Rose Thompson pierde toda su vida feliz y su libertad en tan solo un día, luego de tanto tiempo sin ver a su padre, este la busca para darle su condena matrimonial.
Cansado de dejar que ella jugara a ser "la enfermera del pobre" como él llamaba de manera despectiva, ha decidido que le dejará su empresa a su nieto varón.
Informándole así que al día siguiente sería su boda, de modo que ella pudiera cumplir con su deber de entregarle su próximo heredero o de lo contrario el hospital donde ella trabajaba perdería a su mayor benefactor.
¿Podrá el amor y la felicidad surgir en una situación de chantaje total? ¿Podrá tener un final feliz?
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Preparativos
la mañana siguiente en la vida de Rose se sintió diferente a cualquier otro día, sentia el cuerpo como si pesará una tonelada, le dolían lo ojos y la cabeza, la noticia de su matrimonio todavía le afectaba mucho.
El teléfono sonó, era un número desconocido.
- ¿Buenos días con quien hablo?
- Buenos días querida.
- ¿Que quieres padre? no has devastado mi vida lo suficiente.
- Solo te llamaba para informarte que el documento pediste se realizará ya está echo, necesito que vengas en persona a firmarlo
- Ok pasaré por tu oficina luego de salir de mi trabajo.
- No querida, justo en este momento el chófer está esperándote abajo de tu edificio para traerte.
- ¿Cómo te atreves a decidir lo que hago?
- Soy tu padre y te recuerdo que tenemos mucho trabajo para el día de hoy que es tu boda
- No sabes cómo quisiera olvidarlo.
- Bueno, no lo olvides hija si no cumples con tu parte, tu amado hospital sufrirá las consecuencias.
- Espero que un día pagues por lo que me estás haciendo padre
- Muy bien mientras te haces la víctima, te informo que mi secretaria te enviará la dirección donde debes ir para medirte tu vestido de novia, cortesía de tu futuro esposo.
- Vaya que generoso de su parte que detalle.
- Muestra un poco más de emoción y gratitud al hablar de tu futuro esposo querida hija, bueno aquí te espero no demores
Emoción y gratitud era lo de menos que Rose sentía por el que sería su futuro espeso, para ella Antón Huffman no era más que un castigo impuesto por los caprichos y el chantaje de su padre, después de este día Rose no volvería a ser feliz nunca más, su vida estaría unida al hombre más frío y antipático del mundo, que no siente, no ama y ve a las mujeres como simples objetos sexuales, ella por ejemplo, solo sería un recipiente para llevar al futuro heredero de dos grandes compañías, sentía asco de toda esa situación.
Al terminar de hacer su rutina diaria en su casa Rose salió del edificio y allí la esperaba un auto negro con vidrios ahumados, el chófer muy amablemente le abrió la puerta para que ella entrara.
- Buenos días señorita Thompson- dijo el chófer
-Buenos días- le respondió Rose
- El señor me indico que debo llevarla a la oficina y luego a probarse su vestido de novia.
- Si ya estoy al tanto, gracias- le respondió Rose mostrando tristeza en su mirada, lo que causó que el chófer sintiera pena por ella
- ¿No está feliz señorita ?y disculpe si mi pregunta la incómoda
- Si si, claro que estoy feliz, como no estarlo es el día de mi boda- se obligó lo más que pudo a sonreír y mostrarse alegre.
Luego de eso el chófer arranco y no hubo sino solo silencio entre ellos hasta llegar a industrias T, dónde su padre la esperaba.
Al entrar a la oficina de su padre este le señaló una carpeta que estaba en su escritorio, su padre se encontraba sentado en un pequeño sofá color negro, de cuero. Dentro de la carpeta habían dos contratos, el primero era el contrato que ella le pidió a su padre que redactará, especificaba todo lo referente a los gastos del hospital y que su padre se haría cargo de ellos hasta el día en que su matrimonio terminará, también había una cláusula en el cual decía que si ella le pedía el divorcio a su esposo el contrato quedaría anulado.
-¿Que pasa si el me pide el divorcio a mi ?
le pregunto Rose a su padre.
-Si para ese momento ya me tienes a mi nieto barón seguiré apoyando el hospital.
