Anne Williams es una chica de 26 años amable, sencilla e inocente, cuida de su pequeña hermana Gracie de 9 años desde hace unos meses cuando murió su madre de cáncer... Ahora está perdida en su rutina trabajando en esa cafetería, hasta que la desgracia llama a su puerta, abusos, policías y contratos.
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CAPITULO 4
Anne se encontraba en la fiscalía de protección al menor mientras el chófer estaba afuera aún sin poder creer lo que estaba sucediendo por su culpa, pensaba él.
-Dígame dónde está mi hermana, yo la cuido muy bien desde que mi madre murió, ayer tuve un accidente y estuve en el hospital. -alegó la chica llorando.
-Entendemos, pero charlando con la niña nos dice que se queda mucho tiempo sola en casa, usted no tiene la facultad para cuidar de ella. -la trabajadora social la miraba con lástima. -lo siento mucho, pero ella tendrá que quedarse en el centro de acogida a menores hasta que usted pueda comprobar que puede cuidar de ella.
Anne se echó a llorar desconsoladamente, hacía 8 meses había perdido a su madre debido al maldito cáncer y ahora a su hermana ¿por qué Dios la castigaba de esta manera? Ella solamente salía a trabajar para cubrir las necesidades de ambas. -por favor, ella es lo único que tengo en la vida, me necesita... aún tiene pesadillas por la muerte de nuestra madre ¡es una niña por Dios! -sollozo.
-Exactamente, señorita Williams, Gracie aún es una niña y no puede quedarse sola en casa... De momento necesitamos un comprobante del hospital al que acudió anoche, un estado de cuenta bancaria o algo que compruebe su estabilidad laboral y económica y lo más importante, que demuestre que puede cuidar de su hermana. -Anne abrió la boca asombrada.
¿Cómo haría para demostrar su estabilidad laboral y económica? Si con lo sucedido anoche ella se dió por despedida, no tenía su bolso ni su identificación, lo había perdido todo, ¡ni siquiera tenía un celular! Con los cuatrocientos dólares que ganaba a la semana justo alcanzaban para la comida y los transportes, no tenía nada. Anne se agarraba la cara con las manos mientras sollozaba, se había olvidado del dolor que sentía en todo su cuerpo, solamente quería recuperar a su hermanita.
-Dejenme verla, por favor. -suplicó. La trabajadora social negó.
-Los protocolos nos lo impiden, pero vaya por la documentación que le pedí y le entregaremos a su hermana con debidas restricciones, como una visita semanal a su hogar y psicología para ambas. -Anne no lo soporto más, se levantó de la silla de aquella sala y salió de ahí echa una fiera, necesitaba soluciones.
Al salir, se encontró con un Broddy preocupado. Ella lo ignoró y comenzó a caminar. -Anne, dime en qué puedo ayudarte. -dijo el chico caminando detrás de ella.
-¡Ya haz echo lo suficiente, por tu culpa mi hermana está allí y yo no puedo hacer nada para recuperarla! -le gritó, la gente que estaba a su alrededor le quedó mirando pero a ella poco le importó.
-Sube al auto, está helando, te llevaré a casa en donde pensarás las cosas de mejor manera. -el celular de Broddy sonó y el pidió un minuto, a la chica le ardía la cara pues hacía demasiado frío y sin esperar a Broddy tomo el primer bus que paso y se fue a casa, sin él.
Cuando llegó a casa la recibió la señora Duncan, era su vecina de toda la vida y muy querida por su familia, era una persona mayor por lo que no pedía su apoyo para el cuidado de su hermana, puesto que sus dos hijos la utilizaban de niñera y su casa siempre estaba repleta de niños
-Anne, intenté evitar que se llevarán a Gracie pero el vigilante llamó a la policía cuando la niña salió a la calle a buscarte, no pude detenerla. -se disculpó la viejecita. La chica asintió.
-Está bien, señora Duncan, ya me pondré a resolver eso. -dijo ella entrando a su casa, no tenía ánimos de hablar con nadie en ese momento.
-¡Otra cosa más! -se apresuró a decir.- Te llamaron a mi casa de un trabajo, déjame ir por la hoja donde apunte todo. -la señora se metió a su casa mientras Anne pensaba.
