Él hace muchos siglos fue el dios del amor, su deber era velar por el amor entre hombres. Pero esto le parecía algo repugnante así que en lugar de procurar el amor de estas parejas lo que hacía era romper el hilo del destino haciendo que las parejas se odiaran. Los demás dioses al enterarse de esto, lo castigaron enviándolo a la tierra haciéndolo reencarnar una y otra vez y en cada una de sus reencarnaciones se enamoraría de un hombre. El dios del destino cada vez que el dios del amor se enamoraba, rompía el hilo del destino que lo unía a su pareja, de este modo el dios del amor odiaba a su pareja, la maltrataba y golpeaba, aunque su alma le gritara a su conciencia que no lo hiciera.
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cap 7 susurros
Desde ese día Apolo, después de realizar sus deberes como dios, va todos los días al lugar donde está el árbol plantado, allí le cuenta al árbol como fue su día a día, le Lee poemas o simplemente se queda dormido sobre las raices del árbol. El dios supremo observa cada día la rutina de su hijo, admirando el amor que este ha tenido para con el que alguna vez fue el dios del amor. Los otros dioses por su lado, lamentan que el amor de Apolo y el dios del amor, Eros, no se haya podido realizar. Pero admiran como cada día Apolo le profesa su amor al árbol que plantó en nombre de Eros.
X: El dios de la naturaleza en verdad ama al dios del amor, aunque este no esté ya en este plano.
Xx: Si es verdad, ha pasado tanto tiempo y él aún sigue allí profesando su amor.
Xxx: Ojalá yo encontrara a alguien que me ame así incondicionalmente como Apolo ha amado a Eros.
Allí estaba Apolo sentado bajo la sombra del enorme árbol, apesar de los años, este se ha mantenido verde y con hermosas flores.
APOLO: Aún no pierdes tu belleza, pequeño dios de amor._(decía tocando el tronco del árbol)
Allí pasó un tiempo y se retiró directo al palacio del dios supremo. Al llegar allí pasó al jardín donde se encontraba su padre.
Dios supremo: dios de la naturaleza, Apolo, en estos años he admirado el profundo amor que sientes por el dios del amor.
APOLO: Siempre lo amaré padre, aunque el ya no esté aquí conmigo.
Dios supremo: ¿Quieres que le dé vida al dios del amor? ¿Sabes que si me lo pides puedo volverlo a la vida, aunque eso tendría un costo?
APOLO: Si me gustaría que estuviera aquí conmigo, padre. Sin embargo volverlo a la vida para tenerlo conmigo sería egoísta de mi parte y estaría yendo en contra de lo que él quiso.
Dios supremo: comprendo, si alguna vez quieres hacerlo, sabes dónde encontrarme y con gusto te ayudaré.
APOLO: Agradezco tu oferta padre, pero no quiero hacer nada que vaya encontra del deseo que tuvo Eros, si el fue feliz borrando su existencia, yo no le quitaré esa felicidad.
Dios supremo: Me alegra saber que tu amor por él, va más allá de lo físico ni la muerte ha Sido impedimento para que lo ames.
APOLO: Como le dije antes de morir, padre, yo lo amaré toda mi existencia.
Ellos continuaron platicando un rato más y Apolo se retiró a sus deberes.
Al día siguiente, Apolo hizo su rutina y fue a visitar el enorme árbol de cerezos.
APOLO: Ya han pasado cien años desde que decidiste desintegrar tu alma, pequeño dios de amor. Tu flores cada día son más hermosas, tan hermosas como tú alma. Me sorprende ver que aún siendo un árbol eres el más hermoso entre todos, nada ni nadie se puede comparar con tu belleza mi pequeño dios de amor._(decía acostado bajo el árbol observando las flores de este.)
Después de decir eso, Apolo sintió y vió como las ramas del árbol se movían con ímpetu, como si quisieran desprenderse de su tronco y salir volando.
APOLO: Parece que estás muy feliz mi pequeño amor. _(dijo levantándose del suelo para tocar el tronco del árbol)
Al tocar el árbol, Apolo pudo sentir la esencia del dios del amor con plenitud, como si esta estuviera viva.
