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MALDITO AMOR

MALDITO AMOR

Status: En proceso
Genre:Completas / Amor prohibido / Incesto / Diferencia de edad / Pacto con el demonio
Popularitas:3.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Guadalupe Nieves

¿EL PECADO ES EL ÚNICO CAMINO? UN AMOR PROHIBIDO NACIDO DE UNA MALDICIÓN...

Aiden, un hombre al borde de los cuarenta, huye con su sobrina y se convierte en el "conserje" de la mafia, limpiando escenas del crimen. Ambos esconden un oscuro secreto: son Shadowborn, seres mitad vivos y mitad muertos, destinados a procrear con sus propios sobrinos-tíos y así perpetuar una ancestral maldición. Aiden lucha contra el amor prohibido que su sobrina, de manera enfermiza, le profesa. Sin embargo, una amenaza los arrastra al "otro lado," un lugar donde un macabro juego podría otorgarles la libertad, pero a un precio que desafiará todos sus límites. ¿Será capaz Aiden acabar con la maldición? ¿Podrá liberar a su sobrina de aquel amor maldito entre ambos? ¿O vagarán en la oscuridad por toda la eternidad?

NovelToon tiene autorización de Guadalupe Nieves para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPÍTULO 21

Mientras el día comenzaba de forma adversa para Aiden, quien todavía debía contactar a Glorym para dar inicio a su venganza contra los Valentine, en otro rincón del país, una joven de cabello rubio y ojos rosas apenas empezaba a despertarse.

Rosalyn, incapaz de conciliar un sueño reparador debido a los relámpagos que rugieron durante la madrugada, se sentía ajena y desconcertada en la habitación que le habían asignado, en aquella enorme mansión. A pesar de su amplitud y el lujo evidente, el predominante blanco de las paredes y muebles la inquietaba profundamente.

Ese color no solo evocaba los horrores de la pesadilla vivida en aquel maldito lugar, sino que también alimentaba un pánico visceral que apenas lograba contener. Sin la ayuda de los sedantes, estaba segura de que habría huido de aquel cuarto antes del amanecer.

Observando que se encontraba sola, intentó levantarse en vano. Su esposo había dispuesto a tres criadas para su cuidado, en especial estando aún herida. Aunque no quería, terminó aceptando debido a las súplicas de Solomon, quien también estaba preocupado por su embarazo.

Si bien aquellas aguas de esa extraña piscina la ayudaron bastante, aún le dolía mucho su cuerpo y tenía grandes moretones en ciertas partes de este. Sin embargo, lo que más la aquejaba era el dolor en las plantas de sus pies. Cada que intentaba dar un paso, era como si miles de agujas calientes se le enterraran sin piedad.

Un poco débil, y con algo de falta de equilibrio, se levantó de la cama con la necesidad de ir al baño. Agradeciendo que ninguna de sus criadas estuvieran allí, fue al baño a hacer sus necesidades. Luego de lavarse las manos, se dispuso a volver, encontrándose allí a las mujeres que debían cuidarla.

Frunciendo el ceño, sintiéndose algo mal porque estas no fueron capaces de tocar a la puerta o avisar de su llegada, antes de entrar a su habitación, siguió caminando de regreso a la cama. Mientras que la más adulta de ellas se encontraba buscando un vestido en el arma, otra abría las ventanas y cortinas, y la tercera se disponía a servirle el desayuno.

—Tenga cuidado, mi señora—dijo la sirvienta.

La mujer había esperado a que ella volviera a acostarse para acomodarle la bandeja en sus piernas, a lo que Rosalyn observó que el desayuno era sencillo. A lo mucho un poco de jugo de naranja, una arepa asada y queso rayado encima.

Comiendo y tomando con cuidado, solo agradeció mientras degustaba lentamente el platillo. La criada que le trajo el desayuno solo se inclinó antes de ayudar a sus otras dos compañeras. Mientras ella terminaba su desayuno, detallaba los movimientos de cada una de sus sirvientas.

