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En Los Ojos Equivocados

En Los Ojos Equivocados

Status: En proceso
Genre:Romance / Elección equivocada / Dejar escapar al amor / Pareja destinada / Mujer despreciada / Divorcio
Popularitas:13.1k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Meche

Soy Graciela, una mujer casada y con un matrimonio perfecto a los ojos de la sociedad, un hombre profesional, trabajador y de buenos principios.

Todas las chicas me envidian, deseando tener todo lo que tengo y yo deseando lo de ellas, lo que Pepe muestra fuera de casa, no es lo mismo que vivimos en el interior de nuestras paredes grandes y blancas, a veces siento que vivo en un manicomio.

Todo mi mundo se volverá de cabeza tras conocer al socio de mi esposo, tan diferente a lo que conozco de un hombre, Simon, así se llama el hombre que ha robado mi paz mental.

NovelToon tiene autorización de Meche para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La dama oculta.

Buscando respuestas.

Al día siguiente, Diego ya tenía preparada la información. Entró al despacho de Simón con una carpeta más gruesa de lo habitual. La dejó sobre el escritorio con solemnidad.

—Aquí tiene, jefe. Todo lo que pude recabar en menos de veinticuatro horas. El señor Benítez es más reservado de lo que creíamos, pero su esposa... Graciela... eso ya es otro tema—

Simón alzó la vista con interés. Abrió la carpeta y comenzó a leer.

—Graciela Morandi de Benítez. Veintisiete años. Nacida en Mendoza, criada en Buenos Aires. Estudió literatura, aunque nunca ejerció. Se casó con Benítez hace seis años. Sin hijos. ¿Dónde están las fotos?_

Diego le entregó una tablet. Simón deslizó las imágenes y ahí estaba ella: en eventos, en fiestas privadas, al lado de Pepe, siempre impecable, con una sonrisa discreta pero nunca cálida. Algo en su mirada no coincidía con la imagen de una mujer felizmente casada.

—¿Qué dicen los empleados del hotel?—

—Que la mujer que estuvo aquí, solo quería información de la Gala, si el señor Benítez había asistido —

Simón levantó una ceja.

—¿Pepe?—

—Asi es señor, el portero no identifico a la mujer, dice no haberla visto antes—

Simón se quedó pensativo.

—Entonces hay problema, ¿Porque una empleada buscaría esa información?—

— Son muchos invitados, recordarlos a todos es imposible—

—Diego por Dios, concéntrate, si los Benítez vinieron juntos, ellos salieron de casa, siento que algo no está bien—

Diego se quedó pensativo, es real, —¿Acaso el señor Benítez ha asistido a escondidas? ¿Tratas de decir eso?—

—Recuerdas a la mujer con la que asistió?—

—¿Quién su esposa?—

Simón estaba perdiendo la paciencia, Diego andaba estúpido —Basta, no quiero hablar más del tema—

—¿Quiere que haga algo más? —preguntó Diego, ya con la libreta abierta.

—Sí. Quiero entrar a esa casa. Prepara la reunión. Quiero ver la cara de ese hombre mientras yo, sin decir nada, observo a su esposa. Quiero leer entre líneas. Quiero saber qué esconde ella. Y él— Más que saber de Pepe y su esposa, quería saber de la otra joven.

Diego asintió, mientras anotaba en su libreta. La partida de ajedrez había comenzado.

Simón tenía un excelente olfato para los negocios y una intuición aguda para detectar cuando algo no encajaba. No era el tipo de hombre que dejaba cabos sueltos, y mucho menos cuando se trataba de personas que despertaban en él una mezcla extraña de molestia y curiosidad.

La última orden que recibo Diego, fue investigar a la empleada.

Simón estaba cansado de estar encerrado en esa habitación, había llegado a la ciudad a hacer negocios, pero no había concentración mientras pensaba en la familia Benítez y todo el misterio que los rodeaba.

Horas más tardes, Diego entró a la habitación, venía sudado, pero con la certeza de que su jefe estaría conforme.

—Tengo lo que me pidió sobre la joven—

Simón se giró de inmediato, con una chispa de interés en los ojos.

—Habla— Necesitaba saber quién era ella.

Diego abrió la carpeta y leyó con eficiencia:

—Se llama Camila. Tiene veintiún años. Es hija de Yolanda, la cocinera principal de la familia Benítez desde hace poco. Camila estudia medicina en una universidad privada, por las tardes y noches. En las mañanas, ayuda en la casa como asistente doméstica. Vive con su madre en la parte trasera de la propiedad, en una casita que le fue concedida por doña Teresa, la difunta madre de Graciela, hace años. Tiene buenas notas, sin antecedentes... todo limpio—

Simón recibió la información con atención, pero algo no cuadraba. Frunció el ceño y caminó por la habitacion como una fiera enjaulada.

—¿Y tú estás seguro de que es ella la que vi?—

Diego dudó.

—Coincide con la descripción, jefe. Blanca, alta, cabello largo, postura firme y hermosa—

—No es suficiente —gruñó Simón—. Quiero verla con mis propios ojos—

—En estos momentos estaría en la universidad, podríamos ir—

—Para luego es tarde—

Diego asintió con un gesto corto. En menos de media hora, ambos se encontraban en el interior del auto negro de Simón, aparcado cerca de la entrada principal de la universidad. Desde el asiento trasero, Simón la observó a través del cristal tintado mientras Camila salía del edificio de medicina, con su mochila a la espalda y unos auriculares puestos.

