Entre la oscuridad y el eco de la sangre derramada, dos almas se cruzaron:
Elara Veyren, que deseaba liberarse del dolor, y Nyssa, que ansiaba una nueva vida.
El destino unió sus caminos.
Cuando Elara murió, Nyssa fue arrastrada hacia la luz, encadenada a ese cuerpo que dejaba de latir.
Cuando abrió los ojos, no estaba en el campo de batalla.
Estaba en la iglesia, vestida de novia… el día de la boda de Elara.
Pero ya no era la tímida joven.
Ahora, detrás de aquellos ojos grises, habitaba la mirada letal de La Furia Silente.
“Bien…
Me dan un matrimonio forzado, un esposo frío, una familia que la vendió…
No saben lo que acaban de desatar.”
Su sonrisa, apenas torcida y peligrosa, fue la primera señal de que la historia había cambiado para siempre.
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Redondito
Elara salió al patio con el cabello aún húmedo, después del baño, se levantó temprano antes de la salida del sol, salio a correr hizo sus ejercicios y volvió, ya lista, desayuno romo su arma enfundada en su uniforme de entrenamiento, Hoy sería un día pesado.
– Mírate.. estás igual que un soldado - Dijo una voz detrás de ella.
Elara se ataba los cordones en la entrada de la casa.
– Mírate.. Pareces mi abuela momificada — Burlo
Selene frunció el ceño, — Sea lo que hagas, no lograrás su atención.
Darius quien salía del baño ya listo, salía cuando escucho su conversación deteniendo el paso
– Mira Selene, tienes todo lo que quieras, no me molestes, No pienso luchar por un hombre.. Sé valerme y un hombre que no note eso no vale la pena
– El comandante vale la pena, el es muy atento conmigo, hace lo que yo digo, y no cambiará eso
Darius frunció el ceño, Elara sonrió pues noto su sombra por el rabillo de su ojo.
– Entonces porque no te casaste con el. Te hubieras ahorrado tu teatro.. Ah claro, - se levantó firme — Una Mujer impura no puede estar con un Comandante..
Selene apretó los dientes, lo que Elara dijo era verdad, se acostó con un rico en la fiesta de Jefes, un hombre casado y muy adinerado, que hasta el día de hoy le manda dinero, esto supo Mireya y para que no la dañen obligó a Elara tomar su lugar para casarse con Darius, diciendo que ya tenía un compromiso este enojo a Darius culpando a Elara que por su capricho según Selene no tubo más que dárselo ella.
– Nadie te creerá...
Darius se le oscureció el rostro con la contestación de Selene, pero Elara pensó mejor su plan, decidió desenmascarar a Selene y planear destruirlos a ambos, pensó en alguna droga fuerte así tendría el divorcio por infidelidad de su parte es donde más rápido se hace . Pero con esto ya es un comienzo .
Los pasos fuertes detrás de Selene la hizo abrir los ojos, Elara sonrió en su cara
—Espero que no te haya escuchado Hermana —susurró en su oído, Selene tembló de pánico.
—Buenos días, Comandante.. Desea desayunar..
Su voz tembló , Darius miró a Elara tomar sus cosas y salir.
– Mi guardia la llevará a su casa Señorita Selene.
Darius siguió a Elara a paso firme dejando a Selene con los nervios a mil 《 No no, no.. ¿Me habrá escuchado?. No, no puede ser 》
— Elara.. Sube.
Elera seguía su caminar alado de auto – No gracias, siga con sus cosas – aseguró su mochila y empezó a correr hasta el cuartel .
Darius la siguió el paso despacio, Elara suspiraba molesta 《 Ahora parece guardia. Quien le entiende a este tarado 》
Al llegar, ya empezó con sus entrenamientos, estaba en la zona de tiro.
Darius y Treytan miraban atentos corrigiendo posturas, sus coordinaciones, para después elegir algunos para su grupo.
– Debemos hablar sobre anoche.
Elara estaba en el piso con el fusil cuando levantó la vista hacia Darius
—¿Para qué? —respondió sin titubear—. Lo que hagan no es mi problema.
