Sahara es una chica dulce y amable, que para salvar la vida de su hermana tuvo que entregarse a un mafioso; pero ella se equivocó, da todo por una familia egoísta y esa decisión cambia su vida, ahora ella tiene que empezar a vivir sola, a valerse por si sola, sus problemas empiezan con esa desicion.
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CAPITULO 05, ESTO ES UNA CRUEL BROMA
Sahara sentía que todo su cuerpo le dolía, aún tenía la sensación de sus caricias en su cuerpo, recordaba muy bien cada beso que dejo en ella y no solo en su boca, sino en todo su cuerpo, su pecho dolía por las mordidas que dejo en ellos, los sentía tan irritados, tan adoloridos que hasta el agua le molestaba un poco, por algunas pequeñas cortadas que tenía en ello, su intimidad la sentía extraña, le palpitaba y la sentía irritada, adolorida; pero en realidad no era su cuerpo ultrajado lo que le dolía, lo que la hacía sentir mal, lo que hizo que sus lágrimas rodaran, era el hecho de haberse entregado a un hombre que no amaba, a un completo desconocido, como si su cuerpo fuera una moneda de cambio, se sentía desbastada, como si hubiera perdido algo muy importante en su vida, como si ese hombre le hubiera quitado el alma y ahí hubiera dejado un cuerpo vacío.
Ella en el momento que se quedó sola empezó a llorar, dejo que sus lágrimas salieran, que ese dolor que sentía saliera, tapo su boca para que no se escuchara ningún ruido al momento de llorar, trataba de no hacer un solo ruido, de controlar su respiración; pero le fue imposible, el baño se llenó con sus exclamaciones de tristeza y dolor, de su llanto ahogado. En ese mismo dolor volvió a morder su boca y eso hizo que la misma herida que se había hecho, se abriera y empezara a sangrar; ella entre su llanto se le quedó mirando a las gotas de sangre que cayeron al agua, después sintió ese sabor metálico en su boca y por un momento se quedó ida, sin saber qué hacer, como reaccionar, haciendo que ese dolor en su labio la hiciera sentir un poco mejor, lo sentía como si fuera un castigo por lo que hizo.
Sahara pasó de la tristeza a la furia, donde empezó a tallarse todo su cuerpo con fuerza, para poder quitar esos besos, esas caricias, que la hacían sentir sucia, indigna y no quería seguir sintiendo eso en su piel; se talló tanto que en algunas partes de su piel se dejó muy lastimadas, al punto de sacar un poco de su sangre. Lo empezó a maldecir, a reprocharse a sí misma por lo que había hecho y después terminaba maldiciendo a su hermanita, a su familia por dejarla pasar por algo así; ella sentía furia, enojo, rabia, cólera, ira, indignación, y sobre todo mucho coraje, por haber aceptado ese trato donde solo ella había salido perdiendo, donde había quedado con un vacío, un dolor en su pecho que no sabía como calmar.
Después del enojo, paso a un vacío, donde sentía que no le importaba nada, lo que había pasado ya no importaba, solo había sido su cuerpo y su vida tenía que seguir; ella trataba de darse ánimos, de repetirse “no importa, esto no es nada, todo está bien” trato de calmarse, pero, aun así, lloro por largo rato, desconsolada, sola en ese enorme baño.
Después de una hora y media salió de la tina de baño, sentía que su cuerpo tenía más fuerzas, eso fue un alivio, así no tenía que volver a estar en los brazos de ese hombre; camino hasta el enorme espejo y cuando se miró se quedó sorprendida, su cuerpo entero estaba lleno de él, tenía marcas de besos desde su cuello, hasta sus piernas, pero no solo eran sus besos, sino que también eran sus agarres, sus manos pintadas en todas partes de su cuerpo.
Ella se miraba esos grandes hematomas, que solo la hicieron sentir peor de lo que ya se sentía, pero de todos esos hematomas que tenía, solo uno le dolía y era el que tenía en su brazo, el último agarre que le hizo en el momento de despertarla; suspiro profundamente y movió su cabeza a los lados, para sacar los malos pensamientos que le llegaban, tomo la bata de baño y después solo dio media vuelta para salir de ahí, dejar de verse en el espejo, que solo hacían más real su vergüenza.
Al abrir la puerta mira a Penny, que estaba acomodando la ropa en la cama, insegura mira toda la habitación buscando a Nil; sintió alivio al ver que ya no estaba ahí, insegura se acercó a Penny y en ese momento Penny da media vuelta, la mira a los ojos y con una voz tranquila le dice.
• señorita Sahara, buenos días, permítame presentarme, mi nombre es Penny, soy la mano derecha del amo y lo que ocupes puedes pedírmelo; señorita, el amo Nil, se siente muy mal por lo que paso, si él hubiera sabido nunca la hubiera tocado. Yo sé que en este momento debe de estar molesta con él y hasta lo debe de estar odiando; pero no lo haga, solo se va a hacer daño a usted misma, solo trate de olvidar lo que paso, no te lastimes más con esto.