A diferencia de ella, quien solo podía estar sin velo en su habitación, al parecer ellas sí podían estar en la mansión sin cubrir su rostro. Su uniforme consistía en una túnica blanca y un velo que solo cubría su cabello, algo que le hizo recordar a las monjas que había visto mientras se recuperaba en el hospital.

—Iré a preparar el baño de la señora—respondió la sirvienta mayor—Elena, recoge sus platos y llévalos a la cocina.

—Sí—respondió la sirvienta que le había dado su desayuno.

—Marie—le dijo a la tercera sirvienta—dale sus medicinas.

Con una sonrisa, e inclinando su cabeza, la chica morena recogió todo y salió rumbo a la cocina, mientras que la otra caminaba hasta una mesa cercana. Luego de leer algunas instrucciones tomó una jarra con agua y le preparó una bebida efervescente con un sobre blanco.

—Mi señora—dijo pasándole el vaso—esto le ayudará con su debilidad.

La sirvienta, igual de amable y sonriente, volvió hasta la mesita y comenzó a sacar algunas pastillas de unos frascos color naranja, los cuales colocó en un pequeño recipiente de papel. Luego de que Rosalyn se tomara la preparación, le pasó las pastillas y un vaso con agua sola para que las tomara enseguida.

—Sabía a mandarina—dijo tomándose poco a poco las pastillas—¿qué era?

—Es un multivitamínico en polvo—respondió con amabilidad la sirvienta—¿le gustó el sabor? sino es así puedo pedirle al médico si se puede cambiar.

—No, está bien—dijo en un susurro—¿y estas pastillas qué son? ¿Por qué debo tomar tantas?

—Unos son analgésicos, antiinflamatorios también—habló con una sonrisa—y vitaminas también para su embarazo, mi señora.

—Comprendo—se limitó a responder.

Extrañada aún que fueran ocho pastillas que tuviera que tomarse, tuvo que esperar a que la criada le cronometrara el tiempo, ya que debía tomarse una a una, en intervalos de 20 minutos. Después de dos horas de haber desayunado, estaba comenzando a sentirse nuevamente somnolienta.

—Mi señora—le habló la sirvienta mayor—es hora de que se bañe. Dentro de unas horas deberá bajar a compartir el almuerzo con el señor y sus padres.

—¿Puede ser después?—preguntó bostezando.

—No, mi señora—respondió la criada—hace rato, ya que su baño está listo, y como tiene sales medicinales, entre más pase el tiempo, menos efectivas serán.

—Está bien—aceptó sin ánimos.

Teniendo que desnudarse en frente de las tres criadas, quienes se negaron a dejarla sola durante su baño, se sumergió dentro de la tina con agua tibia, la cual desprendía una leve fragancia a lavanda. Teniendo que quedarse allí una media hora, terminó por acomodarse y darse un leve sueño.

"¡Rosemary! ¡Rosemary!"

Mientras estaba dormida en la tina, en la oscuridad del mundo de los sueños, su alma vagaba sin rumbo fijo. De un momento a otro, la voz de un hombre había comenzado a gritar aquel nombre parecido al de ella. Cada que lo escuchaba, una presión en su corazón la hacía retorcerse del dolor.

Intentando buscar el origen de aquella voz, distinta que la voz de Solomón, intentó correr, pero en aquel vacío y oscuro lugar, era como sino avanzara.

"¡Rosemary! ¡Rosemary!"

Aquella voz extraña repetía una y otra vez aquel nombre, provocando que su dolor aumentara. Llegando a un punto en que lo gritaba con más fuerza y más rápido, que terminó despertando de aquel sueño, tosiendo sangre en la tina en la que estaba sumergida.

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Martha Pérez
si me gustó pero no entiendo porque no terminan de escribir todo, no pueden dejar así el libro a medias ya que van muchas historias a la mitad
Snowykitty: Gracias a tu apoyo! Si, ya estoy empezando a liberar los capítulos. En cualquier momento te aparecen muchas gracias por todo tu apoyo!
total 1 replies
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