La señora Duncan era buena persona, pues de vez en cuando les llevaba de comer y dejaba que Anne pusiera su número de teléfono en sus solicitudes de empleo y en la escuela de Gracie pues la chica no podía costear la línea telefónica particular ni tampoco un celular.
En el mes había ido a dejar algunos currículums a varias empresas pero nunca le llamaban por su falta de experiencia, a pesar de que había terminado la universidad hace tres años, por falta de ofertas laborales y urgencia de dinero había entrado a trabajar a la cafetería del asqueroso de su exjefe.
-¡Aquí está! -la señora le entrego una hoja de papel arrugado y Anne la miró.
"Harris & Hill, entrevista 02 de diciembre a las 9:00am."
Por fin Anne sonreía mientras se le caía una lagrima, tenía que conseguir este trabajo a toda costa, así podría comprobar que podría cuidar de su hermana y poder recuperarla, efusivamente abrazo a la señora Duncan, la mujer contenta la recibió y la chica agradeció y entro a su casa.
§§§§
Isaac
Ese día llegó a su oficina a las 7:00 am y sentado en su escritorio se seguía preguntando por aquella chica tan hermosa que conoció la noche anterior, él sabía que no la había conocido de la mejor manera,, pero no podía borrarla de sus pensamientos. Tomo él teléfono y llamo a su chófer.
-Ve por ella en un par de horas y llévale un ramo de flores de mi parte, sin dedicatoria, no quiero que sepa nada de mí. -ordenó.
-Claro señor. -Isaac colgó y llamo a su asistente.
Laura entró enseguida informándole que había citado a las tres chicas elegidas para mañana mismo, él asintió satisfecho y la chica se retiró. Ciertamente, también había considerado a Laura para el puesto, pero a lo que sabía, la chica tenía pareja y no quería verse inmiscuido en ese tipo de asuntos.
El resto de la mañana Isaac se dedicó a asistir a las juntas de los inversionistas, todo salió muy bien, tienen un proyecto que comenzará a principios del próximo año ahí mismo en Chicago.
Perdido en sus pensamientos, Joshua entro a su oficina como de costumbre, sin tocar. -¿Te enseñaron modales en casa? La puerta se tiene que tocar. -gruño el rubio.
-No es como que te veré besando a tu secretaria o a una prostituta, por Dios. -Joshua rodó los ojos y se sentó. -Ya te tengo la información de la chica que pediste, pero quiero que me digas quién demonios es ella. -El castaño tendió un folder amarillo en el escritorio de chico y este lo tomó leyendo todo lo que su amigo había encontrado.
-Tiene una historia muy triste, su padre la abandonó cuando tenía 3 años de edad, su madre murió hace unos meses de cáncer y tiene una hermana de 9 años la cual se hace cargo de ella, creo que es muy extraño que teniendo universidad trabaje en ese horrible café. -menciono el castaño mientras bebia un vaso con agua. -¿tú que piensas?
-Sí, es extraño. -murmuro Isaac.
-Bueno, ahora sí ¿quién es ella? -insistió.
-Broddy atropello anoche y tranquilo, ella estaba bien. -dijo Isaac al notar que su amigo casi escupe el agua que estaba tomando.
-No lo puedo creer, pero ya no me digas más, que fuerte. -dijo el chico mientras salía de la oficina.
Isaac se sentía inquieto así que optó por llamar a Broddy pues ya habían pasado más tiempo del usual y aún no tenía noticias de la situación, al responder, Broddy le contó todo lo que estaba pasando con la chica y su hermana, ciertamente Isaac se sentía culpable, si ellos no la hubieran atropellado, la chica estaría en casa con su hermana. Al colgar, Isaac realizó unas llamadas para preguntar sobre el caso y si, la chica no podría recuperar a su hermana si no mostraba estabilidad económica y laboral.
Decidió quitarse esos pensamientos de la cabeza, ya que él tenía cosas mejores que hacer y pensar: encontrar una novia.
¡Pero le era imposible, había visto una vez a esa mujer y no dejaba de pensar en ella! Menos ahora que Joshua había traído una foto de ella en la información que le entregó.