Burn Notice

El Capitán, de pie en el altar de la iglesia, se tensa cuando un soldado sudoroso irrumpe en la sala, jadeando.

—¡Señor! —grita el hombre—. ¡Los rebeldes están atacando el muro! Unos cien hombres marchan hacia la plaza.

La multitud murmura, alarmada, mientras el Capitán frunce el ceño, su mano apretando el mango del hacha. Sin perder un segundo, alza la voz sobre el caos:

—Dado que las pruebas son irrefutables y la mayoría está de acuerdo, el culpable será ejecutado al amanecer.

Los aldeanos se agitan; algunos asienten con miedo, otros protestan débilmente, pero el veredicto está sellado. El juicio termina abruptamente. Los guardias arrastran a Joel, exhausto y encadenado, fuera del pilar. Sus pasos tambaleantes resuenan en el suelo de la iglesia mientras lo llevan de vuelta a la celda, donde la penumbra, el frío y el hambre lo consumen aún más.

El Capitán, con una furia contenida en el rostro, reúne a los guardias presentes.

—¡Conmigo! —ordena, su voz cortante como un filo.

Abandonan la iglesia en masa, marchando hacia la plaza con armas en mano, listos para enfrentar el ataque rebelde. El sonido de sus botas se mezcla con el rugido distante de la batalla que comienza a estallar.

Emma guía a Ana por las calles devastadas, alejándose del callejón de pesadilla hacia una veterinaria abandonada cerca del muro del pueblo. El edificio, con un cartel medio caído y ventanas rotas, parece un refugio improvisado. Emma, con el machete ensangrentado en la mano, se detiene y mira a Ana, cuya ropa rasgada y rostro lleno de lágrimas reflejan el trauma reciente.

—Sé que lo que pasó fue duro —dice Emma, con voz suave pero firme—, pero te necesito fuerte. No has hablado mucho.

Ana, temblando, rompe en llanto, las lágrimas cayendo sin control.

—Tuve mucho miedo —solloza—. Casi me violan... tenía tanto miedo.

Su voz se quiebra. Emma, sin dudarlo, la abraza con fuerza, envolviéndola en un gesto cálido y protector.

—Shh, no pasó, estás bien —susurra, acariciándole el cabello—. Estás conmigo ahora, a salvo. Decime tu nombre.

Ana, entre sollozos, levanta la vista.

—Ana... mi nombre es Ana.

Se aferra a Emma con un abrazo desesperado, buscando consuelo. Emma la sostiene con firmeza, dejando que llore. Tras un momento, Ana respira hondo y pregunta, aún temblorosa:

—¿Y ahora qué?

Emma se separa un poco, mirándola con determinación.

—Ahora nos preparamos —responde—. Esta veterinaria tiene suministros que podemos usar. Y luego iremos por tu hermano y los demás. No estás sola en esto.

Le ofrece una leve sonrisa, limpiando el machete con un trapo mientras guía a Ana al interior del edificio.

Dentro de la veterinaria, el aire está cargado de polvo y un silencio roto solo por los sollozos entrecortados de Ana. Emma, con el machete aún en mano, se arrodilla frente a ella y le toma las manos con suavidad.

—Tranquila, Ana —dice, con voz calmada pero firme, mirándola a los ojos—. Ahora hay que juntarnos con los rebeldes. Soy de ellos, estoy aquí como informante para mi amigo Liam, que está fuera del muro con el grupo.

Ana, aun temblando tras el trauma del callejón, levanta la vista, las lágrimas dejando rastros en su rostro sucio.

—¿Rebeldes? —murmura, buscando claridad.

Emma asiente, limpiando una lágrima de su mejilla con el pulgar.

—Sí, estamos planeando liberar el pueblo del Capitán. Liam me pidió que vigilara desde dentro y trajera información. Ahora que estás a salvo, podemos unirnos a ellos. Te prometo que encontraremos a los demás.

Ana respira hondo, aferrándose a las palabras de Emma como a un salvavidas. Asiente débilmente, el miedo dando paso a una chispa de esperanza.

—¿Cómo llegamos? —pregunta, su voz aún quebrada.

Emma se pone de pie, ofreciéndole una mano para ayudarla a levantarse.

—Por la parte trasera, hay un pasaje que lleva al exterior. Vamos, rápido, antes de que los soldados nos encuentren.

Juntas salen de la veterinaria, dirigiéndose hacia el muro donde los rebeldes esperan.

Mark, con la urgencia latiendo en sus venas, grita:

—¡No hay tiempo!

Se lanza hacia un auto abandonado, arrancando un hacha incrustada en el asiento trasero. Corre hacia el primer guardia, que apenas tiene tiempo de girarse. El hacha cae con un golpe brutal en su espalda; la sangre salpica el suelo mientras el hombre se desploma con un gemido ahogado. Mark, con los ojos encendidos, empuja al segundo guardia contra la pared con un golpe de hombro, clavándole el hacha en el brazo. La soldado chilla, el brazo colgando inútil mientras la sangre gotea.

Robb, paralizado, observa con el tubo de metal temblando en sus manos. El tercer guardia, con un rugido de furia, se abalanza sobre Mark, arañándole la cara con uñas sucias. Mark gruñe, forcejeando, mientras el primer guardia, aún vivo, agarra su pierna con dedos ensangrentados, intentando derribarlo. El segundo guardia, aullando de dolor contra la pared, añade caos al enfrentamiento.

Robb, superando el miedo, reacciona. Levanta el tubo y golpea al tercer guardia en la nuca, derribándolo. Mark, liberándose del agarre, asesta un último golpe al primer guardia, silenciándolo. Jadeando, mira a Robb, asintiendo con aprobación.

—Bien hecho, hijo —dice, limpiándose la sangre de la cara—. Vamos, hay que movernos.

Fuera del muro que rodea la plaza, los cien rebeldes se agrupan en la penumbra del atardecer, el aire cargado de determinación y el sonido de armas preparándose. Zoe, con la katana en mano y el rostro iluminado por el fuego de una antorcha cercana, se adelanta y alza la voz con furia contenida:

—¡Hoy liberamos el pueblo de Grayskull y a su gente de la mierda de los cuervos y del mentiroso hijo de puta del Capitán!

Su grito resuena, haciendo temblar a la multitud.

—¡Su cabeza es nuestra! ¡Avancemos con todo y alma, por la libertad!

Los rebeldes responden con un rugido colectivo, alzando sus armas al cielo. León, junto a Liam, siente un escalofrío, pero la pasión de Zoe lo impulsa. La bandera del cuervo ondea al otro lado del muro, y los rebeldes, liderados por Zoe, avanzan hacia la barricada, listos para derribarla y enfrentar al Capitán y sus fuerzas en una batalla final.

Nota 9

Nombre: Los Rebeldes

Historia: Surgieron liderados por el Gobernador para resistir el golpe del Capitán y sus tropas, los Cuervos. Se desconoce el paradero actual del Gobernador: ¿está muerto o huyó? Nadie sabe quién lidera a los rebeldes ahora, pero planean derrocar al Capitán y liberar el pueblo de Grayskull de su control.