En la ciudad de Solis, un cometa llamado "Eos" trae consigo el despertar de poderes extraordinarios en muchas personas. Axel, un joven de 17 años, descubre que puede controlar varios elementos y hasta puede ser que mas... pero cada uso tiene un alto costo.
Mientras la ciudad se sumerge en el caos y surgen facciones rivales, Axel recluta a un grupo de resistencia para luchar contra una amenaza oscura que busca dominar Solis. La historia aborda la lucha por la supervivencia y el sacrificio en un mundo transformado.
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Capítulo 22: El Vértice del Poder
Axel despertó bruscamente en su cama, su cuerpo cubierto de sudor frío. El collar que había recibido en el cráter pesaba sobre su pecho, irradiando un calor constante. Las palabras del guardián aún resonaban en su mente: sacrificio, destino, poder. Se incorporó y miró a su alrededor, intentando recomponer sus pensamientos. Era evidente que ese sueño no había sido simplemente un producto de su subconsciente; algo profundo y verdadero había ocurrido en esa visión aunque habian cosas que todavia no recordaba bien.
Se levantó con cuidado, sintiendo la chispa Karioli vibrar levemente dentro de él. Sabía que no podía seguir manteniéndose al margen; el tiempo para entender su poder se estaba acabando, y con cada minuto que pasaba, la amenaza de Zarkoc se acercaba más.
Mientras Axel recorría los pasillos de la base, los ecos de conversaciones apagadas llegaban hasta sus oídos. El lugar estaba más agitado de lo habitual. Sabía que Zarkoc no iba a detenerse después del último ataque. Con cada batalla, las fuerzas de las sombras se fortalecían, y la resistencia, aunque valiente, perdía terreno lentamente.
Al entrar en la sala de planificación, encontró a sus compañeros ya reunidos alrededor de una mesa holográfica. El ambiente era tenso. Camila lo notó primero y le dedicó una mirada rápida antes de enfocarse nuevamente en la discusión.
"Axel, hemos estado discutiendo la mejor manera de prepararnos para lo que viene," dijo Lucas, sin rodeos. "El último ataque dejó claro que Zarkoc está preparándose para algo más grande."
"Está buscando la chispa," interrumpió Lía, con una mirada preocupada hacia el collar que Axel llevaba. "Sabemos que la quiere, pero no sabemos por qué ni cómo piensa usarla."
"Tenemos que averiguarlo antes de que sea demasiado tarde," añadió Kai. "Sabemos que el tiempo no está a nuestro favor."
Axel asintió, recordando su vision, y sabiendo que lo que iba a decir cambiaría el curso de sus acciones, dijo. "He tenido una visión, anoche. El guardián del cometa me mostró un camino. Me dijo que, para poder usar la chispa Karioli, necesito entender su verdadero propósito, y eso solo lo encontraré en un lugar: el Vértice del Poder."
La sala quedó en silencio mientras las palabras de Axel resonaban en el aire. Nadie había oído hablar de ese lugar antes, pero por la seriedad en el rostro de Axel, sabían que era algo real y crucial.
"¿Qué es el Vértice del Poder?" preguntó finalmente Camila, sus ojos llenos de curiosidad y preocupación.
"No lo sé con exactitud," admitió Axel, mirando a sus amigos uno por uno. "Solo sé que es un lugar vinculado directamente a la chispa Karioli. Es donde debo ir si quiero entender lo que llevo dentro. Y lo más importante, es donde debo ir para aprender a usarlo contra Zarkoc."
"Entonces, si ese es nuestro próximo destino, debemos prepararnos cuanto antes," afirmó Maho, ajustando sus gafas con determinación. "Pero hay un problema. Si este lugar está tan conectado con la chispa como dices, Zarkoc también lo sabrá. Y estoy casi seguro de que ya debe estar enviando a sus sombras para interceptarnos."
"Es un riesgo que tenemos que asumir," dijo Axel con firmeza. "No tenemos otra opción. Si no llegamos primero al Vértice del Poder, Zarkoc lo hará, y no podemos permitir que obtenga el control sobre la chispa."
