Condena Matrimonial
El día de Rose comenzó como cualquier otro día, se levantó, desayuno, dio de comer a su gato Nieve, se dio una ducha y se vistió con su uniforme blanco perlado y salió a trabajar.
Rose vivía en un modesto apartamento de soltera, en el centro de New York, no se sentía apenada ni tampoco le daba vergüenza su modesto estilo de vida, al contrario se sentía orgullosa de si misma, que a sus 25 años de edad ya era totalmente independiente y también que no ha necesitado pedirle ni un centavo a su padre desde el día que decidió irse de su casa y valerse por si misma. Trabaja en un hospital público no muy lejos de su departamento, con su título de enfermería y sus conocimientos muy fácilmente podría haber conseguido empleo en alguna clínica, pero prefirió trabajar en un público para de esa manera ayudar a las personas que no tienen como pagar con los servicios médicos que son tan costosos. Su sueldo no era mucho pero tampoco era tan poco, le alcanzaba para cubrir sus gastos y necesidades, también para salir a divertirse de vez en cuando con sus amistades.
Llegó al trabajo a las 7:30 am siempre media hora antes de su hora de entrada, como decía su abuela " a tiempo es tarde, siempre hay que llegar antes de la hora para que se note la puntualidad", recibió su guardia todo sin ninguna novedad, su compañera le dio el reporte de los pacientes que tenían hospitalizados en el área, en total eran tres pacientes, un niño con el brazo y la pierna rotos, un señor mayor de unos setenta y cinco años que le dio una arritmia cardíaca y un joven de unos veinte años que tuvo una sobre dosis y se encontraba desmayado en ese momento, reviso el expediente de medicinas que le tocaba a cada paciente y comenzó a preparar los tratamientos, les realizó el baño de cama a cada paciente, ya para las 11:30 am ya estaba casi libre de trabajo, podía ir a almorzar en media hora tranquila y sin de que preocuparse, pero su día se complicó a las 11:45 am faltando quince minutos para poder ir a deleitarse con su almuerzo (Rose amaba comer) cuando iba camino a dejar las sábanas sucias al lavandero fue llamada a recepción por el parlante del hospital, Rose salió de inmediato, podría tratarse de alguna emergencia, al llegar allí la recepcionista le informa que el señor alto vestido de traje negro que estaba en parado en la esquina de la entrada solicito con urgencia su presencia.
Rose volteo a ver al hombre y al irse acercando logro percatarse que se trataba de Jackson el guarda espaldas de confianza de su padre, al verlo supo de inmediato que aunque ella nunca le dijo a su familia donde vivía ni donde trabajaba o donde se encontraba, su padre sabía cada paso que ella daba, era obvio el era el señor del control, nada se movía sin que el lo supiera. De una vez le dijo al guardaespaldas.
- No pienso ir a ver a mi padre Jackson, puedes decirle que estoy bien y que no me busque más nunca.
- Lo siento señorita pero su padre me ha ordenado llevarla conmigo a su oficina a como de lugar así tuviera que usar la fuerza con usted, el requirió su presencia de manera urgente, por favor no me obligue a tener que forzarla.
Al ver al gran hombre fornido, Rose supo que un forcejeo entre ellos el la arrastraría sin ningún tipo de problema, además de que la dejaría en vergüenza y también cuidaría disturbio en el hospital, poniendo en peligro su empleo.
- muy bien Jackson tu ganas, iré contigo, solo porque no quiero hacer el ridículo en mi lugar de trabajo.
- muchas gracias señorita Thompson.
Al llegar a la empresa T dirigida por su padre, Rose se sintió tan pequeña ante tanto poder, sentía que estaba en la boca del León y ella era un simple ratón que estaba a punto de ser devorado por su padre. El hecho de que la mandara a llamar no le daba buena espina, su padre nunca fue un hombre sobre protector con sus dos hijas, ni cariñoso y mucho menos preocupado por como están, no era malo con sus hijas, siempre tuvieron lo que ellas quisieron, pero no el amor paternal con el que Rose y su hermana Rita soñaban tener. Rose con la madurez y el tiempo fue perdiendo esa ilusión y comprendió que para su padre lo único que valía era su empresa y el dinero y si ella estaba allí era porque algo estaba tramando hacer su padre con ella, algo de benefició para el.
Al entrar a la oficina escoltada por Jackson, un escalofrío horrible recorrió toda su espalda, era su instinto de supervivencia que le decía qué algo malo estaba a punto de sucederle, caminó de la manera más natural y altiva qué pudo, no iba a permitir que su padre le viera ni una pizca de debilidad en su rostro. Se sentó en uno de los asientos que estaban frente al escritorio, su padre estaba sentado del otro lado del escritorio dándole la espalda.
