"Me cruce por su camino una vez... Solo una vez. ¿Suerte, casualidad o destino?. No lo sé. Pero desde que eso ocurrió conocí al hombre que cambio mí vida..."
Renzo Leone (27 años) es un poderoso mafioso de Grecia: Inteligente, despiadado, sin corazón y frío asesino, todo eso se oculta detrás su fachada de ángel hermoso. No dudo el matar a sus enemigos con sus manos. Inmensamente temido en el mundo de la mafia y aún peor que no portaba debilidades por dónde atacar, logro poner su apellido por encima de todo el mundo tanto así que cualquiera temblaba la oírlo.
Melina Brown (20 años) una dulce joven introvertida de EE.UU que vive bajo la maldad de su mamá, quien la odia por ser hija de una infidelidad de su parte hacia su marido. Con la culpabilidad de haber arruinado la vida y el matrimonio de su madre, jamás presto atención al hecho que estaba siendo vigilada sino hasta muy tarde. Su verdadero padre hará su aparición cuando intenta rehacer su vida.
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5. MARCHITO
.RENZO
–. ¿Que tipo de, emmm... –se aclara la garganta–. "Juguetes" buscada?.
–. Esposas y látigos –le digo detrás de ella–. Quizás algunas plumas.
–. Okey... –asintio–. Por aquí.
Caminamos por los pasillos, hasta llegar al sector donde nos detenemos, veo en la pared todo tipo de plumas. Algunas las conozco bien y otra aún mejor. Soy fan de estos juegos, estimulan los sentidos llevándolos al tope de su existencia.
Paso mí mano por cada una de ellas bajo su atenta mirada... Si continúa mirando así usaré esto con ella en este mismo lugar, mmmm... Quizás mala idea.
–. Tenemos cosas de todo tipo –dice nerviosa.
Te haría cosas de todo tipo.
¡BASTA, RENZO! ¡COMPORTATE!.
–. Ya veo, señorita –la miro–. Mucha variedad...
Tomo una pluma de color azul índigo igual que sus ojos, pongo la pluma entre dos de mis dedos y lo deslizó.
Su mirada sigue casa uno de mis movimientos.
–. Debe ser bastante entretenido –me dice–. ¿No es así?.
–. La mayoría de las cosas relacionadas con el erotismo son entretenidas –digo mirándola mientras acaricio la pluma–. ¿Jamás ha jugado con esto con su novio?.
–. No, él hecho es que no tengo –se ríe–. Actualmente estoy soltera. Pero tuve mí último novio hace un año.
–. ¿Y con él...? –pregunto.
–. Puff... No era muy divertido–dice cruzandose de brazos–. Además se quejaba mucho de que no tenía tiempo para él.
–. Un idiota completo –digo.
–. No entendía nunca. Yo cuidaba y cuido de mí hermana –suspira–. Además trabajo todo el tiempo.
–. ¿Tienes una hermana? –digo curioso–. ¿Cómo se llama?.
–. Si tengo una hermana menor –sonríe–. Se llama Florencia y tiene quince.
Siento como la cara se me transforma, el dolor vuelve a mí pecho. Tomo la pluma y la miro.
–. Llevaré solo esto –le digo–. Si necesito algo, volveré.
–. Cómo desee –dice–. Venga, lo llevaré a la caja para poder cobrarle.
Me lleva a caja registradora donde pago el producto.
–. Aquí tiene su cambio –me dice.
–. No, quedatelo –le digo–. Por tan buena atención.
–. No, por favor. Esto es demasiado –me extiende el cambio.
–. Insisto, quedatelo. Vendré de vuelta seguramente –le sonrío–. Hasta pronto, Melina.
Ella me mira y una sonrisa se forma en sus bellos labios.
–. Que tenga buen día, señor Leone –me dice.
–. Igualmente, Melina –le sonrío.
Así salgo de la tienda para regresar al hotel. La lluvia empieza a caer cuando cae la noche, aún así en barullo de la ciudad no cesa.
Una vez acostado pienso en las palabras de Melina: "Tengo una hermana menor... Se llama Florencia". Florencia es lo único que se repite en mí mente... Mí hermanita, mí pobre hermanita.
Me duermo recordando cuando vi su cuerpo, era una noche lluviosa igual a esta.
...****************...
• UN MES ANTES •
–. ¡No me importa que tengan que remover tierra, agua o aire! –les ordenó–. ¡TRAIGAN A MI HERMANA!.
–. Hermano, tranquilo –dice Mitchel–. La encontraremos.
Pero entonces un hombre entra en la oficina, su cara delata espanto y temor.
–. Señor... –tartamudea.
–. ¿Que paso? –pregunte–. ¿¡QUE PASO!?
–. Señor –volvio a decir con temor–. La señorita Florencia....
Salí afuera corriendo, poco me importo que estuviera lloviendo como si fuera a caerse el cielo, solo quería verla, llegué hasta las rejas de la mansión... Ahí tirado en la entrada... Ahí como si fuera una simple basura... Ahí envuelto en una sabana blanca embarrada hasta la cabeza... Ahí un cuerpo tirado.
Temblando me acerque, jamás había sentido tanto miedo en mí vida, me arrodille delante del cuerpo y lentamente aparte la sabana de su cara. El rostro golpeado y cortado de mí hermana se reveló.
–. Ah... –solte un quejido de dolor–. Ah... No.
Toque su frío rostro pálido. Mí corazón latía pesadamente, tan pesadamente que creí que se detendría.
– Flor... Hermanita –dice apunto de desfallecer–. No, no por favor. Dios.
Tomé sus hombros envueltos en la sábana y la levanté, la abrace con fuerza mientras acariciaba su cabello cortado a lo salvaje.
– Florencia... –empece a llorar–. ¿Que te hicieron, hermanita?. No, por favor.
La apreté más contra mí, cerré los ojos y apreté los labios, para luego explotar.
– ¡MALDICIÓN! –grite con todas mis fuerzas–. ¡FLORENCIA!
Desde ese momento mí corazón se marchito, no tenía nada más que a ella y ahora solo me queda su venganza.
...****************...
–. ¡DEMONIOS! –me desperté sobresaltado–. Dios.
Pase mis manos por mí cara deslizandolas hasta mí cabello. Decidí levantarme e ir a ducharme. Otra vez la pesadilla, creo que jamás me abandonara.
Jure protegerla a toda costa y falle. Ahora juro vengarla y está vez... Pienso cumplir eso.
Salgo del baño y miro por la ventana.
–. Te juro sobre mí cadáver, Antonio Ríos –digo–. Que si tienes algo que ver... Te mataré de la peor forma posible.
Tiene varios enemigos