Enamorar A Un Vampiro

El superior, que finalmente había dejado de ser su entrenador después de mucho tiempo, los llamó sin previo aviso. Sería mentira decir que Rhett y Daemon no estaban nerviosos, ambos se lanzaban miradas de vez en cuando.

¿Qué harían si el rumor de que ambos salían se esparció hasta llegar a sus oídos? Serían despedidos con suerte y juzgados si no, aunque no fuera cierto había un rastro de verdad en las palabras que volaron de boca en boca.

Ya había pasado bastante tiempo desde que sucedió lo de la confesión de Daemon, muchos meses para ser exactos. Sin embargo, aún era un tema controversial entre todos los cazadores, decían que era una abominación que el romance surgiera y otros mencionaron que deseaban lo mejor para los dos.

En ese punto Rhett ya se ha cansado de aclarar una y otra vez que no es lo que parece, ahora su boca es un cerrojo que se niega a abrirse cada vez que alguien le pregunta al respecto. La cicatriz de lo que pudo ser con Sophie todavía no ha sanado en su totalidad y arde de vez en cuando, agradece a Daemon por llenarlo de trabajo en entrenamientos para despejar su mente de los pensamientos intrusivos.

Su superior, que lucía el uniforme de un cazador de segunda categoría, los miró esperando a que dejaran sus nervios a un lado. "Ustedes dos son una excelente dupla, su desempeño es formidable y son de mis alumnos más comprometedores".

El pecho de Rhett se infló en orgullo, mientras que Daemon no parecía muy interesado en lo que estaba pasando.

"¿Tendremos nuestra primera misión?", pregunta Daemon cortando el discurso. Rhett quiere golpearlo con fuerza y no sabe cómo es que llega a resistirse de no hacerlo.

Su superior lo mira, ya está acostumbrado a la personalidad extraña de Daemon, no le molesta y si pudiera lo corregiría. "Sí, pero primero tenemos que aclarar algo importante".

Las manos de Rhett se movieron nerviosas, un acto que no puede controlar cuando algo sucede. Su mente repetía "Que no mencione la confesión, que no mencione la confesión..." una y otra vez.

"¿Están bien si continúan trabajando como una dupla? Lo que quiero decir es que no habría problema si alguno de ustedes desea desempeñarse en solitario durante las primeras misiones o más adelante", explica con paciencia, el superior internamente quiere que ambos permanezcan juntos, en mucho tiempo no se había dado un equipo tan formidable como lo eran esos dos.

"Yo estoy bien siendo compañero de Rhett, quiero que permanezca así", aclaró Daemon con rapidez, su respuesta la tenía planeada desde antes y se notó que había estado pensando en ello a profundidad.

El superior sonrió y reclinó su barbilla sobre su puño esperando la respuesta de Rhett. Aunque nadie lo crea, Rhett nunca ha considerado pelear sin Daemon, sería muy extraño porque lo han hecho unidos desde el primer día.

Aunque hay cosas que inquietan la mente de Rhett, como: ¿Quién es Daemon verdaderamente? Teme nunca saber la respuesta.

Con una voz firme, exclamó "Yo también permaneceré peleando a lado de Daemon", hundiendo sus dudas en el fondo de su ser para que no surjan en un buen tiempo. Su nuevo compañero de dupla no pudo contener una pequeña sonrisa cuando le escuchó, Rhett se maravilló con la vista, era la primera vez que Daemon sonreía.

"Bien", dijo el cazador de segunda categoría, esperaba grandes cosas y buenos resultados. "Pueden irse, el herrero ha terminado de fabricar sus armas". Ambos huyeron del lugar y la asfixiante autoridad dentro.

Rhett sentía la emoción subir por su cuerpo, su nueva lanza debía ser perfecta, la encargó estrictamente con doble punta. Sus habilidades mejorarían y podría usarla en toda su extensión en el futuro. Se preguntó cómo sería la de Daemon, tenía un gusto extraño en ataques y armas, Rhett estaba seguro de que podía manejar cualquier tipo de arma que quisiera.

Llegando al elegante depósito de armas, todas estaban encerradas en una caja negra con detalles blancos, los colores característicos de un cazador de tercera categoría, un puesto que ya estaba a su alcance desde ese mismo día.

Antes de buscar la caja donde se encontraba su nombre, Daemon lo tomó de los hombros sin previo aviso, acorraló su cuerpo contra la pared y acercó su rostro peligrosamente al suyo.

La respiración de Daemon chocaba con la suya, pudo inspeccionar a detalle sus ojos carmesí, un color tan profundo como el de la sangre. "¿Qué -?", quiso preguntar Rhett al verse atrapado en los densos brazos de Daemon. Empezó a sentir su rostro calentarse de inmediato.

"Creo que debemos irnos, perdón por interrumpirlos", la voz nerviosa de Sophie sonó tras el cuerpo de Daemon, que estorbaba su vista, sin embargo, aún podía deducir que Sophie recién entraba al lugar hasta que los encontró de esa forma.

Cuando Sophie estuvo lejos con quién sea que la acompañaba, Rhett empujó a Daemon de su cuerpo. "Eres un gran imbécil", sujeto el cuello de la camisa de Daemon para acercarlo a él con furia, de repente el enojo empezando a brotar de su interior.

Un pensamiento inundó la mente de Rhett, uno que dijo que Daemon sabía que Sophie entraría y su intensión era que los encontrara así, juntos.

"Puedes golpearme si lo deseas", dijo Daemon con tranquilidad. No reflejaba ni un solo rastro de arrepentimiento.

No quería hacerlo, era el enojo quien tomó el control de Rhett por un momento. No tiene nada que reclamar, ella nunca ha sido nada de él y nunca lo sería.

"Debes entender que el único tonto que de verdad cree que estamos juntos románticamente no es el cuerpo de cazadores, eres tú" soltó secamente Rhett, ahogando su resentimiento y evitando mirar la reacción de Daemon.

Buscó con rapidez su caja y huyó fuera del lugar con rapidez, hasta que un grito en la lejanía lo detuvo "¡Nos veremos en la misión de esta noche, Rhett!", el aviso furioso de Daemon lo tomó por sorpresa y provocó que sus ojos lo buscarán, pero él ya no estaba allí.