Renacer En La Venganza

Rogelio había llegado al límite. Su obsesión por Mara lo empujaba a tomar decisiones extremas. Esa noche, en un lugar apartado de la ciudad, se reunió con un hombre de rostro frío y mirada calculadora.

—Quiero que esto parezca un accidente dijo Rogelio, con voz firme, entregándole un sobre lleno de dinero.

—Entendido. Cortar los frenos será suficiente —respondió el hombre, mientras guardaba el sobre.

Todo estaba planeado. En cuestión de días, Maribel quedaría fuera de su vida para siempre, y él podría estar con Mara sin obstáculos y poder disfrutar de su amor inocente , él se había enamorado completamente de Mara y un hombre enamorado no razona.

Lo que Rogelio no sabía era que Maribel había seguido sus pasos. Sospechaba que algo estaba tramando desde hacía semanas. Aquella noche, oculta entre las sombras, escuchó cada palabra del plan. Su rostro, primero lleno de incredulidad, se transformó en una máscara de odio y furia.

—¿Quieres deshacerte de mí, Rogelio? susurró para sí misma, con los ojos brillando de ira. Te juro que no sabes con quién te metiste Rogelio, maldito yo si te amaba con todo mi ser , como pudiste hacerme esto, me las pagarás se decía Maribel .

Maribel no era una mujer fácil de intimidar, y mucho menos de eliminar. Sabía que Rogelio tenía debilidades, y ella estaba dispuesta a usarlas a su favor. Con las pruebas que ya tenía en su poder y lo que acababa de escuchar, estaba lista para contraatacar.

De vuelta en casa, Maribel no perdió tiempo. Se aseguró de que las grabaciones de la conversación de Rogelio y su cómplice estuvieran respaldadas. Luego, llamó a un contacto de confianza, alguien que sabía que podía ayudarla a protegerse y preparar su venganza ya sabe lo que hay que hacer le dijo al que estaba al otro lado del teléfono.

—Rogelio piensa que puede deshacerse de mí tan fácilmente, pero no sabe que soy mucho más peligrosa y venenosa de lo que imagina dijo al teléfono, con una sonrisa fría.

Mientras tanto, Maribel seguía actuando como si no supiera nada. Durante el desayuno, lo miró con dulzura fingida, aunque por dentro hervía de rabia.

—¿Todo bien, cariño? preguntó Rogelio, intentando mantener la compostura.

Perfectamente. Me siento mejor que nunca respondió ella, con una sonrisa venenosa.

Rogelio, por otro lado, estaba ansioso y nervioso. Cada día que pasaba, sentía que su obsesión por Mara lo consumía más, necesitaba besarla y sentir su cuerpo la noche anterior le llegó un leve recuerdo cuando hicieron el amor por primera vez y lo dejó más loco quería tenerla otra vez Pero para eso necesitaba deshacerse de Maribel cuanto antes, pero no imaginaba que su esposa estaba un paso adelante.

Maribel planeaba enfrentarlo en el momento perfecto, humillarlo, arruinar su vida y asegurarse de que jamás pudiera recuperar el control.

Ambos jugaban un peligroso juego de venganza, cada uno decidido a destruir al otro. Pero en el medio de esta batalla estaba Mara, quien continuaba manipulando a Rogelio y Andrés, mientras seguía enfocada en su propia misión.

Las cartas estaban sobre la mesa, y las piezas comenzaban a moverse hacia un desenlace que cambiaría sus vidas para siempre.