Tu, Mi Verdadero Amor.

Pablo.

Salí huyendo de los sermones de mi madre, la verdad no tengo ánimos de escucharla, voy a la cocina donde como algo para después volver a mi habitación. así estuve por una semanas, ya que quería que Claudia estuviera más calmada para poder ir a verla, eran cerca de las 3 de la tarde, tomo una ducha, me arreglo y salgo rumbo a la casa de Claudia, su Nana me recibe con una sonrisa, una vez dentro me encuentro con Daniel, él me mira con ira.

- Hola Daniel, cómo has estado.- le pregunto.

- No creo que te interese Pablo, más bien dime qué haces aquí.- confirmo su enojo.

- No quería ser inoportuno, vengo a ver a Claudia- él se acerca a mí hasta quedar a solo unos centímetros míos.

Y que te hace suponer, que te voy a permitir verla, eres tan descarado en aparecerte aquí después de lo que hiciste.

Así que está enterado, ahora entiendo su enojo, nunca fuimos los mejores amigos, pero sabía que estaba interesado en lucero, de alguna forma a él también lo traiciones.

Entiendo tu enojo Daniel, pero por eso estoy aquí, quiero disculparme por lo que hice.- trato de disculparme, pero él no me deja terminar de hablar.

- Tus disculpas no me interesan Pablo, gracias a ti me di cuenta de que lucero no es una mujer de fiar, hacerle eso a su amiga, demuestra la clase de persona que es, pero lo que tú le has hecho a mi hermana es mucho peor, entiendo que la hayas rechazado, pues no estás en obligación de aceptar sus sentimientos, pero meterte con su mejor amiga, dice mucho de ti.

Me siento tan avergonzado, todo lo que dice es verdad, le falle a nuestra amistad y me burle del amor que me demostró por años.

- Tienes razón, y no voy a justificar lo que hice, pero por favor permíteme verla y pedirle perdón.- le suplico.

Mi hija está indispuesta.- somos interrumpidos por el señor Alonso.

Buenas tardes, señor Alonso.- lo saludo, pero también veo molestia en su mirada.

- Buenas tardes, Pablo, cómo te decía mi hija, no puede verte, así que tendrás que esperar para verla.- me dice con amabilidad, pero a la vez pude notar enojo en él.

- Gracias por la información, ahora me retiro.- salgo huyendo.

Esos dos hombres tienen un aura amenazante, así que lo mejor es huir por ahora.

…

Alonso, el padre de Claudia, había escuchado la discusión de su hijo con Pablo, por eso se sentía enojado.

- Es cierto, lo que acabo de escuchar.- le pregunto Alonso a su hijo.

- Sí, padre, ese bastardo se ha burlado de mi hermana.- contesto sin ocultar su enojo.

- Ahora entiendo todo, mi princesa no paro de llorar toda la noche, hasta quedarse dormida, ese imbécil me va a escuchar.

Alonso caminó hasta la entrada, Daniel no lo detuvo, Pablo no había caminado mucho, cuando fue detenido por el brazo de Alonso. Quien lo sujeto por el cuello.

No se te ocurra volver a acercarte a mi hija, o te juro que te quedaras sin herederos.- Pablo estaba pálido.

Lo siento, señor, yo no quería.- dijo pablo, pero fue interrumpido.

- Tú no querías, pero lo hiciste, así que no hagas otra estupidez, o me conocerás.

En ese momento llegaron, David, Damián y Darío.

- Papá, que haces, suéltalo.- le dijo Darío.

Alonso lo soltó, bruscamente, provocando que pablo callera al suelo.

- Lo siento, señor.- Pablo se levantó y se fue casi corriendo.

Una vez que Pablo fue perdido de vista, Alonso les contó a sus hijos lo ocurrió, ya que ellos no paraban de preguntar.

Darío, Damián y David, no daban crédito a lo que escuchaban, conocían a pablo de años, y el que le haya, hecho eso a Claudia, los llenaban de furia.

- lo voy a matar.- dijo Damián.

- tú no vas a matar a nadie. - le dijo miranda, quien había presenciado todo.

- mamá, es que tú no sabes, lo que ese idiota le hizo a mi hermana.- dijo Darío.

- lo sé, ya escuché todo y yo, al igual que ustedes, estoy enojada, pero dejarnos llevar por la rabia, no ayudara a Claudia, sí que por favor contrólense.- concluyo Miranda.

- su madre tiene razón, ahora lo más importante es apoyar a nuestra princesa, no me puedo imaginar lo mal que debe haberse sentido.- todos asintieron y entraron a la casa.

...

Claudia.

Habían sido unos días muy difíciles para mí, el amor de mi vida y mi amiga, me habían traicionado de la peor manera, sabía que sería difícil superarlo, pero debía seguir adelante, el resto de las vacaciones las decidí pasar en la ciudad de México, puesto que quería evitar a toda costa el tener que toparme con Pablo. Fueron dos meses los que estuve por fuera, y fueron suficiente para poner en orden mis pensamientos y entender que no siempre se obtiene lo que se quiere, aun amo Pablo y quizás lo haga por un tiempo.

Mis vacaciones pasaron rápido y tuve que volver a la realidad, las clases comenzaría y con ella mi tortura.

Pero debía ser fuerte y dejar todo atrás, pero es difícil cuando hay sentimientos de por medio, y el amor que siento por Pablo, no desaparecerá de la noche a la mañana.

Llega el día lunes, y hoy no batallo para levantarme, ya que ni siquiera pude dormir, cuando bajo todos se sorprenden.

- Veo que le hicieron bien las vacaciones a mi princesa.- dice mi padre.

Si hermanita, qué madrugadora.- agrega Damián.

- No exageren.- les digo mientras reparto besos a todos.

Estás hermosa hija, me encanta el cambio que le has dado a tu estilo.- agrega mi madre.

No es mucho lo que hice, solo cambie toda la ropa de mi closet, y cambie mi corte, de cabello ahora me veo más madura, y sobre todo profesional, no lo hice por Pablo, si es lo que creen, lo hice por mí, para subir mi autoestima y demostrarme lo mucho que valgo.

Después de desayunar salgo con Daniel rumbo a la universidad, esta vez el viaje fue diferente, no hubo parada para comprar chocolates como lo hacíamos antes. Al llegar pude ver a Pablo, juntos a Alejandro, verlo aceleró mi corazón, trato de controlar mi respiración y controlar mis emociones.

Estás bien.- me pregunta Daniel, sosteniendo mi mano.

- Sí, estoy bien.- le sonrió.

Eres hermosa princesa, no olvides lo mucho que vales.- le sonrió, sus palabras me llenan de seguridad.

Gracias Dani.- le dijo.