Caminaba despreocupada, saludando a un par de compañeros. Tenía una energía juvenil, sí, y cierto aire de elegancia, pero Simón sintió una punzada de decepción.

—No es ella —dijo en voz baja, pero firme.

—¿Cómo puede estar tan seguro? —preguntó Diego, sorprendido por su seguridad.

Simón se quedó en silencio por unos segundos, luego abrió la puerta del auto y bajó sin previo aviso.

—Porque la voz de esa mujer me dejó grabado el tono exacto en los huesos. Y su caminar, no es el mismo, pero se aseguraré con su voz—

Diego lo siguió sin rechistar.

Simón se dirigió directamente hacia Camila, quien caminaba absorta en su mundo. Sin disimulo, aceleró el paso hasta interceptarla con un aparente accidente: la golpeó con el hombro de forma intencionada. Ella tropezó un poco, se giró con rapidez y lo empujó con un gesto brusco.

—¡¿Qué te pasa, imbécil?! ¿Estás ciego o qué? —espetó, sin importarle a quién tenía frente a ella.

Simón la miró fijamente, sin decir una palabra. Luego se giró y regresó a paso firme hacia el auto.

—Definitivamente no es ella —murmuró mientras cerraba la puerta.

Camila enojada frunció el ceño y empezó a murmurar al ver a ese hombre loco que la tropezó, no pidió disculpas y se alejo.

Diego subió detrás de él.

— ¿Está seguro?—

—Mas que seguro—

—Señor, ¿tiene algún interés en esa joven?—Diego jamás lo había visto tan interesado en una mujer, Simón estaba haciendo de todo por conseguirla.

—Quiero saber con quién me relacionaré, esa familia tiene muchos misterios — mintió claramente.

—Mmm entiendo, ¿Ahora que haremos?—

—Volver al principio —dijo Simón, con un tono decidido—. Esa mujer no trabaja en la casa Benítez. No oficialmente. Así que... ¿quién es? ¿Qué hacía allí? La educación de la otra mujer es diferente —

Diego respiró hondo, entendiendo que su jefe no iba a soltar el tema fácilmente, Simon se quedó enamorado de aquel olor y la manera en que ella se hizo a un lado con sutileza, no estaría tranquilo hasta saber quiénes viven y trabajan ahí.

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Micaela Noemi Romero
hola Meche te leo de buenos Aires, Argentina❤.. amo tus novelas....
Emperatriz Reales
Me fascina su novela, desde Maracay, Venezuela
Emperatriz Reales
Vieja pendeja, crio a su hija para prostituirla y lo peor q con un limpio, q no tiene donde caerse muerto, ahota seran 4 los desposeidos, jajajajaja
🇲🇽Lety 💞🌛🌹
hola amig te leeo desde México 🇲🇽🇲🇽
🇲🇽Lety 💞🌛🌹
creo que va a perder a su hijito por otra mamá más astuta jajajjajaja osea la proxeneta de Montserrat por que abril no ase nada sin que ella lo ordene
🇲🇽Lety 💞🌛🌹
gracias señora por metíche nos dará la oportunidad de que simón llegue a graciela
Yuleima Lucena
sii está súper emocionante y buenísima te leo desde Aragua - Venezuela
Yuleima Lucena
ojalá puedan ayudar a Graciela pronto
Emperatriz Reales: Eso queremos toda, q haga pagar al desgraciado
total 1 replies
Yuleima Lucena
por favor que ya Simón rescate a la pobre Graciela
Yuleima Lucena
ese desgraciado como le hace eso a la pobre Graciela
mariela
Que comience el juego Diego por orden de Simón el tal Noel será infiltrado en la casa de Graciela y se enterará de que la tienen encerrada sin poder salir.
mariela
Monserrat tiene sus planes bien hecho el problema será que Pepe la hora del divorcio se quedará con una mano adelante y otra atrás porque todo le quedará a Graciela puesto que está embarazada y si piensa reclamar algo primero está el hijo y él está en la obligación de mantenerlo y con que dinero
Fabiola Miranda
excelente
Nubia rosa Córdova gajardo
me encanta y Leo desde Chile felicitaciones es buenísima tu novela /Rose//Rose//Rose/
Claudia Marcela Casas
merlo bs as esta super atrapante esta historia
mariela
Pepe Benítez tan astuto que te la das y caiste en una trampa caza bobos ahora te sientes el rey porque Graciela te opaca es la dueña de todo y tú eres un mantenido sin estatus social un pobre que se arrimo al árbol que mejor sombra le daba pero eso se acaba en lo que Graciela vuelva a tomar el poder de la empresa.
Mayvi Sequera
Meche te felicito está novela está súper buena 👏👏👏👏😘😘😘
mariela
Monserrat es es una serpiente disfrazada de cordero que tanto tendrá escondido hay que saber su pasado como fue que quedó en silla de ruedas donde está el padre de Abril 🤔🤔🤔🤔❓❓❓❓.
Pepe ahora se siente en las nubes con tanto halago que lo compara con el comportamiento de su madre y Graciela.
Merci franzua
❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
Dioselyn Rodriguez
Muy interesante una historia cautivadora
Dioselyn Rodriguez: Felicidades a la autora la verdad una historia que cautiva
Dioselyn Rodriguez: Felicidades a la autora la verdad una historia que cautiva
total 2 replies
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