Yo te puedo asegurar que el amo Nil, es un caballero y nunca dirá lo que paso aquí, si alguna vez se lo vuelve a encontrar la tártara con el debido respeto; señorita, no se llene de odio porque eso le puede hacer mucho daño y solo se va a lastimar usted.
Sahara miró la ropa en la cama, sintió alivio al ver que era una playera de manga larga, un pantalón flojo y ropa interior simple, con nada especial; ella tomó la ropa y con su voz decaída dijo.
• yo sé muy bien que fue un acuerdo y él no me obligó nada, fue solo mi decisión, por salvar a mi hermanita; señorita Penny, no tiene que preocuparse, no siento odio, fueron mis propias decisiones y ya paso. Dígale a su amo, que no tiene de que preocuparse, yo nunca diré lo que paso aquí, que su imagen pública estará a salvo a lo menos por mi parte; señorita, si no es mucho pedirle, me podría dejar sola, él dijo que la habitación sería mía todo el día, hasta mañana y yo en este momento deseo estar sola.
Penny la mira demasiado decaída, triste y eso que miraba la hizo sentir pena por ella, por un momento pensó en negarse a irse; se acercó a ella y la abrazo, con mucha fuerza, con una voz triste le dice.
• Señorita Sahara, si lo que quieres llorar hazlo, pero asegúrate que solo sea este día, mañana que salgas de esta habitación, sea con la cara muy en alto, eres una buena mujer; yo y Nil sabemos muy bien que tú no te lo merecías esto, por eso nosotros vamos a estar para ti, puedes buscarnos si llegas a necesitar algo.
• Por favor suélteme, yo estaré bien, si lo que les preocupa es que me quite la vida, deben dejar de preocuparse, yo no pienso hacerlo, creo en un dios y el suicido es uno de los pecados más grandes; por favor solo déjeme sola, es lo único que quiero en este momento y dígale a su amo, que no se preocupe, yo no pienso molestarlo nunca, solo cumplan con el acuerdo.
• Hay Sahara, es triste escucharte hablar así, pero está bien, le daré tu recado a Nil, trata de comer y de cuidarte; pero si te voy a dejar esta tarjera, es mi número, por si algún día llegas ocupar algo, márcame.
Sahara se retira de ella, dio dos pasos atrás, agacho su cabeza, no quería que se diera cuenta lo molesta que estaba y sabía que, si la miraba a la cara, le gritaría toda esa furia que tenía dentro, por haber caído en una absurda trampa, terminaría desquitándose con ella; por eso miro al suelo y con su voz insegura, temblorosa, le dice.
• No más por favor, solo déjeme sola, ya paso y no creo que haya palabra alguna que me dé consuelo o que cambie lo que paso.
Penny entendió a lo que ella se refería y solo se dio media vuelta, se dirige a la puerta y antes de salir le dice.
• Sahara, trata de seguir con una buena vida, no tiene caso que te amargues, solo por esto; te deje mi tarjeta en la cama, la uses o no, guárdala, solo por si acaso.
Cuando Sahara se quedó sola, se dejó caer al suelo y empezó a llorar, deseaba tanto poder decir que eso solo fuera un sueño, un muy mal sueño, una pesadilla; pero no era así y tenía que sacar fuerzas de donde sea, no podía volver a permitir que algo así pasara. Después de un largo rato llorando, se pone de pie, toma la ropa interior, se la pone, después el pantalón y por último la blusa, cuando estuvo cambiada, se recostó en la cama, tratando de no pensar más; sería el cansancio, el dolor, la tristeza o simplemente una depresión, pero sin querer se fue quedando dormida.
A las 2 pm la despertó un fuerte golpe en la puerta, se levanta a aturdida, por un momento había olvidado donde estaba, hasta que su mente volvió a su sentido; la puerta la estaban tocando, golpes seguidos y algo insegura fue abrirla. En el momento que abrió la puerta mira a uno de los trabajadores del hotel, con un carrito, donde le llevaban, comida; el hombre le dice.
• Señorita, le mandaron esta comida y me dijeron que le dijera, que sería mejor no la despreciara, porque él iba a venir y hacerla comer; también me indico que le preguntara sobre la cena, que era mejor que usted lo decidiera, antes que lo molestara más.
Ella lo hizo entrar y antes de que el hombre se fuera le dice.
• Para la cena solo quiero un vaso con leche y galletas, si ese hombre pregunta, solo dile que yo no estoy acostumbrada a cenar nada pesado.
Después de decir eso el hombre salió de la habitación dejándola sola y sin nada de hambre se sentó a comer, le había mandado, fruta picada, un corto fino de carne con especies, sopa fría, ensalada, verdura salteada y jugo natural de frutas; ella se sintió molesta, eso era bastante comida solo para ella, pero sin ganas tenía que comer, ya que no quería volver a verlo.