Darius bajo a su medida, molesto.
—No era lo que parecía. Podrías dejar de actuar como si no te molestara.
— Comandante, me importa un cuerno lo que haga. ¿ Puedo seguir con mi entrenamiento?
Antes de que él pudiera responder, Selene apareció con una bandeja con comida. Llevaba un chal ligero sobre los hombros, fingiendo aún debilidad. Se acercó con pasos cortos y se colgó suavemente del brazo de Darius.
—Comandante… traje comida para loa soldados.. —dijo con un dejo de dulzura melosa—. Hermana.. Traje tus favoritas Almendras.
Elara sonrió ladina, Selene sabía que era alérgica a las almendras, casi se muere un día cuando puso en su postre un puñado, Darius no le creyó, y tuvo que ir sola a la enfermería
– Soy alérgica.. Si quieres matarme mejor piensa en otra cosa que no sea de niños
Darius recordó que ella se lo dijo pero no pensó que fuera verdad, miró a Selene que se puso nerviosa.
– ¿Qué.. ? Nunca lo dijiste, pensé que eran tus favoritas .. Yo también soy alérgica
Elara dejó el rifle en la mesa de madera.
– Que raro.. Porque ayer comiste todo el postre que dejo Gregori, y tenía muchas almendras, son sus favoritas, el mismo me advirtió de ellas– la miró ladina con una cara macabra.
– Ho.. Es por eso que me sentía tan mal. — nerviosa
Elara limpio el rifle, viendo como Darius caía de nuevo en su dulce mentira pero el no contestó eso era raro, 《 Parece que está dudando 》
– Señorita Elara..
Treytan llegó con ficha en mano, Elara lo saludo como soldado el sonrió leve por eso notando a Darius y el acercamiento de Selene.
– La elegi en mi grupo, ¿acepta ?
– Yo también la elegí- Dijo Darius.
Ella levantó la ceja, en esta parte de los recuerdos Elara no podía ni siquiera estar con Darius por sus palabras denigrante y tampoco la eligió en su grupo, ella hizo de todo día y noche para tener una buena puntuación hasta casi lastimarse el cuerpo y las manos pro el no le importo, en cambio, sonreía Selene y le enseñaba a disparar.
– Elijo ir con usted Comandante Treytan, espero me enseñe grandes cosas
Treytan resopló una sonrisa, asintiendo le dio sus horarios mirando de reojo a Darius que estaba fijo en la espalda de Elara pero ella ni se giró se fue a donde estaría su nuevo grupo.
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El silbato sonó agudo en el campo.
Elara ya estaba con el uniforme, el fusil al hombro, respirando hondo pero firme.
Treytan caminó frente a la fila de reclutas. Su voz cortó el aire:
—¡Hoy será una muestra de lo que pasarán todos los días. ! se les evaluara, fuerza, compañerismo, disciplina y mente.
Van a arrastrarse, trepar y aguantar. Con un tiempo requerido de 60 minutos, el que logre menos tendrá más desempeño.
Todos estaban firmes esperando la señal.Elara estará junto a Lord Gabriel, sonrió al verla.
– Mucha suerte Señorita
– Igual Lord.. hay que mostrarles que no somos solo una cara bonita ¿ No cree ?
Gabriel rio– Estoy de acuerdo.
Elara bajó el mentón, los ojos clavados al frente.Darius observaba desde un costado, brazos cruzados, evaluando.
Treytan tomo el arma con su reloj de mano —Primer grupo. 30 minutos. Gabriel y Elara. Lideran la primera prueba.
¡BANG!
sonó el disparo
Sin dudar, se tiraron al barro y empezó a arrastrarse bajo los alambres.
No se detuvo ni cuando una estaca le desgarró un pedazo de la manga, dejando una cortada. Los demás la siguieron, jadeando. Gabriel iba a la par.
Subieron al gran poste de cuerdas, Treytan y los demás miraba como subía rápidamente como si fuera una araña.
Gabriel se resbaló, Elara no dudó y tomó su brazo.