El Viaje Hacia lo Desconocido
Las horas siguientes fueron un caos controlado de preparación. El equipo ensambló provisiones, revisó mapas y ajustó sus armas y herramientas. Nadie sabía exactamente a qué se enfrentarían en el Vértice del Poder, pero todos entendían que debía ser algo más peligroso que cualquier cosa que hubieran encontrado antes.
El sol comenzaba a descender cuando el grupo finalmente salió de la base, montados en vehículos ligeros que habían sido modificados para el terreno irregular que los esperaba. El desierto que se extendía más allá de la base era vasto y traicionero, lleno de barrancos ocultos, tormentas de arena impredecibles y, lo más peligroso, las sombras de Zarkoc que acechaban en cada rincón.
Axel conducía el primer vehículo, con Camila a su lado. Lucas, Kai, Maho y Lía seguían de cerca en el segundo. El viento frío del anochecer les golpeaba la cara, mientras las luces de los vehículos iluminaban el camino adelante.
"Axel," comenzó Camila, su voz apenas audible por encima del rugido del motor. "¿Estás seguro de esto? De que puedes controlar la chispa?"
Axel la miró brevemente antes de regresar su vista al horizonte. "No lo sé, Camila. Pero tengo que intentarlo. Si no lo hago, no solo nos pondré en peligro a nosotros, sino a todos en Solis."
Camila asintió en silencio, comprendiendo la carga que Axel llevaba. Ambos sabían que este viaje no solo se trataba de detener a Zarkoc, sino de encontrar el balance dentro de sí mismo antes de que el poder lo consumiera.
Después de horas de viaje en la oscuridad, el paisaje comenzó a cambiar. Las dunas de arena que habían caracterizado gran parte del recorrido se transformaron en imponentes formaciones rocosas que parecían cortar el cielo. El terreno se volvió cada vez más hostil, y la sensación de peligro inminente aumentaba con cada kilómetro que avanzaban.
Finalmente, Axel sintió un tirón en su interior, un llamado silencioso que resonaba desde lo más profundo de la tierra. Sabía que estaban cerca.
"Deténganse," dijo en voz alta, haciendo una señal al segundo vehículo para que redujera la velocidad. "Hemos llegado."
Los vehículos se detuvieron frente a una enorme caverna que parecía devorar la luz. El aire era denso y frío, y la chispa Karioli dentro de Axel comenzó a vibrar con mayor intensidad, como si respondiera a una presencia invisible.
"Es aquí," murmuró Lía, observando con asombro la entrada a la caverna. "El Vértice del Poder."
Sin perder tiempo, el grupo recogió sus pertenencias y comenzó a caminar hacia la oscuridad. La caverna era amplia y profunda, y sus paredes parecían estar marcadas por antiguas escrituras que nadie podía entender. Axel sentía una energía creciente a medida que avanzaban, una energía que lo atraía hacia el centro de la cueva.
De repente, el suelo bajo sus pies comenzó a temblar. Un rugido profundo resonó en el interior de la caverna, y las paredes comenzaron a brillar con una luz tenue y rojiza. Todos se detuvieron, tensos.
"Esto no es bueno," murmuró Maho, preparando su arma.
Antes de que alguien pudiera reaccionar, una figura emergió de las sombras frente a ellos, alta y oscura. Era una sombra, pero no como las que habían enfrentado antes. Esta parecía más sólida, más real, y una sensación de poder emanaba de su presencia.
"Bienvenidos al Vértice del Poder," dijo la figura, su voz resonando en las paredes de la caverna. "He estado esperando su llegada."
Axel dio un paso adelante, con el corazón acelerado. Sabía que esta figura no era un mero enemigo. Era una prueba. Una prueba que debía superar si quería entender completamente la chispa Karioli y enfrentar a Zarkoc.
"¿Quién eres?" preguntó, con la voz firme.
La figura sonrió, mostrando una hilera de dientes afilados. "Soy el guardián del Vértice. Y antes de que puedas reclamar el poder que buscas, deberás enfrentarte a mí."
Axel apretó los puños, sintiendo la chispa arder dentro de él. Sabía que el verdadero desafío apenas comenzaba.