Comió un poco de cada cosa y después solo volvió acostarse, en ratos dormía, en ratos lloraba, otras solo lo maldecían o se maldecía a ella misma; sus emociones iban de lo positivo a lo negativo, su mente era un caos y realmente no sabía lo que iba a hacer, no sabía que tenía que hacer, por eso decidido pasar el día completo en esa habitación, para no saber nada de nadie y poder controlarse.
A las 8 pm el trabajador del hotel le llevo la cena y recogió lo de la comida, ella apenas si tomo medio vaso de leche y una de las galletas; toda la noche durmió, descanso y a las 6 am despertó; se levanta de la cama, se pone unos tenis que le habían llevado con la ropa, se medió peino el cabello y se lo dejo suelto. Antes de salir mirado todo el lugar, miro el hermoso collar que su hermana le había puesto, molesta, lo dejo sobre el buro, que estaba aún lado de la cama, con una nota, que decía “quien se lo encuentra se lo queda” dio media vuelta y justo en el momento que pasa la cama, mira en el suelo la tarjeta que le dejo Penny.
Sahara se le queda mirando por un momento, indecisa de levantarla, pero después de tanto pensar, decide cogerla, la mete en la bolsa de su pantalón y sin pensarlo más sale de la habitación; no miro a los lados, solo camino hasta llegar al ascensor, se puso en una esquina con la cabeza agachada, su pelo cubría su rostro. Ella sentía que hasta para salir era vergonzoso, no quería que nadie la reconociera y daba gracias a que se había despertado temprano, una hora donde la mayoría dormía; ella tenía razón, era una hora tranquila y pocos de los huéspedes estaban despiertos, casi estaba sola la recepción, sale del hotel, toma un taxi, le da la dirección de su casa y solo se recarga en el asiento.
Ella pensaba en como enfrentaría a su hermana, porque no podía permitir que algo así volviera a pasar y no le importaba si eso iba a ser el fin de la relación con su hermana; el camino se le hizo largo, aunque solo duro 25 minutos, al llegar, ella le dice al taxista.
• Señor, puede esperarme un poco, para ir por el dinero y pagarle.
• No se preocupe, señorita, ya alguien pago; yo estaba ahí esperándola, desde ayer, una mujer me pago muy bien por esperarla y me dijo, que le dijera suerte, como también darle esta flor blanca.
Sahara se quedó sorprendida al ver la hermosa flor banca, era grande y muy hermosa, insegura la tomo; por un momento pensó en negarse, en gritar unos cuantos insultos, pero luego pensó que ese hombre no tenía a culpa. Al final dio las gracias y bajo del taxi, entro a su casa y fue directamente a la habitación de su hermana; al estar frente a la cama, la mira profundamente dormida y molesta la toma del brazo despertándola con una fiereza, le dice.
• Tú, ¿cómo te atreviste?, me vendiste a ese hombre por dinero, por un acuerdo de trabajo; Carola, soy tu hermana, esto que me hiciste es horrible.
• Sahara, deja de ser tan dramática, deberías de agradecerme, te conseguí un guapo hombre y aparte ayudaste a la familia; yo hice bien y tú debes de estar agradecida o dime ¿no te la pasaste bien?, yo creo que si, porque volviste hasta a hora, seguro te revolcaste con él, todo el día de ayer.
• Como te atreves hablarme de esta manera, no pienso perdonarte.
En ese momento, Sahara levanta su mano para darle una bofetada, pero en ese momento, su hermano toma su mano y escucho que su madre le dice.
• Sahara, ¿te has vuelto loca?, como te atreves a tratar de golpear a tu hermana menor y hacer este escándalo.
• Madre, tú no sabes lo que ella me hizo y la verdad yo no puedo perdonarle, tú debes de apoyarme; ella merece una fuerte reprensión de tu parte, educarla mejor.
• Yo sé muy bien lo que nuestra hermana hizo y estoy totalmente de acuerdo con ella, para mi punto de vista nuestra hermanita ha sido muy consiente y ha pensado en el bienestar de esta familia; tú, eres la que ha estado mal, no hiciste bien tu trabajo, sabes que solo tenemos el contrato a medias, solo va a ser para una pasarela, así que vuelves con él y ruégale por el contrato completo, como por la compensación económica, que buena falta nos hace.
Sahara se le quedó mirando a su madre, que se acercó a su hermana, abrazándola, consolándola porque se quejaba del brazo, del lugar donde la tomo; pero ella estaba en shock, sin saber si lo que escucho de su madre era verdad, no podía creerlo, no podía entenderlo ¿Por qué su madre aceptaba algo así? Eso tenía que ser una maldita broma, su familia no podía estarla cambiando por dinero, eso no podía ser cierto, eso era mentira, se gritaba en sus pensamientos.