René y Antón, podría decirse que nacieron uno para el otro. pero por decisiones personales, se separaron por un corto periodo de tiempo, el la amo desde que ella estaba dentro del vientre de su madre, es solo que nunca lo dijo ante todos y ella lo amo y sin dudarlo se lo dijo en cuanto lo descubrió, ambos hicieron promesas, pero el fue el primero en romperla, por lo que ella decidió hacer lo mismo, ¿sera que en verdad su destino siempre fue amarse?
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CAPÍTULO 22
GRECIA
Mi hermano y René están jugando el juego del gato y el ratón. Sé que él quiere hablar con ella y ella lo evita, y con justa razón. Él se fue huyendo como un cobarde y se merece que René lo trate así. Todos estos años ella se ha refugiado en Juanjo, creo que por eso se va a comprometer o hacer esa promesa de comprometerse en un futuro.
Pero yo sé que ella sigue amando a mi hermano o no se esforzaría tanto por evitarlo. Pero ya que ellos deben ser los que decidan cuándo hablarán y qué pasará después de que hablen, sé que René va a explotar cuando los dos puedan hablar.
En estos años René ha cambiado mucho. Cuando Anton se fue, su sonrisa se apagó. Era menos brillante. Luego algo pasó y brilló un poco más. Y al final, cuando Juanjo entró en nuestras vidas, esa sonrisa brilló aún más que cuando mi hermano estaba con nosotras. Entiendo por qué se hicieron novios. Juanjo es muy divertido y ellos son dos cómplices perfectos. Será difícil que mi hermano logre separarlos a él y a René, pero en verdad creo que si mi hermano se esfuerza, podrá recuperarla.
Pero eso es algo en lo que yo no debo meterme, pues sé que mi hermano podrá reconquistar a mi tía hermosa, aunque a ella no le gusta que le diga así. Pero me gusta verla enojada jajaj, es muy chistosa. Aunque en estos días no he podido verla, supongo que con mi viaje a Rusia y su pre-compromiso cerca, no tiene muchas ganas de verme.
Y en parte la entiendo. Para ella, que yo me vaya a Rusia es una traición, pues prometí siempre estar juntas desde niña. Pero mi abuelo está enfermo y quiero ayudarlo, por eso lo convencí de llegar antes.
Es que encontré un buen doctor para él aquí, y puede recibir un tratamiento y tratar de vivir un poco más. Al principio se negó, pero yo pude convencerlo de venir a intentarlo.
Hoy me dijo que llegaría y salí feliz de la mansión a recogerlo con el chófer. Mis papás y Antón no saben que él llega hoy, será una sorpresa, por eso no le dije a nadie a dónde iba cuando salí de la mansión.
Cuando llegué al aeropuerto, su Jet recién aterrizaba y esperé feliz a que detuviera. Cuando se detuvo, él bajó primero y corrí a abrazarlo. Él me recibió feliz en sus brazos, lo extrañé mucho. Siempre he querido mucho a mis abuelos, aunque el abuelo Iván viva en Rusia, lo adoro.
—Hola abuelo —hablé mientras lo abrazo.
—Mi pequeña y terca niña, ¿cómo estás? —mi abuelo.
—Bien ¿y tú? ¿Cómo estuvo el vuelo? —pregunté separándome un poco de él.
—Algo pesado, pero déjame presentarte a los amigos de tu hermano. Ellos son Ian, Gala y su hermano gemelo Denis. Muchachos, ella es mi hermosa nieta Grecia —nos presenta el abuelo y es que no había notado que detrás de él venían tres personas.
—Es un gusto conocerlos —Les di la mano a cada uno, pero cuando mi mano se puso en contacto con la de él, tal Denis, sentí algo diferente y él se quedó mirándome sin soltar mi mano.
Denis es un chico de aproximadamente 1.80, ojos claros, cabello rubio igual que su hermana. Es muy guapo y se nota que le gustan los deportes.
—Hermano, ya puedes devolverle la mano —bromea su hermana gemela Gala.
—Sí, perdón —él soltó mi mano nervioso y yo volví al lado de mi abuelo un poco nerviosa.
—Sí, perdón —él soltó mi mano nervioso y yo volví al lado de mi abuelo, un poco nerviosa.
—Bueno, muchachos, ¿quieren que los llevemos o van a llamar a Antón? —preguntó el abuelo.
—No se preocupe, señor Iván, llamaremos a Antón —dijo Gala.
—Entonces, aquí nos despedimos por ahora —dijo el abuelo.
Nos despedimos y subimos al auto junto al abuelo. El chófer guardó las maletas y luego puso el auto en marcha.
—¿Te gusta Denis? —me preguntó el abuelo directamente.
—No lo conozco —fue lo único que pude decirle, pues en verdad no sabía qué me había pasado con él.
—Es un buen muchacho y muy buen amigo de tu hermano. Es trabajador y responsable. Jamás he escuchado un mal comentario sobre él. Sería un buen partido para ti —comentó el abuelo.
—¿Me estás buscando novio? —pregunté sin poder creerlo.
—No, solo resalto sus cualidades. Además, es ruso y si llegaran a algo serio, podrías quedarte allá y manejar todos mis negocios cuando ya yo no esté —respondió mi abuelo Iván.
—No digas eso. Con el tratamiento, estoy segura de que vivirás y estarás con nosotros más tiempo, y podrás seguir manejando tus negocios sin problema —aseguré, sosteniendo su mano.
—No me quiero hacer falsas ilusiones, mi pequeña, pero por ti estoy dispuesto a intentar ese tratamiento. Pero mejor dime, ¿qué le diremos a tus papás cuando salgamos mañana al hospital? —preguntó el abuelo.
—Vamos a ir a pasar un día entre abuelo y nieta y ya, no tienen por qué sospechar nada. Diremos que extrañarte mucho a tu nieta favorita y que pasaremos el día juntos —expliqué con una sonrisa en mi rostro.
—Esa es mi hermosa nieta, siempre tan inteligente —mi abuelo dejó un beso en mi frente y luego nos quedamos en silencio hasta que llegamos a la mansión, donde los gemelos lo recibieron felices.
Y en cuanto mis padres lo vieron, también lo recibieron con alegría. Según les dijo mi abuelo, llegó antes porque se sentía solo en Rusia sin Antón y quería vernos a todos, en especial a mí, que soy su consentida.
Los gemelos protestaron cuando el abuelo dijo que yo era su consentida, pero soy su única nieta mujer, así que no pueden protestar ni oponerse a que yo sea la consentida del abuelo.
Mis papás organizaron todo para que el abuelo se quedara en una de las habitaciones y estuviera cómodo. Merendamos juntos y luego llegó Antón por sus cosas.
Mi mamá se puso un poco triste, pero como siempre él la llenó de besos y la abrazó fuerte, prometiendo venir todos los días. Y logró hacerla sonreír siempre. A veces pienso que Antón es más hijo de mi mamá que cualquiera de nosotros. Tienen una conexión única, y aunque mi madre y yo nos llevamos bien, ellos se llevan excelente.