- ¿Por que me ha mandado a buscar?
El se volteo en ese momento a mirarla.
- Vaya hija parece que estos años fuera de casa te han echo olvidar tus buenos modales querida, al parecer mi dinero se desperdicio pagando una universidad, teniendo ese nivel de educación que hoy me demuestras.
- No estoy para sus juegos de padre cariñoso, dígame de una vez que quiere.
- Bueno querida te mandé a llamar porque pienso ya es hora que sientes cabeza en esta familia, creo ya te deje jugar lo suficiente a la enfermera pobre.
-¿Que?
-Lo que has escuchado cariño.
- Explícame que me estás queriendo decir.
- He decido que no voy a morir sin dejar un heredero y como no estoy en edad de buscar una esposa fértil que me lo de, decidí que mejor mi nieto barón herede la empresa.
- ¿Me estás diciendo que quieres te dé un nieto?
- Hija siempre he pensado que de mis dos hijas eres la más inteligente, no me hagas cambiar ese pensar.
-De verdad que tus locuras no paran de sorprenderme padre, puedo saber ¿cómo se propone usted que yo le dé un nieto?.
Estaba aún en shock, no sabía que decir o que hacer, su padre la dejo fuera de base, sentía que el piso y las paredes se movían.
-Ya me estoy encargando de eso hija mía.
- Podría decirme cómo se está encargando, le informo padre que no tengo pareja, ni novio, ni nada por el estilo, así que creo su deseo de tener un heredero tendrá que esperar.
-No hija querida ya ese problemita está resuelto, te mandé a llamar para informarte que mañana en la tarde será tu boda.
- ¿Que?
Todo se movía y se estaba totalmente borroso, Rose quería salir corriendo de allí lo más rápido posible, como era posible que su padre aya planificado casarla con Dios sabe quién sin el consentimiento de ella, su padre siempre hacia lo que quería, pero ella nunca espero que llegaría el día en que se inventaría algo tan descabellado como casarla con un desconocido solo por un heredero.
-Quita esa cara cariño, ni que fuera el día de tu muerte, además Antón Huffman es el soltero más cotizado de hoy día, es un excelente partido para ti.
-No me interesa si es el soltero más cotizado o el menos, no me voy a casar con un total desconocido y mucho menos solo para cumplir uno de tus caprichos padre, así que puedes irte olvidando de tus planes.
Le temblaba la voz al hablar y sentía que estaba hablando como Pulgarcita, pero no dejaría que su padre hiciera lo que le diera la gana con ella.
- Muy bien hija mía, no quería tener que llegar a este punto, pero no me dejas más opción. ¿Sabes el porque desde hace dos años el hospital donde trabajas tuvo el suficiente presupuesto para salir adelante?
-Consiguieron un benefactor que le proporciona todo lo necesario, ese hombre es Dios para el hospital.
Su padre la miro, y con un movimiento de cejas ella capto todo.
- No puede ser, eres tú.
-Muy bien, denle un premio a la niña, ahora tu vas a elegir hija mía, eres tú o tu amado hospital, elige.
-No padre, no te atrevas.
-Para mi es solo una simple llamada ¿que es para ti?
Estaba contra la espada y la pared, debía elegir, si ser libre y seguir con su vida o condenarse a casarse con un total desconocido con tal de salvar el hospital, su padre era un hombre muy poderoso, para el un hospital no significaba nada, pero para Rose significaba su vida entera, todos los años de lucha que estuvo horas y horas extras ayudando a los enfermos, vio reír y llorar a tantas personas, vio que allí Dios siempre estaba presente en cada milagro que allí pasaba, tanto esfuerzo, no podía permitir que se fuera todo al caño, pero para eso tendría que sacrificarse.
-Y bien ¿ que decides?
-Quiero que me des tu palabra por escrito que te seguirás haciendo cargo de todo lo que el hospital necesite, además que después de estar embarazada el señor Anton y yo no tenemos porque seguir viviendo juntos, seremos esposos solo de nombre, OK
- Está bien, no veo el problema, de todos modos el tiene la misma visión que yo, solo queremos nuestro heredero, Varón, porque tiene que ser asi.
Rose pensó que todos los hombres con dinero son iguales, sin alma ni sentimientos, que en todo este contrato la única afectada será ella, a la única que se le vino el mundo abajo.
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Comments
Francisca Miranda Garcia
excelente inicio
2024-07-09
6
Veronica Salas Perez
me gusta como se está desarrollando la historia 👍🌟
2024-07-07
0
C Matacruz
por eso tenía trabajo en el pequeño hospital
interesante comencemos 😔😡😞🙂😆😊😛😃😉😄🤪😀🙃😁😜😯😏😝🤨😱
2024-06-30
0