Es Mi Decisión

Después de que Michel revisara que su hermano estaba bien notó que la cara de Evangeline estaba un poco inflamada.

-¿Se encuentra bien doctora Fraser? – mirándola fijamente

-Estoy bien, aunque un poco avergonzada por haberle traído problemas a su hospital – respondió Evangeline

-Ya te dije que todo esto no es tu culpa, ya veremos como manejaremos esta situación – fue la respuesta de Michel

-No vaya a mojar su herida bajo ninguna circunstancia y deberá volver en tres días para cambiar el medicamento, no lo olvide o se infectará – recomendó al paciente sin verle la cara

Joshua aceptó y Evangeline de inmediato salió de la sala, debía salir de inmediato de allí ya que sus lágrimas amenazaban con salir y no quería que el la viera llorar, por lo que al encontrar un lugar que estuviera a solas dejó salir todas las lágrimas que podía.

Se preguntaba una y otra vez porque la había protegido si la odiaba y recordó como hacia seis años él la había protegido cubriéndola con su cuerpo, ese acto hizo que casi perdiera la vida mientras ella solo había recibido unos pocos rasguños.

A pesar de que intentaba alejarse de él los hechos hacían que cada vez le debiera más, por cada intento de separarse de él algo los unía y eso la hacia sentir cada vez más culpable.

En el hospital todo el personal estaba del lado de Evangeline ya que pensaban que había sido engañada por el doctor Smith y lo que había sucedido con el señor Brown había sido una treta para perjudicarla.

Además, algunas enfermeras la envidiaban por lo que había sucedido con Joshua, él había quedado como su protector y su héroe.

Luego de terminada la jornada laboral volvió a su escritorio y tomó la carta de renuncia en sus manos, pensaba en los hermanos Allen, en las palabras de cada uno mientras el mayor la había salvado y había pedido disculpas, el menor la estaba apoyando en su desarrollo profesional.

Entre sus pensamientos también se cruzaron Lizy y Emma, no podía dejar a su amiga sola en este momento en que ella la necesitaba y su pequeña hija no podía estar de aquí para allá solo por un momento de impulsividad.

Tiró a la basura la carta de renuncia y se preguntaba si en realidad eso que llaman destino era lo que hacía que no pudiera escapar de ese hombre que la enloquecía y que la hacía actuar sin pensar las cosas.

Al llegar a casa hablo con Lizy y con Emma para informarles que no se iban de la ciudad, que no renunciaría a su trabajo y que sus vidas seguirían como hasta ahora.

-¡Que alegría que no nos separemos! No sabes lo triste que me tuviste estos días – dijo Lizy dándole un fuerte abrazo

-Lo siento por haberte causado tantas molestias, cuando me paguen saldremos a celebrar – prometió Evangeline con una gran sonrisa

Después de los días tormentosos llegó la calma, poco a poco el trabajo del hospital dejó de ser tan demandante y Evangeline pudo encontrar un equilibrio entre el trabajo y su hogar, no había vuelto a ver a Joshua lo que la hacía sentir más tranquila.

Los días fueron pasando y las vacaciones de Emma estaban pasando, aunque no se había ido con su madre había dejado de lado la idea de ser una estrella infantil y todos los días seguía saliendo con Lizy para que esta buscara un empleo.

Hoy Evangeline estaba entregando el turno nocturno, eran aproximadamente las 10 de la mañana cuando salió del hospital, decidió caminar ya que debía hacer unas compras y aprovecharía el día para hacer algunos pendientes.

Tomó un atajo por un callejón y notó que estaba un poco solo, así que apresuró el paso, pero en el camino vio que alguien se acercaba a ella y cuando vio quien era se sintió aterrada, era el hijo del señor Brown.

-¿Qué quiere? – preguntó Evangeline tratando de no demostrarle el miedo que sentía

-Si te atreves a atacarme nuevamente te voy a denunciar y … - para su sorpresa el hombre cayo de rodillas ante ella

-¿Qué te pasa? ¿Qué estas haciendo? – esperaba cualquier cosa de él menos verlo en esa situación de suplica

-Doctora Fraser acepto que hice mal y no debí intentar lanzarle ácido, no debí ir al hospital y hacer todo lo que hice, pero me movía el dolor por la muerta de mi padre y no supe controlar mi ira por eso actué de manera violenta contra usted – ese hombre en nada se parecía al que había ido días antes al hospital

-Doctora le pido perdón por todo lo sucedido, mi madre falleció hace años y ahora mi padre también ha muerto, eso no disminuye mi culpabilidad por haberle lanzado ácido, pero por favor perdóneme y no me demande, se lo pido – ella no creía lo que escuchaba

-¿Te han demandado? – le preguntó

-Si y aunque actué de manera irracional, quiero que recuerde que soy un hombre al que se le murió un familiar recientemente y tengo una familia, esto destruiría a mi familia – ella pensaba que todo había quedado en los hechos de ese día, no sabia que el problema había trascendido

-Se lo ruego, sé que todo fue mi culpa y merezco cualquier represaría, pero en este momento una demanda terminaría de hundir a mi familia – el hombre aun estaba de rodillas y estaba a punto de echarse a llorar

-Levántese de allí y aunque no sé nada de la demanda voy a ver que pudo hacer para disminuir la gravedad del asunto y no le prometo nada porque lo que hizo fue un delito, usted mejor que nadie lo sabe – al escuchar sus palabras su rostro se iluminó

-De antemano le agradezco todo lo que pueda hacer para ayudarme y en el futuro pensaré mejor las cosas antes de hacerlas

Evangeline se despidió de él y siguió su camino, pensaba que, aunque el hombre había cometido un delito al lanzarle ácido y había herido a Joshua, la muerte del señor Brown era un hecho que ella quería dejar atrás, así que averiguaría lo que pudiera acerca de la demanda y terminaría con todo eso.

Ahora le pregunta era ¿Quién había realizado la demanda? Habría sido el hospital, habría sido Michel en su nombre o habría sido Joshua, en los primeros dos casos sería sencillo echar atrás todo el asunto, pero si estaba en manos de Joshua allí no había nada que ella pudiera hacer para que esa demanda fuera eliminada y tampoco quería volver a ver a ese hombre.