Llévate a Mi Esposo

Bima abrió la puerta de su casa con el corazón lleno de ansiedad. El ambiente dentro de la casa ya estaba caldeado. Se escuchaba claramente una discusión desde la sala de estar, y reconoció la voz de su madre, Denes, que hablaba en tono elevado.

"¡Ya te has atrevido demasiado, Desi!" "¡Maldita nuera desleal!" Bima escuchó la voz de su madre reprendiendo a su esposa.

"Si ya terminaron de hablar, pueden irse de esta casa." Bima escuchó la voz de su esposa que parecía contener la emoción.

Bima se sorprendió al oír un golpe y la voz de su madre: "¿Irnos? ¡La que debería irse eres tú! Esta es la casa de mi hijo, Desi. ¡Solo estás viviendo aquí como una parásita!"

Bima corrió apresuradamente con la esperanza de que su esposa estuviera bien. Al llegar, su mirada se dirigió directamente a su esposa, Desi, que estaba de pie con rostro frío y una expresión de impaciencia. Desi parecía agotada, pero sus ojos seguían siendo penetrantes, indicando una ira que había llegado a su punto máximo.

Bima trató de controlar la situación, llamando a su madre y a sus dos hermanos menores con un tono tranquilo pero firme. "Mamá... Jeje... Jojo... basta", dijo con voz ligeramente temblorosa.

Desi miró a Bima con una mirada llena de indiferencia. En su interior, murmuró: "Ahora sí que está completo. Todos estos parásitos reunidos como huevos de caracol en el arrozal. Amontonados, molestos e inútiles."

Bima se acercó a Desi, tratando de mostrarle atención. Le tomó suavemente la mano, pero Desi la apartó rápidamente. "¿No puedes evitar tocarme?", dijo con un tono frío y una mirada de asco.

Bima se quedó en silencio por un momento, su cuerpo se paralizó como si hubiera perdido la energía. Denes y sus dos hermanos menores, al ver eso, reaccionaron de inmediato. Denes habló en voz alta: "¡Estás yendo demasiado lejos, Desi!"

Bima trató de detener a su madre. "Mamá, por favor, no seas así", dijo en voz baja, pero su madre lo ignoró.

Desi no quería quedarse allí más tiempo. "Tú, ocúpate de tu familia, no te quedes mucho tiempo aquí", le dijo Desi fríamente a su marido. Sin esperar la respuesta de Bima, Desi se dio la vuelta rápidamente y subió las escaleras hacia la habitación. Cada paso mostraba disgusto.

En la sala de estar, Denes miró a Bima con furia. "¿Por qué eres así, Bim? ¿Por qué siempre te rebajas ante una mujer como esa?", dijo con tono elevado.

Bima respiró hondo, tratando de calmarse. "Mamá, Jeje, Jojo, siéntense primero, por favor, no se enfaden así", dijo señalando el sofá.

Pero Denes no quiso escuchar. "¿Cómo no voy a estar enfadada, Bim? Vinimos a tu casa, pero tu esposa, en lugar de saludarnos, simplemente se fue. ¿No tiene modales?" dijo con un tono aún más alto.

Jeje intervino: "Sí, hermano. Mi cuñada solo me hace enfadar. Ella usa el dinero de Bima para ir de compras, ¿verdad? ¡Seguro que se le acaba el dinero por su culpa!"

"Jeje, ella es tu cuñada, no debes hablar así", dijo Bima con un tono firme, pero a Jeje no le importó.

"Bima, no quiero saber nada. ¡Las cosas que compró Desi, dánoslas hoy mismo! ¡Si no, te odiaré, Bima!" dijo Jojo cruzando los brazos, con el rostro sombrío lleno de disgusto.

Bima se masajeó las sienes, que empezaban a palpitar. "Jeje, Jojo, luego les compraré otra cosa, ¿sí? Pero no sean así, por favor", dijo con un tono paciente.

