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Me Case Con Mi Ex Esposo

Me Case Con Mi Ex Esposo

Status: En proceso
Genre:Casarse por embarazo / Malentendidos / Elección equivocada / Traiciones y engaños / Madre por contrato
Popularitas:8.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Daricha0322

¿Qué pasa cuando la vida te roba todo, incluso el amor que creías eterno? ¿Y si el destino te obliga a reescribir una historia con el único hombre que te ha roto el corazón?

NovelToon tiene autorización de Daricha0322 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 21

Llegaron a la mansión en un silencio de profunda intimidad. Daniel la ayudó a bajar del coche, sin soltarla. No entraron por la puerta principal como socios de negocios, sino como dos personas que habían sobrevivido a un huracán.

Daniel la acompañó escaleras arriba. Ana estaba exhausta y emocionalmente drenada. Al llegar a la suite principal, él la ayudó a quitarse la ropa de calle y la guio hasta la cama, con la misma devoción que había mostrado en el hospital.

"Tienes que descansar, mi amor," le susurró Daniel, enseguida se retracta y le dice discúlpame no quiero molestarte cubriéndola con la manta. "Hoy fue demasiado. Mañana, por fin, iremos al médico. Mañana sabremos si es nuestro pequeño príncipe o nuestra pequeña princesa."

Ana sonrió débilmente ante el brillo de emoción en sus ojos. Él estaba allí, en el momento de mayor vulnerabilidad, sin pedir nada.

Daniel se inclinó, besó su frente y se dirigió a la puerta, listo para regresar al cuarto de invitados, respetando el pacto que ya no tenía sentido.

Justo cuando Daniel abrió la puerta, Ana lo llamó, su voz suave, pero firme, una orden que no admitía réplica.

"Daniel, espera."

Él se giró, su corazón detenido por la anticipación.

Ana extendió su mano, invitándolo a volver. "No vayas al otro cuarto. Quédate. Por favor, quédate conmigo esta noche.

La emoción de Daniel fue indescriptible. Cerró la puerta del cuarto con el seguro, Caminó hacia la cama, su rostro brillando con el amor que había guardado por un año.

Daniel no dijo nada; no era necesario. Se acostó junto a ella, tomándola en sus brazos con una ternura que honraba la promesa de su nuevo amor.

Daniel, al escuchar la petición de Ana, sintió que su corazón se desbordaba. Cerró la puerta con el seguro, un sonido definitivo que cancelaba el divorcio y el pasado. Caminó hacia la cama y se acostó junto a ella, tomándola en sus brazos con una ternura que honraba la promesa de su nuevo amor.

Ana se acurrucó contra él. La presencia física de Daniel, su calor y su olor, la tranquilizaron de inmediato. Ella se durmió a los pocos minutos, su respiración suave marcando el fin de la guerra.

Daniel permaneció despierto, sosteniéndola. La miró, pasando la mano por su cabello. Había ganado. Había recuperado el amor de la Jefa de Acero.

Pero la paz fue fugaz. En la oscuridad, la voz histérica de Laura regresó a su mente: "Te voy a ver destruido."

Daniel sabía que Laura era inestable y que sus amenazas no eran vacías. Su único poder ahora era el dolor que podía infligir a la familia de Daniel. Su venganza ya no apuntaba a la empresa o a él; apuntaba a Ana y a sus hijos.

Daniel se tensó. El arrepentimiento y la gratitud que sentía se transformaron de nuevo en acero protector. Él había sido descuidado en su matrimonio y en su dolor; esa negligencia casi le cuesta la vida y el amor. No cometería el mismo error al proteger a su familia de las consecuencias de su pasado.

—Laura se equivocó al pensar que podía destruirme hiriendo a Ana. Solo consiguió que me convirtiera en su escudo.

Daniel se juró en el silencio de la noche que no le permitiría a Laura, ni a nadie, acercarse a su esposa ni a sus hijos. Ya no era solo el Presidente; era el Guardián de la Familia Méndez.

Apretó a Ana suavemente contra su pecho, sintiendo el leve movimiento del bebé en su vientre.

