Rosas Amarillas: El Contrato Es Solo La Excusa

Una hora paso desde la discusión en el comedor, Alma tenía sus ojos fijos en los párrafos de su novela, la tensión, la tristeza, el miedo, todo se había esfumado gracias a esas   dulces líneas

Lion camino hacia el cuarto cuando ve a través del cristal las luces del invernadero encendidas.

-        Aún sigues despierta- Lion noto que Alma estaba completamente inmersa en la historia y hablo en voz alta.

La voz, grabe interrumpió su momento más romántico Alma levanto la cabeza para encontrarse con Lion, su rostro sorprendido viendo fijamente al hombre de pie junto a la puerta.

-        ¿Me tienes miedo? ¿Por qué no dices nada?

-        No, no es eso, tan solo me sorprendiste, ¿necesitas algo? Dijo Alma suspirando, ya no quería pelear, enderezo su espalda, bajo sus piernas sobre el suelo y cerro el libro. Quería demostrar que estaba dispuesta a poner de su parte, si su vida estaba destinada a ser así lo iba a aceptar.

Las cejas de Lion se arquearon y su cabeza se inclinó ligeramente tratando de entender el cambio de actitud.

-No necesito nada más que a mi esposa para dormir.

-Habías dicho que no me ibas a obligar hacer nada que no deseara. La joven mujer caminó hasta Lion

sosteniendo el libro en una de sus manos.

-Dije dormir, siempre cumplo mi palabra. Lion sonrió burlonamente.

-Bien, solo dormir, pero mañana quiero ver a mi padre, sin la seguridad a mi lado, iré con el chofer y deberá

esperar fuera.

Después de escucharla Lion la observo en silencio unos segundos, hasta que una sonrisa se alzó en sus

labios

- Debo negociar fuera de casa todos los días para volver a ella y ¿negociar con mi esposa?

Alma levantó una de sus cejas

- Buenas noches -  paso junto a Lion para retirarse a su dormitorio\, no estaba dispuesta a ceder si no lograba nada a cambio.

El hombre a su lado quedo estupefacto, sus palabras quedaron en su garganta ante la respuesta fría de su

esposa, solo pudo extender el brazo y alcanzar la mano de quien se estaba alejando.

-¿A dónde crees que vas?

Alma volteo observó la mano de Lion sosteniendo la suya y jalándola se soltó antes de hablar

- A dormir- giro y continúo atravesando en jardín a paso apresurado.

Lion corrió y se detuvo frente a ella, moviendo su cabeza en negativa que denotaba su molestia, tuvo

que ceder ante la mirada orgullosa de Alma.

-Bien mañana podrás ir a ver a tu padre solo con el chofer, pero quiero verte en la sala cuando vuelva.

Alma sonrió, tomó la mano de Lion quien abrió los ojos sorprendidos - Perfecto, vamos a dormir, ambos

debemos levantarnos temprano.

Una vez en el cuarto la joven mujer noto que su esposo sigue parado en el umbral de la puerta,

-¿No vas a entrar?

-Quiero que duermas en mi habitación, el rostro frío de Lion diciendo estas palabras incomodaron a Alma,

pero el trato era dormir juntos ella nunca especifica el lugar, esto era un claro ejemplo de porque él era tan bueno en los negocios.

-Busco mi ropa de dormir y voy.

-Te espero, Lion no pensaba moverse de esa puerta hasta no conseguir su parte del trato, Alma busco

todo lo que necesitaba y camino hasta él.

Sin mediar palabras él la sujeto de la cintura, pero lejos de demostrar miedo Alma camino hasta la

habitación al final del pasillo, creía en su palabra, tenía poco tiempo de conocerlo, pero siempre que sintió que podía incomodarla daba un paso al costado dándole el espacio que ella necesitara para sentirse segura.

Atravesó la puerta de la habitación y sus ojos no daban crédito, la cama era dos veces más grande que la

suya y eso que en su cama dos personas dormirían cómodamente si tocarse, los muebles, cuadros y cada detalle en ella era sumamente elegante.

- ¿Te gusta?

La voz del hombre parado detrás de Alma interrumpió sus pensamientos.

-Definitivamente es hermosa- Sonrió y camino hasta la cama para tocar las sabanas.

 - Son muy suaves-

-Lo mandé a remodelar para cuando mi esposa decidiera dormir conmigo- Lion camino hasta las cajoneras y

tomo su pijama.

Alma fingió no oír sus palabras y camino al baño a cambiarse, cerró la puerta y dejo atrás la mirada

emocionada de un hombre feliz.

Lion se cambió, se dirigió a la cama levanto las sabanas y se acostó, las noches se tornaban frías, unos

pocos minutos pasaron para ver la atractiva figura de Alma apagando la luz del baño; se dirigió al otro lado de la cama e inmediatamente se instaló dando la espalda y cubriéndose hasta los hombros.

Un gesto de molestia apareció en el rostro Lion cuando observo como su esposa le daba la espalda.

Descontento se acercó para jalar a Alma entre sus brazos,

- ¿Qué haces? - grito Alma

- Tengo frío\, prometo no hacerte nada\, tan solo déjame dormir así contigo\, los brazos de Lion rodearon el cuerpo

de la hermosa mujer.

Alma quiso discutir levantando su cabeza que estaba presionada en el pecho de Lion, pero solo escucho la fuerte respiración de quien se había quedado profundamente dormido, después de unos minutos decidió cerrar sus ojos, Lion no movió sus manos como había prometido y era muy confortable el calor que emanaba de su cuerpo.