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Bajo La Luz De La Luna

Bajo La Luz De La Luna

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Vampiro / Amor en la guerra / Fantasía épica / Mundo mágico / Polos opuestos enfrentados
Popularitas:726
Nilai: 5
nombre de autor: Gaelth

"El amor, al enfrentar la tragedia, no se desvanece: sangra, sí, pero también florece. Porque en su dolor más hondo descubre su fuerza, y en medio del caos se convierte en guía. Solo cuando el corazón se quiebra, el alma entiende que amar no es solo sentir, sino resistir, transformar y dar sentido incluso al sufrimiento."

NovelToon tiene autorización de Gaelth para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Feromonas prohibidas.

Cádiz sintió que su corazón se volvía vulnerable ante la sonrisa del niño.

"¿Por qué siento alivio?"

Todos estaban atónitos; jamás imaginaron que el temible rey vampiro pudiera ser tan amable con un niño. Todos sabían que Cádiz era tosco, carente de emociones y sentimientos, pero lo que acababan de presenciar los confundía: habían visto la calidez de Cádiz. Aedus, en el fondo, siempre supo que él era alguien bueno.

Cádiz se quedó inmóvil por un momento, sintiendo algo en su pecho. Pensó en lo que había pasado y en lo que todos habían visto.

"Dejé que presenciaran mi naturaleza... Dejé que vieran mis emociones y mi vulnerabilidad. ¿Por qué? ¿Por qué? Estoy perdiendo mi verdadero yo."

El niño notó su expresión distante y, con inocencia, preguntó:

—¿Está triste?.

Cádiz reaccionó y volvió en sí.

—No pasa nada. ¿Con quién andas? —preguntó con curiosidad.

—Eh, bueno... el rey invitó a algunos niños del orfanato. Venimos varios niños y unas monjas que nos cuidan.

—¿Por qué los llamó?—pregunta Cádiz.

—Dijo que nos daría comida si ayudábamos a recolectar piedras.

—¿Qué?—fulmina sus ojos.

—Es que nos quedamos sin alimentos, y nos dio trabajo. Por eso estoy lleno de mugre. Mire mis manos están limpias sí.

El niño abrió sus manos y se las enseño a Cádiz, este se da cuenta de que tiene las manos llenas de llagas y lanceraciones, eso significa trabajó pesado.

—¿Dónde están los demás?

—No lo sé... Yo estaba en el jardín recolectando flores y accidentalmente acabe aquí.

Los ojos del niño se tornaron tristes. Al verlo, Cádiz sintió lástima por él. Aunque su mirada y su porte seguían siendo firmes y serios, su expresión se volvió serena ante la inocencia del pequeño.

—Tranquilo...

Se quitó el collar de rubíes y lo sostuvo frente al niño.

—Mira, esto es tuyo. Ya no estés triste. Con esto, podrás darle comida a todos, no necesitas trabajar.

Se arrodilló para entregárselo.

—¡Wow, gracias!—los ojos del niño brillaron

Nadie nunca me había regalado algo tan brillante —dijo el niño con una sonrisa radiante y ojos llenos de emoción.

Sin pensarlo, el pequeño se lanzó a los brazos de Cádiz,a pesar de estar sucio Cádiz no rechazó este gesto sólo se quedó inmóvil.

De pronto, una monja se acercó rápidamente, tomando al niño de la mano. El pequeño, emocionado, le mostró el collar.

—¡Mira!

El señor me lo dio. Es un rey muy amable.

—¡Ah!

Se lo agradezco mucho, mi señor Cádiz. Lamento si George fue grosero o le causó molestias.

—La monja se inclinó en señal de respeto.

Los presentes observaron la escena en silencio.

—No hay problema, es un niño muy amable. George, ¿así te llamas, verdad?

—Sí —respondió el niño con una sonrisa.

—Bien, George, espero volver a verte.

—Su Majestad, gracias por su cordialidad y generosidad. Me tengo que ir, los niños me esperan —dijo la monja.

—¡Adiós, George! —se despidió Cádiz, viendo cómo el niño se alejaba de la mano de la monja.

Marcus se acercó lentamente, observando fijamente a Cádiz, quien, al notar su presencia, intentó fingir indiferencia.

—Majestad, lamento la demora. No quise interrumpir.

—No hay problema —respondió Cádiz, desviando la mirada hacia las monjas a lo lejos.

Marcus había presenciado cómo el rey trató al niño.

—Su Majestad, fue lindo lo que hizo... Fue un gesto amable.

Cádiz no respondió. Su expresión sombría regresó, y su sonrisa desapareció. Sus ojos volvieron a la misma frialdad de siempre.