- Muy bien- eso era un alivio para Rose
-Pero, solo si y solo si tú no tienes culpa de que el pida el divorcio.
-¿Que quieres decir con eso ? - lo que su padre estaba sugiriendo no le gustaba.
- Ya sabes a qué me refiero, si el alemán te llega a descubrir siendo infiel o si mi nieto no resulta ser del alemán, da por terminado el contrato.
- Por lo visto me tienes en el peor estándar padre- Rose estaba tan molesta por tales palabras que subió el tono de voz
Reviso el segundo documento que había en la carpeta, era un contrato de matrimonio por convenio, las clausulas especificaban que una vez embarazada Rose podía vivir en una residencia diferente a la de su esposo, la siguiente especificaba que debían ir acompañados el uno del otro a todos los eventos sociales que sean invitados, la siguiente debían mantener las apariencias y evitar todo tipo de escándalos que puedan perjudicar a las dos empresas.
La cabeza de Rose estaba a punto de estallar del dolor, firmo rápidamente los dos documentos y salió lo más pronto posible de esa oficina, el pensar en como la habían manipulado, que estaba aceptando el vender su cuerpo, el casarse con un total desconocido y peor tener que acostarse con el y procrear un hijo con ese hombre, todo eso la tenía con una fuerte jaqueca.
Al llegar a la recepción de la empresa el chófer privado de su padre la interceptó recordándole que la debe llevar a probarse su vestido de novia.
- ah Cierto- le dijo Rose con antipática
- ¿Se encuentra usted bien señorita Thompson? - pregunto el chófer preocupado por ella
- Si, es solo que están ocurriendo muchas cosas en mi vida y me tiene con un fuerte dolor de cabeza, vamos a ver el regalo de mi futuro esposo
- A la orden.
Llegaron rápido al sitio, era una famosa diseñadora de modas de origen Italiano Alessa Parisi, una mujer alta cabello rubio, ojos grandes color azul vibrante, muy sensual. La mujer se acercó a Rose para darle la bienvenida, la miro de arriba a bajo como si de una mujer corriente se tratara.
- Pase por aquí señorita, el señor Huffman ya ha elegido el diseño de su vestido, pero dada su complexión y tamaño me temo tendré que hacerle alguno ajustes. - le dijo la mujer mientras guiaba a Rose hacia una sala más pequeña.
Vaya aún no nos casamos y ya está imponiendo su poder sobre mi- pensó Rose.
-Aqui está el vestido que el señor Huffman eligió, por favor coloqueselo para poder hacer la correcciones. - Le Dijo la diseñadora y salió de inmediato de la sala.
El vestido era hermoso más de loque Rose esperaba, el único problema era el tamaño era demasiado alto para ella, des seguro fue echo para una super modelo, pero Rose de eso no tenía nada. Se probó el vestido, parecía una niña dentro de el, luego llamo a la modista por un intercomunicador que vio en una pequeña mesa al lado de un sofá.
La mujer entro de inmediato, al entrar y ver a Rose no pudo evitar reír, Rose se sintió apenada.
- Tan mal me veo ? - le pregunto.
- No, disculpé señorita Thompson, solo que no espere le quedará tan largo y si soy sincera parece una niña dentro de el.
- Y si lo puede solucionar?
-Claro señorita para eso estoy yo, no se preocupe, se verá fabulosa en su boda, confíe en mí y confíe en su belleza natural.
- muy bien - Dijo Rose aliviada de no verse ridícula en su propia boda, así fuera un contrato por lo menos quería recordar que se veía hermosa.
Mientras la diseñadora arreglaba su vestido, los estilistas la abordaron al instante para resaltar su belleza, fueron 3 horas, peinando, maquillando y arreglando sus pies y manos, para cuando terminaron con ella, Rose no podía ni creer que era ella en el espejo.
El vestido le quedaba divino, Rose creía imposible el verse mejor, la boda sería en dos horas. Al salir del edificio el chófer la estaba esperando, está vez no sería un auto sino una limosina donde irían al sitio de la boda, al llegar allí Rose respiro ondo antes se salir de manera decidida a cumplir con su parte del contrato, a casarse con Antón huffman.