Luego de ser traicionada por su mejor amiga y su prometido, Bella busca la manera de vengarse de las personas que una vez quiso como a su propia familia.
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capítulo 19
Luego de ese día mi vida cambió nuevamente, pero esta vez yo fui quien había tomado la decisión. Como lo había dicho al día siguiente viajamos a París con mi familia y luego de visitar a unos viejos colegas, retome mi profesión. Me concentré tanto en mi trabajo para intentar olvidarme de Vladímir que en cuanto menos lo pensé, la semana de la moda había llegado y mi nombre aparecía en todas las portadas de las grandes revistas. Habían pasado dos meses desde que me habia ido de Miami y pronto mi gran debut se llevaría a cabo.
Mientras terminaba de finalizar algunos detalles de unos de mis diseños un repentino mareo puso el piso a girar. Rápidamente, me tomé del brazo del modelo para el cual estaba confeccionando el traje y este dijo.
— No creo que no sea nada eso...— Me ayudo a llegar a mi silla y esperando a que me normalizará dijo.— Isabela deberías ir al doctor, no llegarás al debut viva si te sigues matando trabajando en estas cuatro paredes.
— Ya Javier, no es para tanto. Seguramente se me bajo el azúcar, aún no he comido nada... debe ser eso.
— Muy bien, entonces terminamos por hoy y vamos a comer.
Pronto las puertas de mi estudio se abrieron y Marco ingreso sin siquiera tocar la puerta como lo hacía siempre. Al ver lo cerca que estaba Javier de mí, se acercó a nosotros y apartando a mi modelo, miro mi rostro y al ver lo pálida que estaba dijo.
— ¿Qué sucede aquí? ¿Hermana te sientes bien?
Asentí con una sonrisa intentando ocultar mi malestar, pero pronto Javier dijo.
— Basta Isabela, dile a tu hermano la verdad.
Veo como Marco lo mira y luego me mira a mí.
— ¿Qué pasa?
Al ver como yo lo estaba mirando Javier solo se disculpó con la mirada y agregó.
— No se siente bien, lleva días así. Hoy se mareó dos veces y recién si no se agarraba de mi brazo hubiera caído al piso.
— Javier...— Digo finalmente para que no siguiera exagerando, pero ya había sido demasiado tarde.
— Lo siento Isa, pero necesito que estés bien para que todos podamos sobresalir en la semana de la moda. No pude nuestra diseñadora estrella estar enferma.
— No estoy enferma, es solo que no comí aún.
— ¿No has comido? Hermana son más de las seis de la tarde. — Veo como mira a Javier y agrega. — Gracias por decirme la verdad, pero por hoy se acabó el trabajo. Llevaré a mi hermana a descansar.
Javier asiente y contesta.
— Está bien, si quieren vaya tranquilos yo cierro el lugar.
Mi hermano asiente y tomando mi brazo dice.
— Vamos Bella... — Lo miro algo frustrada, pero levantándome de mi asiento tomo su brazo y sintiendo mis piernas como gelatinas digo.
— Hermano solo necesito descansar un poco no tienes de qué...
Y sin poder seguir hablando todo se volvió oscuro y no supe nada más.
Narrador omnisciente.
Bella no había terminado de hablar cuando de pronto Marco sintió como su agarré se aflojó y rápidamente la tomo en brazos antes de que ella quedara por completo inconsciente.
— Carajo, Bella... Bella...
El modelo se acercó a ambos y mirando a Marco dijo.
— Sabía que algo no andaba bien, es mejor que la lleves al hospital, ella no está bien hace días.
Marco solo asintió y luego de que Javier le abriera la puerta del estadio, Marco salió cargando a su hermana en brazos y los hombres de seguridad rápidamente se acercaron a ellos.
— Señor...— Dijo Donato algo preocupado al ver a Bella inconsciente.
— Llévanos a la casa, ahora...— Subió a su hermana al auto y luego tomando su celular, llamo a su abuelo y dijo.— Viejo, voy en camino con Bella, se acaba de desmayar en el estudio y su empleado dice que lleva días sintiéndose mal.
El abuelo al escuchar eso, se levantó de su asiento y poniéndose serio contestó.
— Muy bien, llamaré a nuestro médico. Tráela de inmediato.
– Ya vamos...
Luego de eso Marco colgó y mirando al conductor del auto dijo.
— Podrías pisar el puto acelerador.
El hombre no dijo nada, pero acato inmediatamente la orden de Marco. No habían pasado ni veinte minutos, que Marco había llegado junto con Bella a la finca donde ellos se estaban quedando. Rápidamente, volvió a tomar a Bella en sus brazos y bajando del auto se encontró con su abuelo, su padre y sus primos, quienes al ver a Bella inconsciente todos miraron serios a Marco y preguntaron.
— ¿Qué le paso a mi hija? — Dijo Francisco acercándose a ambos y Marco contesto.
— No lo sé, cuando llegue no se veía muy bien y su modelo mencionó que llevaba días sintiéndose mal.— Marco caminaba por los pasillos de la finca con Bella en brazos hasta que llego a su habitación y depositándola suavemente en su cama dijo.– No entiendo por qué no dijo nada.
— Tranquilo hermano seguro no es nada...— Dijo Gian para calmar a su primo y agregó — Tal vez solo sea exceso de trabajo. Bella se ha estado esforzando mucho para lograr llegar a la semana de la moda y por lo que sé es un trabajo muy duró.
Nadie dijo nada más y pronto el médico de la familia había llegado. Sin más pidió que lo dejaran revisar a Bella y sacando a todos de la habitación se concentró a hacer su trabajo.
Bella...
Despierto algo confundida al ver que estoy en mi habitación e intento sentarme, pero pronto otro mareo me hace apoyar la cabeza nuevamente en la almohada. Cerré los ojos esperando a que pasara rápido, pero pronto la voz de alguien a mi lado me asustó.
— ¿Sé siente mareada señorita Mussicardi?
Pegue un pequeño brinco y al reconocer al doctor dije.
— JESÚS... casi hace que muera de un susto. — El anciano solo sonríe y contestó.— Lamentó que mi familia lo hiciera venir, no es para tanto solo me saltee algunas comidas y creo que se me bajo el azúcar. Eh estado muy ocupada preparando mi colección y no he tenido tiempo para alimentarme correctamente.
Veo como el anciano toma mi muñeca y tomando mi puso menciona de repente.
— Ya veo, ¿Recuerda cuando fue su última fecha de su período?
Al decir aquello, mire al médico a los ojos e intentando sacar cuentas, guarde silencio por un momento y dije.
— La verdad no lo recuerdo. — Pero en el fondo lo sabía muy bien. No había tenido la regla desde que había llegado allí, al pensar en eso mi pulso se empezó a acelerar y mi respiración se empezó a agitar. — Creo que hace algo de calor aquí... ¿No cree?
Me empecé a abanicar con mis manos y el doctor tomando su maletín dijo.
– No tiene de que preocuparse señorita Bella, podemos salir de dudas ahora mismo.— el anciano saco un test de embarazo de su maletín y entregándomelo dijo.– puede ir al baño tranquila yo la esperaré aquí. Y no se preocupe que no me iré a ningún lado, tampoco le informaré nada a su familia si es eso lo que quiere.
Rápidamente, asentí y levantándome de la cama dije.
— Por favor, primero salgamos de dudas.
Sin más me encaminé hacia el baño y cerrando la puerta detrás de mí cerré los ojos intentando guardar la calma.
— Por favor Dios que no sea cierto...
Mencioné antes de realizar la prueba...
que buen humor autora mis felicitaciones me hizo reír un montón