⚠️ ADVERTENCIA: ES UNA HISTORIA CON CAPITULOS SENSIBLES ⚠️ PARA +18
Margarita Linares era una jovencita dulce que tenía muchos sueños; sin embargo, la crueldad de hombres poderosos la hicieron vivir la más dolorosa de las experiencias haciéndola experimentar una muerte dolorosa; una situación inesperada y sorprendente hizo que volviera a la vida regresando en el tiempo, y esta vez tome la decisión que en su vida pasada no pudo tomar, y aunque eso pueda significar sufrir humillaciones y estar atada a un hombre peligrosa, está decidida a hacer cualquier cosa para vengarse.
James Thompson es uno de los empresarios más exitosos del país; riguroso, inflexible, severo y muy duro, jamás otorga segundas oportunidades y se cobra cada cosa que le hacen. James puede tener lo que quiera con solo desearlo, su crianza fue tan estricta y dolorosa que es incapaz de valorar la ternura y la bondad; sin embargo, pronto su vida cambiará.
¿Podrán Margarita y James salir ilesos de su sociedad vengativa?
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16. Te amo, hija
Margarita sube las escaleras, no ha usado el ascensor porque necesita calmarse antes de llegar a la habitación de su padre; le había dicho a su madre que iba a trabajar en la noche, cuidando a una ancianita, ya lo había hecho antes, así que supuso que sería fácil de creer, pero la anciana fue llevada en la madrugada al hospital, su madre le mandó un mensaje "¿dónde realmente estás?, ¿tiene que ver eso, con que mañana operen a tu padre?".
Llegó al cuarto piso, y se quedó por varios minutos en el último escalón de la escalera, antes de poder dirigirse a la habitación, temía la reacción de su madre, y peor aún, que se hubiese enterado su padre; se moría de vergüenza.
Ya estaba acercándose más, sentía el corazón en la boca; cuando vio de frente que su madre salía de la habitación, la miró de frente con esa seriedad absoluta; se acercó a ella, la tomó del brazo y la llevó a un costado.
- "¿Dónde estabas?, ¿Qué hiciste?", preguntó la señora Alicia, aunque temía la respuesta.
- "Mamá, yo", respondió Margarita, bajando la mirada, "tenía que hacerlo, no había otra opción, perdóname", agregó.
En la otra vida, cuando Margarita terminó en el hospital después del ataque recibido, los únicos momentos en que todo dolía menos, era cuando su madre llegaba y le decía "Te amo, hija", no decía nada más, porque sabía que no había palabra alguna que calmara su dolor, solo ese amor de su madre, que le recordaba su humanidad. Lo que menos hubiese querido era decepcionarla, pero no sabe ni que mentira crear, la leería en sus ojos, y las lágrimas empezaron a caer.
Su mamá limpió sus lágrimas y la abrazó fuerte. Margarita se sorprendió con la reacción y se abrazó fuerte a su progenitora; quien le acariciaba la espalda, mientras su hija respiraba de manera profunda y entrecortada, esos sollozos parecían rasgar su alma.
- "Tienes que calmarte. Ve a lavarte la cara, y cuando ingreses a ver a tu padre debes lucir calmada; tu padre no debe saber nunca lo que hayas tenido que hacer", dijo la señora Alicia.
- "Sí, mamá", manifestó Margarita.
Cuando su hija ya no pudo verla, doña Alicia se apoyó en la pared, había tratado de mantenerse serena, era muy tarde para evitar lo que hizo su hija, lo supo cuando le mintió sobre donde estaría en la noche, no era eso lo que quería para ella, y odió más que nunca ser pobre. Conocía a su hija, tenía sueños brillantes y hermosos, ahora tendría que vivir con algo que seguro se cuestionaría toda la vida, no iba a ser ella una carga más, con solo dieciocho años; pero le duele y le lastima no poder evitar que su hija haya tomado esa decisión en medio de su desesperación.
Por otro lado, James Thompson bajaba con su equipaje por la escalera de la casa de Demian Mussi, ha tenido que cambiar sus planes, Margarita quiere quedarse unos días después de que operen a su padre; y el no quiere irse hasta que lo hagan juntos.
- "Señor Thompson, buenos días, creí que se quedaría hasta mañana. Tenía algunos planes para nosotros", expresó Claudia Mussi con una sonrisa coqueta, en una vestimenta que destacaba sus curvas.
- "Buenos días, (acarició la mejilla de la mujer con una sonrisa) le diría que lo lamento, pero nunca hice planes con usted", expresó James volviendo a poner su expresión fría, siguiendo de largo; Claudia se sintió ofendida.
- "Tan pronto te vas, James", expresó Richard desde arriba de las escaleras, haciéndole una seña a Claudia de que se retirara.
James volteó a ver a su hermano, era mejor aclarar las cosas ahora, sabía que Margarita sería algo que su hermano querría usar para mal informarlo con su padre. James no desconocía como era Richard, solo piensa que en ciertas ocasiones es mejor tener al enemigo cerca, para saber desde donde va a atacar.
- "Creí que después del entretenimiento de anoche, probarías otra puta, siempre pensé que no pagabas abiertamente por sexo. La muchacha era muy bonita, pero pagar un millón de dólares fue demasiado. Espero no la hayas dejado muy adolorida, aunque no importa igual servirá, pediré a esa puta esta noche", aseveró Richard, con esa mirada de autosuficiencia que James detesta.
- "¿Siempre has sido tan idiota?", cuestionó James.
- "¡James!", exclamó Richard.
- "Es su trabajo, no será el mejor de todos, pero no están robando y matando como otros. Si igual te acuestas pagando, ¿qué te ofende que cobren?. No te creas más digno porque pones el dinero, igual comparten el mismo lecho", manifestó James.
- "No es lo mismo, idiota, ellas son un asco", expresó Richard apretando los puños.
- "Es lo mismo aunque lo quieras disimular; ellas se acuestan con muchos, y tú te acuestas con quien se acostó con muchos, ¿de qué asco hablas?. Richard Thompson solo eres un perro más, no te des baños de santidad", expresó James con altanería.
Richard Thompson quiso lanzar un puñetazo, pero James lo detuvo con una mano, y lo obligó con su fuerza a ponerse de rodillas; causándole un terrible dolor.
- "La muchacha con la que me fui anoche, ahora es mi mujer, así que tú y los hombres que te acompañaron, se van a olvidar de lo que vieron y como la conocí; si abren la boca, les voy a cortar la lengua y no me importa que cargo tengan sabes que lo voy a hacer; y eso solo va a ser el inicio de su tortura, así que si aprecian su vida, se van a mantener muy callados. No me gustaría que mi padre escuchara en las noticias, que su hijo mayor murió cayéndose por un precipicio, o tal vez en un incendio gigantesco, o quizás en un tiroteo. Y no creas que esto es una amenaza, sino una promesa", manifestó James para luego soltarlo empujándolo contra el suelo.
James se dió media vuelta, afuera ya estaba su equipo de seguridad, Richard estaba hirviendo de rabia, encontraría la forma de destruirlo se decía, pero por ahora estaba atado de manos.