Desde la distancia, Aedus lo observaba con ternura.

"Siempre supe que era una buena persona... Nunca estuve equivocado. Me alegra haber visto su rostro así de tranquilo. Su sonrisa hizo que mi alma gimiera de ternura..."

Nicolás, que lo miraba de reojo, notó algo en su expresión.

—Oye, Aedus, ¿por qué no vas con él?

Querías pedirle que bailaran, ¿por qué no lo haces?

—Eh... No… No

Sin pensarlo demasiado, comenzó a caminar sin apartar la vista de Cádiz. No le importaba quién estuviera a su alrededor, solo quería acercarse a él sin incomodarlo.

Sin darse cuenta, Aedus emitió feromonas, las cuales se dispersaron en el ambiente. Cádiz, de repente, sintió un calor inexplicable recorrer su cuerpo.

"Ahora que lo pienso... tengo calor. No sé si es la ropa o todas las personas aquí... Siento que me ahogo. El calor está aumentando... ¡Será que mi Rut aún no ha desaparecido!

Necesito algo que beber, tengo sed. Por desgracia, me temo que... tendré que buscar a alguien para saciar mi deseo de beber sangre. Aunque la sangre humana me desagrada... Este joven omega servirá. Por su aspecto, aún es casto."

"Desde la primera vez que lo vi, supe que tenía una sangre peculiar... ¡Servirá de ayuda!"

—Oye, Marcus... Me siento algo mareado. ¿Nos vamos de aquí? —susurró Cádiz.

Marcus notó algo extraño en su expresión.

—Su Majestad, permítame ayudarlo.

Al acercarse, sintió el calor del cuerpo de Cádiz.

—Su Majestad... está ardiendo. ¿Tiene fiebre?

Aedus se percató de la situación y, con enojo, liberó más feromonas. Su aroma provocó que otros omegas se quedaran inmóviles. Cádiz sintió un dolor en el estómago, pero el olor no le resultó desagradable.

"¿Qué? ¿Por qué no me molesta este olor?

Son feromonas de un alfa... Jamás me había sentido así. Me duele el cuerpo. Tengo que mantenerme firme. Debo irme antes de que sea demasiado tarde... ¡Maldición! ¿Por qué a mí?"

Con voz temblorosa, le susurró a Marcus:

—Debemos irnos... Mi Rut está por llegar.

—¿Q-qué? ¿Habla en serio?

"Lo supe desde qué llegó. Su olor lo delata."

Marcus enbosa una sonrisa triunfante.

Aedus se estremeció al captar las feromonas de Cádiz. Su aroma, a simple olfato, parecía amargo, pero en realidad era una mezcla de fresas, cerezas y un toque de vino tinto.

"¿Alguien está en celo...? ¡Es Cádiz!

¡Su aroma... ya lo había sentido antes!

Debo apresurarme... Hay muchos alfas que han percibido su olor. ¡Debo impedir que le hagan daño!"

Aedus corrió, pero ya era tarde. Los alfas comenzaron a buscar el origen de ese aroma embriagador. Algunos mostraban signos de agresividad, mientras que otros simplemente rastreaban el olor. Cádiz intentó ocultar sus feromonas con un hedor fétido, pero esto solo hizo que Aedus reaccionara aún más a su esencia.

Rowena se alarmó al notar la reacción de los alfas. Algunos ya comenzaban a comportarse de forma salvaje.

Desesperado, Aedus jaló a Cádiz del brazo.

—¡¿Qué quieres?! —preguntó el rey con frialdad.

—Espere... Yo puedo ayudarle. —Aedus lo sujetó con fuerza.

—¿De qué hablas? Suéltame, no te acérques—se solto del agarre de Aedus.

—¡No me toques! —Cádiz le dio la espalda, pero se detuvo por un instante.

—¡¡¡Espere, no se vaya!!!

Sin másCádiz se alejó junto a Marcus.

Aedus, desconcertado, solo pudo verlo marcharse.

"Yo solo quería darle los inhibidores, No tenía por qué ocultar su verdadera esencia... No soy como los demás alfas a los que odia."

CONTINUARÁ

1
Maby
Me gusta mi trabajo, por eso le doy 5 estrellas

☺💛
Apollogurl_01
Por favor, actualiza pronto, no puedo soportar la espera. 😩
Maby: Muy pronto
Espera un poco /Smile/
total 1 replies
Delwyn
Esta buena para pasar el rato
Maby: muchas gracias.
prometo que será mejor
/Smile/
total 1 replies
Yaky De la rosa
👏Continúa, es maravilla.
Maby: muchas gracias por el apoyo, ya les estaré publicando el resto de capítulos
total 1 replies
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