"He regresado de las profundidades del infierno, un viaje oscuro y tortuoso, para reclamar lo que me pertenece. Soy Lucía Casanova, la única heredera de una dinastía marcada por la traición y el secreto. Mis enemigos pensaron que podían arrebatarme mi legado, pero no conocen la furia que despierta en mí la injusticia. Ahora, con cada paso que doy, el eco de mi venganza resuena más fuerte. ¡El tiempo de la redención ha llegado!"
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Capitulo XV El juicio. Primera parte
Punto de vista de Lucia
La hora de empezar el juicio había llegado, y está vez no habría compasión por nadie, todos los que me hicieron daño ahora pagarían.
Dimitri pasaría por mí en una hora, nuestra relación se ha fortalecido en estas últimas semanas, ya casi ni vengo a dormir a la mansión, él me ha propuesto que me mudé a su apartamento, pero siento que aún es muy pronto, además está lo del juicio y no quiero que se sienta presionado.
Mientras miraba por la ventana, la luz del sol iluminaba el salón, pero mi mente estaba en otro lugar. Pensaba en todo lo que había pasado, en las traiciones y las heridas que aún llevaban cicatrices. Dimitri había sido un faro de luz en mi vida oscura, pero la idea de mudarme a su apartamento me llenaba de dudas. No quería arruinar lo que teníamos por un impulso.
El reloj seguía avanzando, y cada tictac resonaba en mi pecho como un tambor de guerra. Sabía que el juicio no solo era un trámite legal; era una batalla personal. Tenía que enfrentar a quienes me habían hecho daño y demostrar que no estaba dispuesta a ser una víctima más.
Dimitri entró en la habitación justo cuando mis pensamientos se tornaban más oscuros. Su mirada era calmada y decidida, como si supiera exactamente lo que necesitaba. "Lucia," dijo con voz suave, "no estás sola en esto. Estoy aquí para ti."
Su apoyo me reconfortó, pero también me hizo sentir vulnerable. "¿Y si pierdo?" pregunté, sintiendo el peso de la incertidumbre.
"Eso no es una opción," respondió con firmeza. "Tienes la fuerza dentro de ti para salir adelante. Solo confía en ti misma."
Esas palabras resonaron en mi mente mientras nos preparábamos para lo que vendría. Sabía que debía ser fuerte no solo por mí, sino también por Dimitri, quien se había convertido en una parte fundamental de mi vida.
Salimos de la mansión para enfrentarme a mis enemigos, este era un camino largo y sabía que no solo sería el día de hoy que tendría que enfrentarlos, sabía que a partir de hoy empezaría la batalla.
Llegamos a los tribunales y una turba de periodistas nos estaban esperando, ahora también me convertiría en una figura pública la cual sería amada por muchos, pero también odia por otros, ya que los Lombardi eran una familia muy respetada en esta sociedad.
Camine con pasos firmes entre la multitud, no respondí a una sola pregunta de los periodistas, no tenía tiempo para perder con esas personas; sin embargo, en la distancia pude visualizar a Guillermo Lombardi dando declaraciones a la prensa, en mi rostro se dibujó una sonrisa irónica al pensar en lo descarado que era ese hombre, ahí estaba como si fuera un dios que tenía al mundo entre sus manos, ¡ah!, pero tampoco estaba solo, a su lado estaba Sebastián, quien se veía con la mirada perdida, verlo me hizo sentir una mezcla de emociones. Por un lado, había un rayo de esperanza en su mirada, como si en el fondo supiera que lo que estaba por venir no era justo. Pero, por otro lado, sentí una punzada de traición. ¿Cómo podía estar al lado de Guillermo, el hombre que había sido parte de mi sufrimiento?
Mientras me acercaba al edificio del tribunal, noté cómo la multitud se dividía entre murmullos y flashes de cámaras. Era un espectáculo, y yo era la protagonista. La adrenalina corría por mis venas, y aunque el miedo intentaba apoderarse de mí, decidí rechazarlo. Hoy era el día en que recuperaría mi voz.
Al entrar al tribunal, el aire estaba cargado de tensión. Las paredes parecían absorber cada susurro, cada respiración nerviosa. Tomé asiento en el banquillo y me preparé para lo que vendría. El juez entró y el ambiente se volvió aún más solemne.
Guillermo tomó su lugar frente a mí, su mirada llena de arrogancia. "Lucia," comenzó con un tono despectivo, "qué valiente te ves hoy." Su comentario era como un dardo envenenado, pero no permitiría que me afectara.
"Valiente o no," respondí con firmeza, "hoy se acabará este juego." El murmullo en la sala creció y sentí cómo todos los ojos estaban puestos en mí.
El abogado de Guillermo se levantó para hacer su caso, pero yo sabía que tenía pruebas contundentes que demostrarían su culpabilidad. La preparación durante las últimas semanas había sido intensa y sabía que no podía fallar.
Mientras escuchaba los argumentos en su contra, mi mente divagó nuevamente hacia Sebastián. A pesar de todo lo que había pasado entre nosotros, había algo en él que me hacía dudar. ¿Podría ser que él también estuviera atrapado en este juego cruel? Esa idea me hizo sentir una punzada de compasión.
Sin embargo, no podía dejar que eso me distrajera. Tenía que concentrarme en mi objetivo: hacer justicia por todo el daño que habían causado a mi vida y a la vida de otros.
Cuando llegó mi turno de declarar, respiré hondo y me levanté con determinación. Miré a Guillermo a los ojos y dije: "Hoy no solo estoy aquí por mí; estoy aquí por mis padres, por ellos a quienes les quitaron la oportunidad de seguir viviendo."
La sala quedó en silencio absoluto mientras mis palabras resonaban en las paredes del tribunal. Sabía que esto solo era el comienzo; la batalla apenas comenzaba.
Punto de vista de Dimitri
Ver a Lucia tan decidida me hizo sentir lo afortunado que era en que ella me permitiera estar a su lado en este momento, y no solo como su abogado, sino también como su compañero. Estaba pensando pedirle matrimonio cuando esté infierno terminara, era lo correcto, sabía que en este momento no era prudente hacerlo.
Una vez estuvo lista para declarar, me acerqué a ella con una mirada sería, aquí no podía ser el hombre amoroso y amable que era cuando estábamos solos. Empecé el interrogatorio sabiendo que el abogado de los Lombardi la iba a querer destrozar, no tenía miedo por ella, pues sabía que era una mujer fuerte y valiente, algo que había demostrado durante los últimos cinco años de su vida.
lo mismo
intrigante
espero mantenga el nivel de interés en toda la trama