Matrimonio a Precio Fijo

Mientras Igor reflexionaba sobre la diferencia entre su sueño y la realidad en cuanto a la personalidad de su medio hermano, el empleado nuevo que había hablado con él el día anterior se acercó de nuevo.

- Señor, ¿quiere que vaya a la cocina y pida que alguien le prepare un desayuno caliente?

Eran alrededor de las nueve de la mañana, aunque sabía que él aún no se había levantado, su madrastra ya había mandado retirar la mesa, lo que quedaba allí eran solo unas rebanadas de pan y un tarro de mermelada.

- No hace falta, voy a comer esto — respondió de forma amigable a aquel empleado.

A Igor no le importaba comer solo eso, porque el contenido de la próxima conversación no le permitiría comer en paz. Inesperadamente, el anciano pidió que le trajeran leche tibia, pero antes de que aquel pequeño gesto pudiera calentar el corazón de Igor, Francesco volvió a tocar aquel asunto.

- Igor, ¿has pensado en el asunto de ayer? Si has reflexionado al respecto, hoy tendremos una cena con la familia Moretti, así las dos familias pueden discutir sobre el compromiso.

El humor de Igor cambió instantáneamente, su abuelo no pudo ni siquiera esperar a que comiera una rebanada de pan antes de empezar con aquellas preguntas, pero él no estaba dispuesto a quedarse callado.

- ¿Y si digo que no quiero? — tenía una sonrisa burlona.

Francesco vio que su nieto aún mantenía la misma actitud que el día anterior, por lo que respondió con una expresión de disgusto y una voz profunda.

- No tienes elección, debes escucharme en este asunto, eres descendiente de los Rossi, tienes la sangre de nuestra familia corriendo por tus venas, te hemos criado durante tantos años, debes asumir alguna responsabilidad en estos tiempos de crisis.

El anciano estaba imponente e irremovible como siempre, su tono de voz revelaba su irritación, todos se quedaron en silencio y solo Jhone permanecía al lado de Francesco, acariciando su espalda, tratando de suavizar aquel momento incómodo.

- Abuelo, este asunto no puede tratarse de manera tan apresurada, debemos darle a Igor la oportunidad de llevarse bien con el joven de la familia Rossi, como tú mismo dijiste, él tiene la sangre de nuestra familia, ayudará a salir de esta situación que estamos enfrentando.

Aquella dulce declaración, en principio, era para apaciguar la ira de su abuelo y darle tiempo, pero cuando Igor reflexionó sobre la segunda parte de aquella frase, se dio cuenta de cierto juicio y acusación. ¿Si él no se casaba y su abuelo perdía todo, no sería culpa suya como miembro de la familia? Ese era el punto de aquella frase y Igor percibió la amargura detrás de la dulzura.

Igor esbozó una leve sonrisa y jugó con su cubierto, se preguntaba si su sueño era tal vez una premonición. Podía ver que Jhone tenía dulzura, pero detrás de cada acción, quería tener a las personas bajo su control.

Andrea llegó y escuchó parte de la conversación, ayudando en la persuasión de Igor.

- Igor, aquel joven solo es un año mayor que tú, ¿no es natural que los jóvenes se casen y luego venga el amor? Está bien si todavía no se gustan, pero cuando comiencen a conocerse, los sentimientos pueden surgir, la familia Moretti es considerada una de las más ricas del país, ¿no sería algo bueno para ti ingresar a esa familia? Y si en el futuro ves que realmente no se llevan bien, simplemente negocien un acuerdo de divorcio amistoso.

Andrea, después de hablar, golpeó a su esposo que estaba a su lado, él tragó saliva, hablando de manera paciente.

- Bueno, por lo general los padres tienen peso en la decisión de un matrimonio, así que vamos a resolver esto.

- ¿Ya terminaron de hablar? Ahora es mi turno.

Igor llamó la atención de todos, poniendo atención a la expresión de cada uno allí presente. Uno era duro y enojado, otro fingía ser amable, otro avivaba las llamas, mientras su padre era monótono y compasivo. Analizando aquello, no pudo evitar sonreír ante aquella situación, eso no era una familia, sino un nido de serpientes de donde él no podía quedarse.

- ¿De qué te ríes? —preguntó, molesta con su hijastro.

- Tía Andrea, usted dijo que sería muy afortunado para mí entrar en la familia Moretti, ¿por qué no le traslada esa suerte y bendición a su hijo? ¿Quiere?

Igor tenía un hermoso par de ojos castaños, que al principio podrían parecer inocentes a quien los mirara, pero escondían un rasgo de salvajismo inexplicable en ellos. Él solo fingía ser obediente, pero podría mostrar que no era tan dócil como ellos pensaban y Andrea pudo darse cuenta de eso.

— ¿Qué tiene que ver eso con mi hijo?

— ¿Cómo que no tiene que ver? — curvó la comisura de los labios mirando a Jhone — Aunque él no tenga la sangre de esta familia, ha sido criado como uno de los hijos, ya que hablábamos de matrimonio primero y amor después, no importa quién se case, ¿verdad? En fin, si se trata de cambiar la felicidad de un hijo por dinero, por supuesto que él puede contribuir.

Si su sueño fuera realmente una premonición, Jhone y el joven de la otra familia acabarían encontrándose, pero él necesitaba contraatacar y cada palabra fue como una espina perforando a todos. El abuelo frunció el ceño, respondiendo con ira.

— ¿Ya terminaste de causar problemas?

— ¿Problemas? — cogió el cubierto golpeando el vaso, su sonrisa volviéndose aún más burlona — Todavía no — se recostó en la silla, continuando el tema — Abuelo, papá, aunque me hayan echado del país, en una cosa tienen razón, tengo la sangre de esta familia y soy el segundo hijo — no le gustaba ese título, pero siguió para exponer su pensamiento.

— Mientras yo soy el segundo hijo, Jhone es solo el hijo de tía Andrea con otra familia…

— Cállate, no te pases de límites — ambos lo reprendieron al mismo tiempo.

El abuelo y el padre de Igor lo reprendieron juntos, pero él era rebelde por naturaleza y estaba dispuesto a continuar con su razonamiento, apretó el tenedor en su mano y sonrió con sarcasmo, antes de retomar su camino al exterior resolvería esa duda que lo estaba carcomiendo y sería esa misma mañana.