la oficina sin esperar respuesta.

Alejandro la vio irse, sintiendo que la situación se le escapaba de las manos. Apretó los puños, tratando de reprimir la frustración que sentía. Esta mujer, que aparentemente no se iba a ir tan fácilmente, se estaba convirtiendo en un problema mayor del que había anticipado. Y lo peor era que, por más que lo intentara, no podía apartarla de sus pensamientos. A pesar de haberse encontrado ocupado firmando los documentos, por momentos su mirada se desviaba hacia ella, y aunque le costara reconocerlo la muchacha era muy bonita, su manera de vestir resaltaba cada curva de su cuerpo el cual no pasaba para nada desapercibido. Pero, como ella no era el tipo de mujer que a él le gustaba prefería mantenerla lejos.

La puerta se cerró detrás de Isabella, dejándolo solo en su oficina. Se frotó el rostro con ambas manos, intentando poner en orden sus pensamientos. Este día no estaba resultando como esperaba, y la presencia de Isabella en la empresa comenzaba a ser más que una simple molestia. Era un reto que no había previsto, y algo le decía que este era solo el principio de un conflicto mucho mayor.

1
martha
Bueno
Juana Francisca López
me encantó tu novela sigue asi
Rosa Elena
Excelente
Nancy Narvaez Banda
Malo
Nancy Narvaez Banda
Muy malo
neumidia ruiz
Bueno
neumidia ruiz
Malo
Graciela Garcia
falta haber que dice Don Rafael cuando se entere de la relación que tiene Alejandro con Isabella
Graciela Garcia
muy hermosos los dos gracias
Graciela Garcia
habla Isabel con don Rafael de los comentarios que escuchaste sobre el y tu eso es lo primero antes de tomar otra decisión para que Don Rafael las ponga en su lugar no te vayas sin hablar con el
Monica Liliana Broudiscou
muy hermosa historia,me gustó muchísimo, felicitaciones
Ines Cabezas
Excusas, excusas, pareces enfermo revisando las cámaras para ver lo que ella hace, lo haces con todas las mujeres de la empresa? Es más pareces obsesionado con ella
Ines Cabezas
Pero que te importa, es su vida, mientras no se meta contigo, le das demasiada importancia a alguien que según tu ni te mira 🤭
Graciela Garcia
si Aurora ya cambia un poco el rumbo de esta historia porque la estás haciendo aburrida
Selene Méndez Gavarain
Bueno
Karen Cordero
Excelente
Ruth Stella
lo q no entiendo como es el padre y abuelo supuesto no aparecen xr la casa de ella y ven lo q pasa .
Lisa Zal
Hermoso, me encantó
Ruth Stella
valeria es envidiosa y egoista lo quiere xa ella a alejandro
Diana Domínguez
está súper aburrida el drama hasta me quedo dormida
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