—Dormiré contigo, mi amor, y velaré por ti. No dejaré que nada te toque. He ganado la batalla por tu corazón, y ahora ganaré la guerra por nuestra seguridad—, pensó Daniel, su mente ya trabajando en un plan para neutralizar a Laura discretamente.

Solo cuando el amanecer asomó por las cortinas, Daniel se permitió cerrar los ojos, durmiendo un sueño ligero y protector.

Ana se despertó con la luz de la mañana filtrándose por las cortinas de la suite. Sintió un peso reconfortante sobre ella: el brazo de Daniel, firme y protector, abrazándola. Se giró con cuidado y lo observó.

Daniel estaba profundamente dormido. Su rostro, normalmente tenso y alerta, estaba relajado, pero había ojeras oscuras y una sombra de cansancio palpable bajo sus ojos. Ana recordó la intensidad de la noche anterior: la confesión de Laura, su propia tormenta de culpa, el abrazo de la reconciliación y, finalmente, la calma.

Ana se dio cuenta de que Daniel se había desvelado. Lo había notado apenas durmiéndose, pero ahora, en la luz fría de la mañana, era obvio que había velado por ella y el bebé toda la noche. Su respiración era superficial, el sueño del guardián.

Ana sintió una oleada de ternura y compasión que era nueva. No era la gratitud por el cuidador, sino el amor por el hombre exhausto que había luchado por su vida y su familia. Él había cumplido su promesa de quedarse y velar por ella.

No voy a despertarlo. Que descanse. Se lo ha ganado.

Con la máxima cautela, Ana se deslizó de sus brazos. Se cubrió con la bata y se dirigió a la ventana. El sol de la mañana bañaba el jardín, y por primera vez, no sintió la opresión de la mansión. Sintió el calor de su hogar

Ana dejó que Daniel durmiera un poco más. Bajó a la cocina, algo que no había hecho en meses, y preparó el café de Daniel, exactamente como a él le gustaba.

Cuando Daniel finalmente se despertó y bajó, la encontró en el comedor, con dos tazas humeantes. La expresión de sorpresa en su rostro fue un regalo para Ana.

"Ana, ¿por qué no me despertaste? El médico... tenemos que irnos. Y tú no deberías haberte levantado," protestó Daniel, corriendo hacia ella.

Ana le dio una de las tazas. "Estaba cansado, Guardián. Te desvelaste. No hay prisa. La Dra. Herrera nos espera, pero podemos tomarnos cinco minutos."

Ana se acercó a él, algo que habría sido impensable hace unas semanas. Ella puso la mano en su mejilla. "Gracias, Daniel. Por la noche. Por quedarte. Y por ser mi ancla."

Daniel cerró los ojos ante el contacto.

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ana
Que suerte q regreso, ojalá y esos malditos no se salgan con la suya y q Ana los destruya 💪🤞🤞
ana
Es un estúpido 🤦🏽‍♀️
Rosa Maria Gonzalez
muy bueno. me hizo caer una lágrima!
ana
Excelente te atrapa, muy pero muy bonita la historia tiene de todo. La super recomiendo
Maredys Marquez
son muy tontos 🙄🙄 no hay nada más bonito que ese tiempo con el recién nacido 🥰🥰 y juntos
Claudia Patricia Cruz Saa
Ana ciertamente Daniel te engaño, pero ése hombre te ama y te lo ha demostrado con hechos date una nueva oportunidad de recuperar tu familia ése rencor no te dejará nada bueno
neumidia ruiz
el amor lo puede todo ,Ana debe permitirse ser feliz si lo ama está tribulación debe hacerlos más fuerte y unidos , menos el maduro
ana
En las buenas y más en las malas
ana
De su parte lo veo egoísta xq la familia tiene q estar junta
ana
Me esta gustando gracias 🥰
Maredys Marquez
uuhhhmmm....🤔🤔 pero no me gusta la actitud de Ana demasiado yo puedo yo hago a veces hay que dejarce ayudar para eso es la pareja y el compañerismo los dos cometieron errores
Mary Ney
Es una realidad de una enfermedad muy bien narrada
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