Huyó de su familia para no tener que llevar un matrimonio por convenio y en el camino tuvo que tomar una decisión impuesta por el destino.
Dispuesta a no cumplir con las obligaciones y deseos de su familia, decide huir para dejar firme su postura de no casarse en un acuerdo arreglado.
Jamás pensaría que, buscando refugio con su hermano, terminaría cruzando caminos con el mejor amigo de este, provocando así el inicio de un sentimiento que va más allá de la obligación y el deber.
Cuando el amor nace en conflicto y sangre, nos hace ser más fuerte, pero siempre hay alguna barrera, si es que dejamos a esa persona o luchamos junto a esa persona que amamos.
Todo es posible cuando el amor es más importante que el dinero y poder.
¿Podrá el amor triunfar?
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Soy una mujer valiente.
... Cuando estoy por acercarme los truenos empiezan a hacerse presente y vaya que me asusta, pero ella no reacciona, me acerco y está dormida.
Y si al dejo aquí, total no hay peligro aquí.
Le apago la televisión me doy vuelta a mi habitación... Reviso mi teléfono, mientras doy órdenes del nuevo patrón de seguridad de algunas cámaras de video de la cámara de comercio de un país del extranjero. Con tanto trabajo no me di cuenta de que ya está oscureciendo y la lluvia aún no cesa. Estoy a punto de dormirme y me acuerdo de la despistada que está abajo.
Con la inmensa flojera arrastro mi cuerpo hacia la sala, me acerco y ella sigue en su sueño... La despierto, mejor no.
Cuando estoy por girar un estruendo se escucha y ella pega un grito que hace que se me erice la piel...
La luz se va unos minutos, tenemos que esperar, ya que la caja de emergencia pronto nos devolverá la energía.
Estoy tan a gusto durmiendo cuando escucho un sonido que me asusta. Grito desesperada, por mi mente lo primero que se me ocurre es que mi familia viene a buscarme con armamento y todo.
Está oscuro y eso me atemoriza.
Busco mi teléfono para iluminar con la linterna y no lo encuentro.
Cuando alguien me toma del brazo y yo por reflejo le doy un golpe, escucho un quejido.
(Claudio) Basta soy yo... Claudio.
(Martina) Bueno yo... ¿Qué haces aquí y la luz?
(Claudio) Ya llegará, aunque sé está tardando.
... Llamo a López que debe estar preocupado por la tardanza de la luz y me dice que volaron algunos fusibles y que por esta noche estamos a merced de la oscuridad. Ya que no hay en reserva. En media hora llegará el servicio de energía eléctrica.
(Claudio) Solo eso faltaba...
¡Cómo es posible!
Siendo un ingeniero en Ciberseguridad, me pueda pasar esto.
(Martina) Tengo miedo 😨.
(Claudio) Sabes mi estómago me duele.
(Martina) Bueno sí quieres ir al baño, te acompaño no quiero quedarme sola aquí.
(Claudio) No quiero ir al baño, me duele por el golpe que me propinaste hace un momento.
(Martina) Yo lo lamento, pero cuando vives en medio de hombres y malas mañas, te preparan para defenderte de cualquier tipo aprovechado o de quien te quiera hacer daño.
(Claudio) ¿Y eso piensas de mí?
(Martina) No... Bueno yo... es que...
(Claudio) Té puedo pedir algo.
(Martina) Nada que tenga que ver con contacto físico por favor.
(Claudio) Pero si eres tú la que no suelta mi brazo.
(Martina) Lo siento.
(Claudio) Debes cortarte las uñas, las tienes muy largas.
(Martina) Son mis uñas y no quiero cortarlas, me gustan así.
... Trato a ciegas de buscar el mueble para sentarme...
(Claudio) Subiré por mi teléfono en lo que llega el servicio eléctrico.
(Martina) NO... Yo ... No ...
Tengo miedo quedarme sola.
(Claudio) Entonces sube conmigo a buscar mi teléfono o alguna vela, aunque sinceramente no sé si hay velas aquí.
... No me queda más que seguir a paso lento a este bruto...
(Claudio) Sí sigues agarrando mi brazo de esa manera, me quedará las huellas de tus uñas marcadas.
(Martina) Tienes un cuerpo muy trabajado, pero eres débil ante el agarre de una indefensa mujer.
(Claudio) Así que me dices que mi cuerpo es bien trabajado.
... Gracias a Dios que no hay luz, si no se diera cuenta de que mi rostro está más rojo que un tomate maduro.
Para coronar esta noche de lluvia y truenos con rayos, faltaba la caída de la despistada y también me arrastra a su caída.
(Martina) Auch... Mi pierna.
(Claudio) ¿Te paso algo?
(Martina) Creo que me golpee la parte delantera de mi pierna con los escalones.
(Claudio) Toma mi mano y sujeta mi cuello cuando te lo diga.
(Martina) Sí, pero yo...
(Claudio) Ahora.
... Me levanta en peso y me acerca a su duro pecho. Me siento caliente ante esta situación que estoy viviendo. Su perfume me da una leve sensación extraña que me hace perder la razón y esa voz que me llama a acercarme más a él.
Entramos a ciegas a la habitación y me deja en mi cama.
(Claudio) Aquí está.
(Martina) ¿Cómo hiciste eso?
(Claudio) Bueno mi teléfono cuando está perdido, en una distancia prudente, digo una palabra clave y este automáticamente se enciende la pantalla.
(Martina) ¡Que listo!
... El bruto ilumina con su teléfono y me doy cuenta de que mi pierna está lastimada, ese raspón se ve mal.
(Claudio) Ese raspón se ve mal.
(Martina) Lo mismo... Si se ve mal.
(Claudio) Iré por algún parche y algodón.
(Martina) No... No quiero estar sola, yo tengo... Me da miedo la oscuridad.
(Claudio) Bueno, pero tengo que limpiar ese raspón de tu pierna.
(Martina) Dime donde está ubicado el botiquín.
(Claudio) En el baño, eso creo.
... Cuando estoy por irme recibo la llamada de López, para avisar que ya están aquí los hombres que arreglaran el daño causado por la lluvia que aún no cesa.
Sabes en unos minutos la energía eléctrica volverá.
Me siento en la cama junto a ella y esperamos que llegue el recurso tan esperado.
(Martina) Té puedo preguntar algo
(Claudio) Sí.
(Martina) Bueno... Dime que relación tienes con mi hermano.
(Claudio) Ja, ja, ja... Piensas que soy gay.
(Martina) No, solo que cuando mi hermano salió de casa dijo que su amor era más importante que las tradiciones. Y verte aquí me hizo pensar que ...
(Claudio) No lo soy. Pero si hay dudas en ti, puedo demostrar que no...
... Estoy terminando de hablar y la luz ilumina ✨️ la habitación y también el pasillo.
(Martina) Pensé que estábamos en mi habitación...
(Claudio) La mía estaba más cerca.
Déjame enviar un mensaje a López y enseguida traigo el botiquín.
... Y listo... Bueno ahora siéntate tranquila y no grites.
(Martina) Yo no grito, soy una mujer valiente...
(Claudio) ¿Qué tan valiente?
(Martina) Bueno él que me daña se lo hago pagar.
(Claudio) Eso no es valentía, a eso se llama venganza. Y si te dañan el que los hace pagar pues son tu familia y no tú como me estás diciendo.
... Veo su mirada cabizbaja y me siento culpable por mi comentario desatinado, no quiero dejar pasar la culpa de mis palabras, así que me acerco a ella para ofrecer una disculpa, pero sale enseguida de mi habitación. Me siento mal.
