¿Qué harías si por venganza terminas enamorada del hombre menos indicado? Esa es mi historia.
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Resultados
Marcela logró escuchar todo el escándalo que se armó. Aunque nunca le gustó escuchar conversaciones ajenas, esta vez, fue la excepción.
La chica a la que consideraba como una hermana estaba al interior. Sola con dos arpías. Ella mejor que nadie sabían como eran Vanessa y Amelia.
Ambas mujeres eran tan odiosas e insoportables. Marcela caminó de un lado para otro, al ver a Leandro salir empujando a Vanessa, la chica presentía lo peor.
Empujó la puerta, por una pequeña abertura vio a Amelia agarrar a su amiga del brazo. Por la cara que la mujer tenía, era evidente que sus intenciones con Verónica no eran nada buenas.
Lo malo era que no podía interferir. De lo contrario, perdería su trabajo y su reputación como secretaria se vería afectada. Marcela tenía una niña de 3 años a la que tenía que mantener. Era madre soltera, y si perdía el trabajo, sería imposible conseguir otro empleo donde le pagaran ese mismo dinero.
Marcela cerró la puerta y espero a que Verónica saliera. Al verla salir destrozada, sintió un hueco en su corazón.
___ Vero, ¿estás bien?
Verónica no podía decir nada. Sentía una gran barrera en su garganta, sus manos estaban formadas en dos puños. Luchaba internamente, para no romper en llanto, delante de Amelia.
La chica solo se detuvo un segundo, su par de ojos marrones se cristalizaron a tal punto qué comenzaron a derramar lágrimas de dolor.
Escuchar a Vanessa decir que está embarazada ha sido un fuerte golpe emocional, para ella.
Guardaba una pequeña esperanza de poder impedir la boda, y hablarle a Leandro de lo que siente. Ambos luchar por su amor. Lamentablemente, las cosas nunca serían así.
___ Me voy lejos, Marcela. Nunca volveré.
Marcela quería abrazar a Verónica y darle algo de consuelo a su pobre corazón. No obstante, Amelia salió de la oficina, diciendo.
___ ¿Todavía estás aquí? ¡Qué esperas para Largarte! No quiero volver a verte cerca de mi hijo y mucho menos de Vanessa.
___ Si algo le sucede a mi nieto, juro que lo pagarás.
Verónica pasó sus dedos por sus mejillas, limpiando todo rastro de sus lágrimas. Dibujando una sonrisa, la chica dice.
___ Esto nunca lo olvidaré, señora Wlod. Un día usted me suplicará perdón por cada una de sus palabras. Y ese día, seré yo la que la humille a usted.
Amelia levantó su mano, golpeando la mejilla de Verónica. Ninguna mujer jamás le había hablado así.
____ ¡Qué estúpida eres, niña!
___ Nunca le suplicaría perdón a una asquerosa sirvienta como tú. Ubica tu lugar, eres solo una más en la cama de mi hijo. La mujer a quien ama, se llama Vanessa del Bosque. La mujer que me dará mi primer nieto.
Verónica llevó su mano a su mejilla, molesta. Le regresó la bofetada a Amelia. La mujer no se esperaba algo como eso, su rostro reflejaba un asombro.
Pasó su mano por su mejilla, atónita del atrevimiento de la chica. Nunca nadie se había atrevido a ponerle una mano encima.
Era esposa de un hombre sumamente importante, y madre de un chico con un futuro brillante.
___ Vieja víbora. En su vida me vuelve a poner una mano encima.
Verónica giró su cuerpo, caminando hacia el elevador. Apretó continuamente el botón de abrir. Al entrar, ve a Amelia arder de rabia.
La mujer no podía creer lo que una chiquilla se había atrevido hacerle. Al cerrarse la puerta del ascensor. Verónica no puedo más y dejó caer sus lágrimas.
Era un dolor ahogante el que sentía dentro de ella. Era un sentimiento indescriptible, ardía dentro de ella, y lo peor era que no podía gritar, tampoco podía contárselo a nadie.
__ ¡¿Por qué?!
__ ¡¿Por qué?!
__ ¿Por qué, me tenía que enamorar del esposo de mi madre?
__ No eran suficientes todos los problemas qué ya tenía. ¿Por qué enamorarme del hombre poco indicado?
Verónica deslizó su cuerpo por la pared de acero. Lloró tanto, que al bajar, ya no había ni una sola lágrima dentro de sus ojos. Su cabeza le dolía mucho, aun así, tuvo que sonreír, para no darse por vencida.
Apresuradamente, fue al baño, se lavó la cara, luego, tomó un taxi fuera de la empresa. Durante todo el camino, la chica notó un auto que la iba siguiendo. Tragó saliva con miedo, su cuerpo tembló violentamente.
Estaba en graves problemas, no sabía si Vanessa o Amelia, lo han mandado hacerle daño.
___ Puede dar la vuelta y llevarme a esta dirección. ___ La chica le entregó un trozo de papel al taxista.
___ Claro, señorita.
Verónica no perdió de vista el auto negro. Al ver que también giró al lado derecho, la chica sintió más miedo.
El taxi se estacionó frente a un centro comercial. Verónica cubrí el costo de pasaje, y entró, rápidamente, al establecimiento.
Al ver a un hombre seguirla a todas partes, la chica se detuvo donde hubiera bastante gente, sacó su teléfono y llamó a su padre.
Mientras ella trataba de escapar. Leandro llevó a Vanessa al hospital de su amigo. Vanessa podría engañar a todos, menos a su amigo Francesco.
____ Quiero saber si está embarazada, y cuantos meses tiene. ___ La voz fría de Leandro, parecía haber salido del infierno.
____ Haré los estudios correspondientes. Espera un poco. ___ Respondió el chico.
Vanessa tenía las manos heladas, pensando que pronto toda su mentira se vendría abajo. El amigo de Leandro, jamás se prestará ayudarle...
____ Ven conmigo, Vanessa. ___ Dice Francesco.
____ Leandro, no me puedes humillar de esta manera. Someterme a esta humillación es algo que jamás te voy a perdonar.
___ Si no tienes nada que esconder, ve con Francesco. ___ Ordena Leandro, sin ninguna emoción.
Furiosa, Vanessa acompañó a Francesco hasta el consultorio. Luego de varios estudios, la mujer volvió a lado de Leandro.
___ ¿Estás contento? Me has humillado de la peor manera. Nunca me imaginé pasar por algo como esto, si tan solo me hubieras dicho que ya no me amabas; yo lo hubiera comprendido. ___ Vanessa toma asiento, esperando los resultados de los análisis que le mandaron hacer.
Después de un tiempo, Francesco regreso con los resultados. De inmediato, Vanessa se puso de pie y se acercó a Francesco.