"El precio del poder" es una historia de poder, ambición y deseo en un mundo donde la lealtad familiar y la estrategia son las reglas de juego. Lucía Álvarez, heredera de uno de los clanes más poderosos del país, y Iris Espinosa, la hija de un despiadado líder mafioso, son obligadas a unirse en un matrimonio arreglado. Ambas, atrapadas entre sus propios sueños y los oscuros intereses de sus familias, deben navegar un mundo peligroso lleno de intrigas, sacrificios y traiciones.
A lo largo de esta apasionante novela, las protagonistas luchan por encontrar su lugar en un mundo que las quiere como piezas en un tablero de ajedrez, pero ambas tienen planes propios. En el proceso, descubrirán que el amor no siempre es blanco o negro, y que el precio que deben pagar por el poder puede ser mucho más alto de lo que imaginaban.
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Desafíos y Traiciones
Capítulo 9: Desafíos y Traiciones
Parte de Lucía
La oficina de Lucía estaba silenciosa, el sonido de su respiración y el leve crujir del papel eran los únicos ruidos que interrumpían la quietud de la noche. Frente a ella, los informes sobre las operaciones de armas parecían estar en orden, pero algo no encajaba. Había una discrepancia en las cifras, una diferencia sutil, pero suficiente para inquietarla. Los números no coincidían con las transacciones previas.
Lucía frunció el ceño, su mente trabajando a toda velocidad. “¿Quién demonios está manipulando los informes?” Se levantó de su silla con brusquedad, sus tacones resonando en el suelo de mármol de la oficina. Caminó hasta la ventana, observando las luces de la ciudad que parpadeaban en la distancia. La tranquilidad de la noche solo amplificaba su desconfianza.
“Alguien está saboteando nuestras operaciones.”
Los números no mentían, pero la manipulación era tan precisa que ni siquiera su equipo de confianza lo había notado. Lucía estaba acostumbrada a controlar cada detalle, y cuando algo se salía de su control, su instinto le decía que algo más grande estaba en juego. Nadie en su familia osaba traicionar a los Álvarez, pero aún así, la sensación de que alguien estaba por detrás de todo la asfixiaba.
Su teléfono vibró sobre el escritorio. Era un mensaje de Iris.
Iris: "Lo que estamos viendo no es lo que parece. Estaré en tu oficina en 30 minutos."
Lucía respiró profundamente y borró cualquier vestigio de duda. No podía permitirse ceder ante la incertidumbre. Miró el reloj y se sentó nuevamente en su escritorio. Sabía que las respuestas no tardarían en llegar, y cuando lo hicieran, serían implacables.
Parte de Iris
La noche era fría cuando Iris entró al edificio de los Espinosa, sus pasos resonando en los pasillos vacíos. Había algo en el aire esa noche, algo que no podía identificar, pero que la mantenía alerta. La sensación de que algo no estaba bien se aferraba a su pecho, un peso invisible pero claro.
En la sala de reuniones, los hombres de confianza de la familia discutían sobre los próximos movimientos. Iris observó desde la puerta, escuchando las voces entrelazadas con la creciente tensión. Había informes sobre una nueva carga de drogas que aún no había llegado, pero la forma en que algunos de los miembros se comportaban era sospechosa. La incertidumbre no solo provenía del exterior; el peligro también acechaba dentro de su propia familia.
Iris: "¿Alguien más tiene algo que agregar a la situación de la carga?"
Una mirada incómoda recorrió la sala. El hombre más cercano a ella, Sebastián, titubeó antes de hablar.
Sebastián: "Hay algo raro en este último trato. He escuchado que no todo el dinero fue entregado, y no tenemos claro de dónde viene."
Iris frunció el ceño, un leve temblor recorriéndola. "¿De dónde viene? ¿Qué significa eso?"
El ambiente se tensó aún más, y ella comprendió que algunos de sus hombres no estaban tan comprometidos como pensaba. Alguien estaba jugando un juego peligroso dentro de los Espinosa, y no podía permitirse que las fisuras dentro de su familia se hicieran más grandes. No importaba si las lealtades se tambaleaban; ella tenía que restaurar el orden.
Iris: "Esto no es solo un error de logística. Voy a investigar a fondo. Necesito que me traigan toda la información posible sobre las últimas transacciones."
El tono de su voz hizo que todos se callaran de inmediato. Iris salió de la sala, con la mente en ebullición, procesando cada palabra, cada gesto. Sabía que algo más grande estaba por revelarse, y esta vez no se trataría solo de un traidor aislado. La desconfianza estaba contaminando a toda su familia.
Al igual que Lucía, Iris sentía la presión, pero su respuesta era aún más calculada. No podía permitirse el lujo de mostrar debilidad. Su papel como líder dependía de su capacidad para mantener todo bajo control. Sabía que debía actuar rápido si quería evitar que el caos se apoderara de su imperio.
Encuentro en la Oficina de Lucía
Cuando Iris llegó a la oficina de Lucía, ambas se encontraron en el mismo punto de quiebre. Sabían que el futuro de sus familias estaba en juego. Lucía observó a Iris desde su escritorio, los ojos de ambas reflejaban la misma determinación. Ya no se trataba solo de una alianza de conveniencia. Era una prueba de confianza.
Lucía: "Lo que estamos viendo no es coincidencia. Alguien dentro de nuestros clanes está moviendo piezas sin nuestro consentimiento."
Iris: "Estoy de acuerdo. Algo grande se está fraguando. Necesito que nos reunamos con nuestros contactos esta noche. Hay demasiadas personas que han comenzado a moverse, y no me gusta lo que veo."
Ambas se sentaron, intercambiando miradas serias. Sabían que sus respectivos clanes eran fuertes, pero la traición interna siempre representaba el mayor peligro. Lucía habló, su voz suave pero firme.
Lucía: "Necesitamos ser implacables, Iris. Si alguien se atreve a traicionar a nuestras familias, la lección debe ser clara. No podemos mostrar debilidad."
Iris: "No tengo intención de mostrar debilidad, Lucía. Si alguien está jugando sucio, lo encontraremos, y pagará el precio."
Las dos se miraron en silencio por un momento, un entendimiento mutuo surgiendo entre ellas. En ese instante, ambas sabían que la batalla por el control no solo era externa. El enemigo estaba mucho más cerca de lo que pensaban.