Pero Jojo siguió insistiendo. "No quiero otra cosa, hermano. Quiero lo que compró Desi. ¡Eso es todo!" dijo Jojo con terquedad.

Bima suspiró profundamente de nuevo, conteniendo su enfado que empezaba a crecer. "Luego hablaré con Desi, ¿sí?", respondió finalmente, tratando de calmar la situación.

Denes miró a Bima con una mirada penetrante. "¿Por qué ha cambiado tu esposa, Bim? Normalmente siempre nos obedecía", dijo con un tono sarcástico.

"Sí, hermano. Antes, si le pedíamos algo, nos lo daba enseguida. ¿Por qué ahora es así?", añadió Jeje.

Bima sintió que su pecho se oprimía cada vez más. "Mamá, han pasado muchas cosas esta semana. Desi puede estar traumatizada porque... porque nuestro bebé murió", dijo con voz suave, pero llena de dolor.

Pero Denes no quiso escuchar las razones de Bima. "Ya te lo dije, tu esposa es incompetente para cuidar su embarazo. ¡Una mujer así no merece ser tu esposa! ¡Divórciate de ella!" dijo con mucha emoción.

Bima sintió como si algo le golpeara en el pecho. "Mamá, por favor, no digas eso. También es culpa mía, mamá", dijo con la voz temblorosa.

"¿Cómo puede ser culpa tuya, Bim? ¡Esa mujer te ha engañado!" replicó Denes con tono elevado.

Bima trató de explicar: "Mamá, es porque cuando ocurrió el derrumbe de la tienda Doremi, Desi estaba allí. Por eso..."

Pero Denes lo interrumpió de inmediato. "¿Qué hacía ella allí? Ya le dije que no fuera a ninguna parte, ¿verdad? ¡Es una mujer débil, Bim! Ahora mira las consecuencias, ¡tu hijo ha muerto! ¡Esa mujer es realmente incompetente!" dijo sin sentimientos.

Bima contuvo su ira. "Mamá, también es hijo de Bima. Por favor, no hables así", dijo con voz temblorosa.

Pero a Denes no le importó. "Siempre la defiendes, Bim. ¿Recuerdas la promesa que le hiciste a mamá? ¡Si Desi sufría un aborto, te casarías con Maya!" dijo con dureza.

Bima sintió que le daba vueltas la cabeza. "Mamá, todavía estamos de luto. ¿Por qué hablas así? ¿Cómo se sentiría Desi si lo supiera?", dijo, tratando de controlar sus emociones.

Denes se encogió de hombros. "No me importa. ¡Esta semana, cásate con Maya!" dijo con tono firme.

"Mamá, no puedo, mamá. Además, todavía no le he contado nada de esto a Desi", respondió con desesperación.

Jojo intervino. "Bima, solo tienes que hablar con Desi. Si es necesario, yo hablaré con ella, si tienes miedo", dijo con un tono burlón.

Desi, que ya estaba al pie de las escaleras, había escuchado su conversación, y comenzó a actuar acercándose a ellos.

"Bima..."

La voz de Desi sonó suave, casi como un susurro, pero en esa habitación, su voz resonó. Avanzó con movimientos lentos, dando una impresión de una carga invisible. Sus ojos estaban llorosos, sus labios temblaban ligeramente, y su mano libre se levantó hasta su pecho, creando una imagen de una mujer herida. El aura de tristeza que creó fue tan real que por un momento el ambiente se volvió tenso.

Bima, que estaba discutiendo seriamente con Denes, se giró sorprendido al escuchar su llamada. Detuvo sus palabras a mitad de la frase y miró a su esposa con una expresión de confusión mezclada con pánico.

"Desi..." murmuró en un tono casi inaudible.