– Vamos Gabriel.. - gruñó
Ambos bajaron, siguiendo el paso más rápido.
—No pierdas el ritmo- balbuceo Darius animado viéndola.
Treytan se volvió hacia Darius, con una sonrisa breve.
—Tiene más aguante que la mitad de tus reclutas, Comandante.
Darius alzó apenas una ceja.
— Recién es el primer día Veilá —contestó, seco.
Cuando Elara terminó la ronda, se levantó, cubierta de barro pero erguida.
Su respiración era pesada, pero su postura no temblaba.
—¿Cuánto tiempo fue ? —preguntó
Treytan– 50 minutos
Elara resoplo molesta 《 Es mucho ..》 – ¿Puedo hacerlo otra vez ?
Treytan la miró de arriba abajo, con una sonrisa
— Mañana..
– ¿ Puedo quedar a entrenar ?
— Sí.. ¿Y usted? – Miró a Gabriel que estaba agitado.
– No me queda otra, no pienso perder contra la señorita
– Bien, después de los entrenamientos quédense.
Ambos asintieron, y fueron a tomar agua espiando el próximo ejercicio
《 Esta vida de Militar me gusta.. Aunque es un poco aburrida comparada a lo caótica que era en el barrio suspiro recordando los días de peleas .
Horas después, la prueba de combate mano a mano.
Treytan la hizo salir al centro.
—Elige a quien enfrentar —ordenó.
Elara señaló a un soldado corpulento.
El murmullo entre los demás fue de asombro.Treytan levantó una ceja
—¿Segura ?..
– Claro que si, Comandante.
El combate empezó.
Elara esquivó el primer golpe, rodó por el piso lo agarró del brazo y lo tiró al suelo.
Lo inmovilizó en segundos, con la rodilla clavada en su espalda.
El silencio reinó un instante, luego se oyeron silbidos y risas ahogadas.
– Muy bien Señorita Elara- aplaudió Gabriel animado con su grupo.
– ¿Cuánto fue?
– cinco segundos.. Un gran récord.. ¿Porque te obsesiona el tiempo?
– Es una manía mía, Si no puedes superarte entonces no es divertído
Treytan la miró irse, muy alegre, diferente a los demás que estaba exhausto y tendidos en el piso, ella estaba dando brincos y con más energía como un juego, se cruzó de brazos, satisfecho. 《 Será una gran Comandante si se propone 》
Darius mantenía la expresión rígida, pero sus ojos no se apartaron de ella.
— Te llevaré cuando termines.
– No hace falta, Selene seguro le dará un pico de presión si hace eso , Y necesitara a su encantador esposo el comandante
Darius la tomó del brazo y la llevó más lejos
– Ya. Suficiente de decir que soy su esposo. ! Soy tu esposo ¡
– Por favor.. Usted mismo le da paso libre para que se vea así. ¡Solo es firme en la militancia! Pero no puede decir no a una mujer que vive colgado en sus brazos. - palmeo su mejilla – Eso es de hombre sin huevos, y seguro vendrá corriendo diciendo algo y usted caerá redondito..
Darius tomó su muñeca – No soy un hombre que cae fácil.. Y no doy pie a nada
– Comandante.. Vine a traerle agua a mi hermana– fingió un calor mientras se soplaba con rudeza – Parece que el sol no me está mareando
– Ho.. Que casualidad.. ¿No comandante? - dijo Elara, con una sonrisa satisfecha
Selene se desmayó, Darius dio un paso pero se quedó ahí, Elara lo miró con la misma cara de "tenía razón"
– Redondito... - susurró yéndose del lugar
– Soldado Damián, lleve a la señorita a enfermería, y después a su casa.
Selene apretó los dientes– Comandante – tomó su camisa, Darius saco su agarre
– Señorita Selene, si el sol le hace mal, es mejor que no venga. No es lugar para exhibiciones.
Salió sin mirarla, Selene se quedó ahí tirada en el piso, ardiendo de rabia, se mordió tan fuerte el labio que sangro.
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