NO FIRMARÉ EL DIVORCIO! (Omegaverse)

Un lujoso auto se detuvo frente a un restaurante privado, la recepcionista fue a recibir a la persona que salió del auto.

"Bienvenido"

Andrew caminó hacia el restaurante con una sonrisa en su rostro, un joven omega de buen porte y hermoso rostro.

Los empleados se asomaron para verlo en cuanto Andrew entró al restaurante, tenían curiosidad por ver al omega quien tenía el corazón del alfa Kamprad.

Como era de esperar, Andrew tenía ese porte y elegancia de una celebridad, no por nada era uno de los modelos más destacados del medio.

"Vaya, en verdad es apuesto"

"Con razón el Señor Kamprad lo ama demasiado"

"Siento pena por ambos, estar separados de esta manera cuando se aman mucho"

Empezaron a comentar los empleados.

La historia de amor de Andrew y Damen era muy bien conocida, todos sentían lástima por Andrew al haber sido separado de su gran amor por culpa de otro omega quien forzó al Señor Kamprad a casarse con él.

"No me parece correcto, el Señor Kamprad es un hombre casado", dijo de repente uno de los empleados mientras todos suspiraban mirando a Andrew.

"Además, el esposo del Señor Kamprad es más apuesto, y todos saben que Andrew solo subió a la cima del modelaje gracias a la intervención del Señor Kamprad, porque no es tan maravilloso como ustedes lo ven", siguió diciendo el empleado.

Antes de que fuera atacado por los demás empleados por sus comentarios, el supervisor se acercó para pedirles volver al trabajo.

Nadie podía hablar mal de Andrew frente al Señor Kamprad o sus fans, el castigo contra quien lo hiciera sería severo.

Andrew entró al salón privado y ahí se encontraba el gran alfa esperándolo.

Damen Kamprad, uno de los hombres más influyentes del mundo, propietario de diversas empresas y negocios prósperos, llamado el dueño de los diamantes porque tenía varios en su poder, siempre adquiría los diamantes más buscados que costaban una gran suma de dinero, eran parte de su colección.

Un hombre alto y elegante que escondía una cruel humanidad al tratar con personas que se interponían en sus negocios o vida, pero que aun así se vio atrapado en un matrimonio forzoso con un omega.

"Bienvenido", saludó Damen acomodando el asiento para Andrew.

"Es bueno verte, ha pasado un tiempo", dijo Andrew sentándose.

Damen se encontraba fuera del país por unos negocios y acababa de volver.

"Siempre vendré a verte cuando tenga tiempo", contestó Damen con una sonrisa.

Con elegancia, Damen sacó un estuche de terciopelo y se lo entregó al omega.

"Espero que te guste"

Andrew abrió de inmediato el estuche, dentro había un reloj bastante costoso y hermoso como a él le gustaba.

"Gracias, me gusta mucho", sonrió Andrew.

Con la ayuda de Damen, Andrew se colocó el reloj, le quedaba perfectamente.

"Ahora puedo perdonarte por haberme dejado tanto tiempo", sonrió Andrew.

"Siempre y cuando te guste", dijo Damen en respuesta.

La cena se sirvió pronto, una costosa cena del gusto de Andrew, Damen siempre procuraba darle todos sus gustos.

"¿Cómo te ha ido en este tiempo?", preguntó Damen mientras bebía una copa de vino.

"Bien, hay una próxima campaña para un comercial importante, espero hacerlo yo, estuve preparándome varios meses para ello", expresó Andrew.

"Estoy seguro de que así será", sonrió Damen.

Andrew sonrió con alegría porque sabía que Damen cumpliría con sus deseos, así que el comercial ya estaba asegurado para él.

Cenaron cómodamente intercambiando temas de lo sucedido en este tiempo, Andrew sonreía feliz hasta que fijo su mirada en el anillo que Damen traía puesto en su mano.

Damen se dio cuenta y tomó la mano de Andrew para consolarlo.

"Solo faltan seis meses, ten paciencia"

"Lo sé, pero es angustiante verte usar ese anillo", expresó Andrew con tristeza.

Damen usaba el anillo de bodas en todo lugar público, para que Andrew no se sintiera triste, Damen usaba el anillo de bodas en su otra mano, un símbolo de que no estaba casado con la persona que amaba.

El matrimonio terminaría en seis meses, solo ese tiempo faltaba para que ambos pudieran estar juntos nuevamente.

"No me gusta verte triste, te compraré algo que te guste para que vuelvas a sonreír", dijo Damen acariciando la mano del omega.

"Entonces, vayamos juntos a la fiesta de la empresa, eso me haría muy feliz", pidió Andrew.

Pronto se celebraría una fiesta de la empresa de la familia Kamprad, se acababa de cerrar un gran negocio y lo celebrarían en uno de los salones más importantes del país.

"Disculpe Señor, habrá muchas personas influyentes y empresarios que esperan verlo llegar a la fiesta con su esposo", interrumpió la asistente de Damen al oír la petición de Andrew.

"Será en otra oportunidad, solo ten paciencia", aclaró Damen dirigiéndose a Andrew.

Andrew asintió de mala gana y miró con desprecio a la asistente de Damen.

Al terminar la cena, Damen envío de regreso a Andrew en el mismo auto que había llegado.

Damen subió a su propio auto que era conducido por la asistente.

"Aquí tiene Señor", dijo la asistente pasándole unos papeles a Damen.

Damen revisaba cada mes los extractos de la tarjeta de crédito que le dio a Andrew, los gastos eran excesivos cada mes; revisó los papeles como de costumbre hasta que vio un número de cuenta desconocido.

"Son los gastos que realizó su esposo", explicó la asistente.

El mayor gasto era de tiendas de ropa y un supermercado.

"Así que sigue vivo", dijo Damen arrojando los papeles a un lado.