Dylan Peterson está pasando por una mala racha en su vida. Acaba de regresar del ejército y su hermano menor está metido en problemas, debiendo dinero a un prestamista conocido y peligroso. Amenazado de muerte, Cameron recurre a su hermano mayor para que lo ayude.
Dylan simplemente no esperaba tener que recurrir a un antiguo conocido suyo, Tristan Manson, uno de los hombres más ricos de la ciudad.
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Capítulo 4
En cuanto me despierto, desayuno con Cam. Le digo que voy a ir al banco a ver qué puedo hacer.
...
En el banco me dicen que, lamentablemente, no puedo renegociar el préstamo que tengo con ellos porque ya lo hice dos veces durante el tratamiento de mi madre. Camino por las calles aturdido sin saber qué hacer. Cam parece tenso y de alguna manera sé que esto puede ser aún peor de lo que imagino.
Me quedo unos minutos sentado en la cafetería, luego llega Claire, me sirve un café que pedí y dice:
__Hola, ¿cómo estás?
Sonrío aunque no tenga ganas de hacerlo hoy, pero ella no tiene la culpa de lo que está sucediendo, intento ser cordial y digo:
__Todo bien, todavía intentando resolver unos problemas.
Ella termina de servirme y alguien la llama en otra mesa. Tomo mi café dándome cuenta de que ni siquiera he tenido tiempo de descansar bien y solo podré hacerlo cuando resuelva este problema en el que se metió mi hermano.
Estoy volviendo a casa cuando pasa por mi lado uno de esos coches que solía ver pasar por aquí en mi adolescencia. Me quedo pensando en eso, los tipos son todos ricos, bien podría intentar una oportunidad de trabajo o préstamo con algunos de ellos.
...
Cam está bien, ve televisión mientras termina el almuerzo que traje para nosotros del restaurante chino. Yo sigo hasta mi habitación, enciendo el portátil y busco a Tristan Manson.
Él sigue siendo un multimillonario de OTP Enterprise. Su empresa queda justo allí en Birmigham. Todavía tiene un corte de cabello parecido al que vi aquella tarde, el mismo modo de mirar penetrante e intimidante y las mismas mujeres a su lado. Termino mi búsqueda ya teniendo un lugar en mente para ir.
...
__Usted no puede hablar con el señor Manson sin cita previa.
Le pregunto a la chica de la recepción:
__¿Y cuándo puedo marcar una cita con él?
Ella mira en el ordenador dándome esperanzas. Y pregunta en seguida:
__¿Cuál es el nombre de su empresa?
Tristan
En cuanto la puerta del ascensor se abre, encuentro a mi secretaria conversando de manera un poco alterada con un hombre que está de espaldas a mí. Ella dice:
__No puedo marcar una cita con el señor Manson si usted no me dice qué empresa representa.
Yo camino en dirección a ellos dos, ¿quién es este muchacho que habla con ella? Yo miro la espalda de él y en seguida a ella y ella entonces me ve llegando poniéndose en estado de alerta como siempre se pone y dice:
__Señor Manson.
Yo digo:
__Hola Jenny, ¿qué está sucediendo?
Entonces ella mira el rostro del muchacho y yo hago lo mismo, no creyendo en lo que veo.
Olvido algunos sí, pero jamás olvido un no.
Es aquel mismo muchacho que vi años atrás en aquella calle de aquel barrio. Él no tiene más aquel aire medio infantil, pero los trazos ahora definidos de su rostro y sus ojos verdes en contraste con los cabellos negros aún son los mismos.
No es más tan delgado como antes, su cuerpo está bien más definido y él parece más alto si no me equivoco.
Jenny interrumpe mis pensamientos cuando dice:
__El señor Peterson quiere marcar un horario, sin embargo, estoy confirmando con él que el señor no recibe personas que no estén ligadas a empresas en su horario aquí.
Yo miro una vez más a él que me encara y digo a Jenny:
__Todo bien, creo que tengo algunos minutos.
Miro a él y digo:
__Vamos hasta mi sala.
Él me acompaña y Jenny me recuerda:
__Pero señor, tenemos una reunión marcada para dentro de 10 minutos.
Yo digo:
__Reprograma.
Jenny se queda un poco atónita, no me importa. Entro y cierro la puerta detrás de mí.
