Por Mis Malditos Tacones

...XAVIER AMERY...

Las palabras de mi madre daban vueltas por mi mente. Yo amaba a mi esposa y confiaba ciegamente en que esto fuera solo una consecuencia de la depresión que atravesaba por su cambio tan radical pero si eso no era así tendría que considerar el divorcio.

Ella rechazaba a su propio hijo y yo me sentía profundamente herido.

Mi madre me dijo algo más que me dejó pensando...

-Ordené que hicieran pruebas de ADN, no confío en ella- la miré estupefacto

-Madre por favor, no desconfío de ella en ese sentido, es mi hijo, ¿No te das cuenta del parecido que tenemos?- le reclamé

-Eso no importa y es mejor estar seguros, si es capaz de rechazar al niño no se de qué más puede ser capaz esa... mujer- mencionó con total desprecio

Finalmente mi esposa e hijo fueron dados de alta. Ella cuando llegó comenzó a cuidar su alimentación como antes de quedar embarazada, a contar calorías exactas para no subir de peso, sino todo lo contrario bajar.

Ella rechazaba a nuestro hijo y aveces la encontraba llorando angustiada lo que reforzaba mi teoría acerca de la depresión.

Yo seguía viéndola hermosa pero si le decía lo que pensaba se alteraba más. No podíamos hablar de nada, la hora de la comida también era un gran problema porque me daba una rabia inmensa que no fuera capaz ni de amamantar a nuestro hijo sabiendo los beneficios que él obtenía para su salud de ese modo.

Le ofrecí participar en el desfile de la nueva colección de ropa deportiva y se negó rotundamente dejándome cenando solo.

Yo me despertaba de madrugada para alimentar a nuestro pequeño y lo cuidaba. Esperaba que ella tuviera instintos maternales para cuando yo volviera al trabajo pero con cada semana que pasaba me daba cuenta de que eso no sucedería.

Contraté dos niñeras para ayudarme mientras mi esposa se preocupaba de recuperar su cuerpo perfecto.

Volví al trabajo y cada vez que llegué a casa agotado mi amada esposa no estaba. Comenzó a pasar horas en el mejor centro estético de la ciudad, algo que yo pagaba.

Cómo hombre creí que cuando ella se sintiera lista tendríamos relaciones pero no ocurrió. Ella usaba la ropa que antes se ponía y para mí se veía igual pero ella seguía encontrando defectos en su cuerpo y alejándose de mi en el proceso.

Finalmente ocurrió el milagro y puse lo mejor de mi para satisfacerla aún con la inseguridad que me produjo su comentario sobre mi desempeño en el pasado. No pareció feliz y al terminar se veía disgustada.

-¿Para esto me buscaste tantas veces? Eres patético- su comentario me dejó sin habla

-¿Tienes a alguien más? ¿Es eso?- le pregunté con total seriedad y ella soltó una carcajada repleta de sarcasmo

-Creeme que lo considero. Eres tan aburrido, vives trabajando y aquí tu desempeño es cuestionable- cada palabra que salía de sus labios me impactaba de un modo certero sin piedad

-Me engañas y te olvidas de nuestro hijo y de mi- advertí colocándome la ropa para ir con nuestro hijo pero su comentario me detuvo

-No me amenaces, además el niño se quedaría contigo, yo tengo que seguir con mi vida y la carrera que su nacimiento me arruinó- sonrió con cinismo, evité responderle antes de estallar de furia

No es más que una desalmada. Cada día me sorprende más su fría actitud. Hasta considero darle el divorcio pero el deseo de que mi hijo crezca en un ambiente familiar aniquila todo pensamiento.

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MESES DESPUÉS...

Cada día se parece más a mi nuestro hijo pero ella se niega a tener con él algún tipo de vínculo. Jamás la ví cargándolo ni la escuché cantarle alguna canción, ni siquiera hablarle.

Mi relación con ella no hace más que romperse más cada día, jamás la creí tan fría e inhumana en cierta forma.

No tenemos relaciones hace meses cuando antes era algo muy recurrente entre los dos. Ella comenzó a trabajar y a desaparecer de casa siempre. Las niñeras siempre me cuentan lo que ocurre mientras yo estoy inmerso en mi trabajo porque tenemos muchos proyectos en éste momento.

Me acostumbré a cenar solo, estoy más que decepcionado, ¿Para ésto fue que me casé? Para esto me quedaba solo si a fin de cuentas sería lo mismo.

Me llegó un mensaje de audio de mi esposa "Querido no me esperes a dormir, saldré con las chicas a celebrar" decía con todo el sarcasmo, nada quedó de la calidez de sus palabras.

No llevamos ni dos años de casados y estamos así en ésta situación.

Mi hermano viajó especialmente para que conversemos frente a frente; él detesta a mi esposa.

-Cuando decidas pedirle el divorcio a esa inútil mi amigo lo tramitará para ti y le quitará todo derecho sobre mi sobrino- comentó con total calma

-Quiero salvar mi matrimonio- afirmé, lo que menos deseo es fracasar

-No hay nada que salvar, lo que tienes tu no es un matrimonio y me llegó el comentario de que te está siendo infiel. Deberías contratar un investigador de confianza- sugirió con absoluta seriedad

Las alarmas se encendieron, una infidelidad explicaría sus salidas, todas las ausencias, la falta de actividad sexual de los dos.

Antes era una mujer apasionada, fogosa que no soportaba una gran abstinencia pero ahora jamás me desea.