Los pasos de Desi resonaron en el suelo de madera, expresando la ira que trataba de ocultar tras su rostro herido. Su rostro fue maquillado deliberadamente con lágrimas antes de entrar en la habitación, añadiendo dramatismo a su presencia. Ahora, estaba de pie a unos metros de Bima, mirándolo con ojos enrojecidos.

"Tú..." su voz tembló, pero había un tono agudo que no podía ocultar. "Entonces, durante todo este tiempo, ¿lo has estado ocultando y realmente tienes la intención de casarte con Maya?"

Desi elevó deliberadamente la entonación de su voz al final de la frase, asegurándose de que todos en la habitación escucharan sus palabras. Miró fijamente a Bima, luego dirigió una mirada llena de dolor hacia Denes, Jeje y Jojo que estaban sentados en el sofá.

"Bima, yo soy tu esposa..." continuó, su voz casi se ahogó por la emoción. "Hace solo unos días que perdimos a nuestro hijo, ¿y ahora oigo que te vas a casar con otra mujer?"

Después de decir eso, Desi se cubrió la cara con las manos, fingiendo llorar desconsoladamente. Su llanto no estalló, pero fue lo suficientemente desgarrador. Las lágrimas corrían entre sus dedos, haciendo que cualquiera que la viera no pudiera ignorar su tristeza. La habitación que antes estaba llena de conversaciones se quedó en silencio.

Bima se levantó del sofá apresuradamente, caminando hacia su esposa que parecía frágil. "Cariño, escúchame primero. No es como tú piensas..." dijo con un tono lleno de súplica.

Sin embargo, Desi retrocedió de inmediato, alejándose de él. Apartó la mano de Bima con un movimiento dramático deliberado, mientras decía con un tono agudo: "¡No me toques!" Su voz se elevó, mostrando una fingida repugnancia, aunque en su corazón contenía una risa de satisfacción al ver a Bima que ahora parecía confundido y en pánico.

Denes, que había estado sentada escuchando desde hacía un rato, finalmente no pudo soportarlo más. La mujer se levantó de su silla con una expresión que reflejaba claramente el enfado. "Desi, ¿qué estás haciendo? No puedes cuidar de tu marido, ¡es mejor que Bima se case con Maya!"

Desi se giró rápidamente hacia Denes, su rostro mostrando una gran sorpresa. Los ojos que antes estaban llorosos ahora dejaban escapar una gran cantidad de lágrimas. "Mamá..." su voz se apagó, como si no pudiera creer lo que acababa de oír. "¿Mamá dice que no puedo cuidar de mi marido? Mi hijo acaba de morir, mamá".

Denes siseó y cruzó los brazos sobre el pecho. Su mirada fría apuntó a su nuera con brusquedad. "Tu hijo también murió por tu propia estupidez. Te dije que no fueras a ninguna parte, ¡pero te fuiste a la tienda!"

Esas palabras fueron como un duro golpe en el pecho de Desi. Se quedó en silencio durante un rato, con la boca ligeramente abierta, como si no pudiera creerlo. El sonido del silbido resonó en sus oídos. Tu propia estupidez...

Negó con la cabeza lentamente, luego susurró suavemente con voz entrecortada, "Entonces... ¿es mi culpa?"

Bima, que estaba cerca de ella, dijo de inmediato: "Cariño, no es así..."

Pero antes de que pudiera explicar más, Denes lo interrumpió con una voz fuerte: "¡Sí, es su culpa! Y como ya ha oído lo que he dicho, Bima, ¡quiero que te cases con Maya! No quiero saber nada. Esta es la petición de tu madre. Si quieres ser un hijo desobediente, ¡rechaza la petición de tu madre!"

"¡Mamá!" El grito salió al unísono de las bocas de Bima, Jojo y Jeje.

"Mamá, por favor, no hables así", Jojo miró a su madre con preocupación.

Denes levantó la mano dramáticamente. "Si no se cumple la petición de mi madre, ¡prefiero morir antes que ver a mi hijo desobedecer a su madre!"