APOLO: Definitivamente estás feliz mi pequeño amor. Me tengo que ir, pero recuerda que siempre te amaré.
Apolo se dió la vuelta para irse pero en ese momento escuchó un susurro, pero no entendió lo que decía o quien lo decía, asi que volteó a ver el árbol y dijo.
APOLO: Mi pequeño amor, ¿estás quejandote porque te dejaré solo?
El susurro se escuchó más claro
“Mi Iris, llamas quejas a mis susurros sin saber la dicha que suplanta, aquella dicha que me das con cada visita y cada palabra de amor tuya, la dicha de saber que me amas más allá de lo imaginable. Has Sido la luz que ilumina mi camino desde mi antigua vida, desde que era una criatura que temblaba con el sonar de las trompetas y tomaba mi cintura, tu voz en este tiempo ha Sido un aliciente, que se escucha multiplicada con tus cantos y versos de amor tan complacientes, ¡Oh Apolo, mi Iris, esta tristeza de no poder tocar tu rostro, de no poder besar tus labios y no poder demostrarte cuánto te amo! Te prometo que te amaré, dios de miel, mi refugio de ala, con la misma encendida resistencia con la que me has amado siglo tras siglo, aún siendo un árbol me entrego a ti prometiendo amarte hasta que cada una de mis flores se marchiten y mi esencia desaparezca".
Apolo se sorprendió al escuchar claramente la voz del dios del amor. Así que para saber si no era una alucinación suya le habló al árbol preguntándole si había Sido el quien había hablado. El árbol repitió lo que había dicho.
APOLO: yo prometo amarte con aún más intensidad mi pequeño dios de amor, te prometo ser siempre tu refugio de alas, prometo amarte cada día de mi existencia y evitar que tus flores se marchiten y tú esencia desaparezca, por que eres y siempre serás mi pequeño dios de amor y yo siempre seré tu iris en la oscuridad, tu refugio de alas. Te amo. _(dijo con lágrimas de felicidad al escuchar nuevamente la voz de Eros y saber que este en estos cien años ha aprendido a amarlo.)
Después de eso ya no se volvió a escuchar el susurro así que Apolo salió de allí rumbo a los aposentos de su padre a contarle lo sucedido y a preguntarle si podía hacer algo para que Eros estuviera vivo nuevamente.
Dios supremo: Como te dije ayer, puedo traerlo nuevamente a la vida, pero eso tendrá un costo.
APOLO: No importa el costo padre, si puedes traerlo a la vida, yo haré lo que sea y pagaré el costo.
Dios supremo: Bueno, para empezar si lo vuelvo a la vida ya no será un dios, será un humano normal.
APOLO: Eros no quiere ser dios, no quiere tener la responsabilidad de la vida y el destino de los humanos en sus manos, así que por eso no hay problema, yo lo amaré igual.
Dios supremo: entiendo, lo traeré a la vida pero el alma que usaré para colocar su esencia es el alma que tuvo como Jasha Smirnov.
APOLO: Entiendo padre, pero ¿cuál sería el costo de traerlo a la vida?
Dios supremo: Lo traeré a la vida, sin embargo el no recordará nada de sus vidas pasadas ni su vida como dios, mucho menos se acordará de ti o que te ama, solo recordará la vida que tuvo como Jasha. Con esto quiero decir que si el nunca te recuerda, el costo es que su lazo del destino sea roto y jamás puedan estar juntos.
APOLO: No crees que el precio es demasiado alto padre, ¿si el jamás me recuerda me dejarás sufrir por el lazo del destino roto? ¿Me dejarás sufrir aún más por amor?
Dios supremo: Amar no es fácil Apolo, debes demostrar que Eros en verdad te ama y es capaz de vencer las barreras por amor a ti.
APOLO: Acepto el trato padre, tráelo a la vida y yo me encargaré de enamorarlo y hacer que me recuerde. Si ya lo enamoré una vez, una segunda vez no será difícil.
Dios supremo: está bien, vamos.
Los dos se dirigieron hasta el prado donde estaba el árbol, al llegar el dios supremo sacó la esencia del dios del amor para traerlo a la vida. Luego de eso hizo récitó unas palabras y la esencia del dios del amor ya no estaba en sus manos.