Mi Gordita Bella.

Mia bajo a el comedor y ahí estaba sentado Sergio viendo el celular.

Mía: Te sucede algo?.

Sergio: Mañana es el gran baile.

Mía: Y entonces?.

Sergio: Mañana es el día que todos pensaran que de verdad eres mi novia.

Mia: Si no lo quieres hacer no es obligación, en realidad trataré de no tomar importancia de lo que digan.

Sergio: Yo soy un caballero y jamás me retractaria de algo, yo di mi palabra y cumpliré.

El día del baile llegó, Sergio se fue a la empresa a supervisar que todo estuviera bien para la gran noche. El baile sería en el salón de la Empresa, era grande y lujoso, el mismo Sergio se había encargado de que todo quedará tal cual lo pidió.

Regresó a casa por la tarde y no vio a Mia, así que se dispuso a arreglarse ya que supuso que ella estaría haciendo lo mismo.

Ese día Mía se levantó muy temprano, se fue al spa y al salón de belleza, se había propuesto ponerse bella, quería que todos hablarán en los reportajes sobre lo bien que se veía y lo digna que ahora era para Sergio. Mía había estado haciendo ejercicio y cuidando su alimentación y todo había tenido una gran recompensa, puesto que físicamente se veía mejor.

La hora habia llegado, Mía ya estaba en casa metida en su cuarto poniéndose su vestido, había elegido un vestido pegado a su cuerpo, era largo con una gran abertura de lado derecho, era de un color rosa tan brilloso que hacía juego con sus accesorios y con sus tacones, se hizo un maquillaje tan sencillo pero la hacía ver demasiado natural y bonita, sin duda iba a impresionar a todos.

Sergio había elegido un elegante smoking azul marino, que hacía juego con su corbata, y de zapatos había elegido unos negros de charol. Sin duda era algo digno de su elegancia. Sin duda lucía mucho más guapo de lo habitual.

Sergio esperaba a Mía al pie de las escaleras como todo un caballero.

Mía Salió de su habitación y bajo por las escaleras. Sergio en ese momento la pudo ver bajar y se quedó impactado por su belleza.

Mía lo veía abajo, con ese traje que le quedaba más que perfecto, tenía un porte estupendo y parecía un príncipe, si no lo conociera sin duda pensaría que era el príncipe de algún lugar.

Cuando Mía estaba apunto de bajar el último escalón, Sergio le estrecho el brazo y la dirigió hasta la puerta, Al abrirse la puerta Mía pudo ver una lujosa limosina estacionada en la puerta de la mansión.

Mía: Que significa esto.

Sergio: Una Reyna necesita un carruaje digno para dirigirse al gran baile.

Mía: Eres un caballero. El más guapo de todos.

Sergio la mira profundamente a los ojos y le dijo.

Sergio: Eres una diosa, siempre eres muy hermosa pero sin duda con este vestido luces más que espectacular. Todos me tendrán envidia en el lugar.

Mía: Lastima por todos los demás, solo el Señor Maldonado es digno de tener esta hermosa novia a su lado.

Sergio: Tienes razón amor, opino que vallas y te quites este vestido, no quiero que los demás hombres te miren.

Sergio y Mía rieron al unisono, mientras la limusina se dirigía al gran baile.