En la ciudad de Solis, un cometa llamado "Eos" trae consigo el despertar de poderes extraordinarios en muchas personas. Axel, un joven de 17 años, descubre que puede controlar varios elementos y hasta puede ser que mas... pero cada uso tiene un alto costo.
Mientras la ciudad se sumerge en el caos y surgen facciones rivales, Axel recluta a un grupo de resistencia para luchar contra una amenaza oscura que busca dominar Solis. La historia aborda la lucha por la supervivencia y el sacrificio en un mundo transformado.
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Capítulo 18: La Marca del Poder
El campo de batalla era un caos de sombras y luz, con los miembros de la resistencia luchando desesperadamente para mantener a raya a las criaturas oscuras. Axel sentía la chispa Karioli latir con fuerza dentro de él, más potente que nunca, mientras observaba a Zarkoc, quien se mantenía firme, rodeado por su legión de sombras. Sabía que este sería el enfrentamiento decisivo.
"¡No dejaremos que nos derrotes, Zarkoc!" gritó Axel, sus manos cargadas de energía mientras intentaba contener el poder abrumador dentro de su cuerpo.
Zarkoc esbozó una sonrisa maliciosa. "Crees que con esa chispa puedes vencerme, pero no sabes lo que te espera." Su voz resonaba como un eco siniestro mientras avanzaba, rodeado por las criaturas de sombras más poderosas que la resistencia había enfrentado.
Axel, Camila, Lucas, Lía, Maho y Kai estaban luchando codo a codo, defendiendo la base con todas sus fuerzas. Axel ya sentía cómo la energía en su interior crecía de manera incontrolable, pero aún no estaba listo para desatarla. Sabía que necesitaba tiempo para cargar el ataque que podría acabar con Zarkoc de una vez por todas.
Kai, que hasta ese momento había estado eliminando sombras a una velocidad vertiginosa, se dio cuenta del plan de Axel. "¡Axel, sigue cargando tu poder! Yo lo inmovilizo," gritó mientras se lanzaba a toda velocidad hacia Zarkoc.
"¡Kai, es demasiado peligroso!" gritó Camila, pero Kai no se detuvo.
En un parpadeo, Kai apareció justo detrás de Zarkoc. Utilizando su velocidad sobrehumana, lo agarró por los brazos y lo inmovilizó, impidiéndole moverse. "¡Ahora, Axel! ¡Hazlo!" gritó, sus músculos tensándose al sentir la oscura energía de Zarkoc luchar por liberarse.
Axel observaba la escena, su pecho ardiendo con el poder de la chispa Karioli. Sabía que este sería su único momento para terminar con Zarkoc. Cerró los ojos por un segundo, conectándose con la energía pura que lo rodeaba, y comenzó a concentrar todo el poder en sus manos. El aire a su alrededor chisporroteaba con electricidad y calor, y su cuerpo vibraba con la cantidad de poder que estaba manejando.
"¡Kai, sal de ahí!" gritó Lía, su voz llena de preocupación, pero Kai no la escuchaba. Estaba enfocado en su tarea, asegurándose de que Zarkoc no escapara.
Zarkoc, con su rostro deformado por la rabia, intentaba liberarse de Kai. "¡Imbécil! No podrás retenerme por mucho tiempo. Cuando me libere, todos ustedes perecerán," gruñó, pero Kai solo apretó más fuerte.
"¡Apúrate, Axel!" exclamó Kai, sus músculos temblando por el esfuerzo de mantener inmóvil a Zarkoc.
Axel finalmente abrió los ojos, y con un grito feroz, desató toda la energía acumulada. Un rayo de poder puro salió disparado de su pecho, apuntando directamente hacia Zarkoc. El aire a su alrededor se ondulaba por el calor y la intensidad del ataque.
Kai, al ver la ráfaga de energía acercarse, utilizó su velocidad una vez más. En un movimiento relampagueante, soltó a Zarkoc y desapareció justo antes de que el rayo de Axel lo alcanzara.
El impacto fue devastador.
El rayo de energía golpeó de lleno a Zarkoc, quien gritó de dolor al sentir el poder atravesar su cuerpo. La oscuridad que lo rodeaba comenzó a disolverse, las sombras desvaneciéndose en el aire mientras la luz de la chispa Karioli lo envolvía. Axel gritó mientras continuaba descargando toda la energía que había acumulado, sintiendo cómo su pecho comenzaba a arder por el esfuerzo.
Zarkoc, debilitado y consumido por la luz, cayó de rodillas, su figura oscura temblando mientras intentaba resistir el poder que lo aplastaba. "Esto... no ha terminado..." murmuró con dificultad antes de ser lanzado hacia atrás por el último estallido de la energía de Axel.
El silencio cayó sobre el campo de batalla.
Axel, jadeando, cayó de rodillas, su cuerpo temblando por el agotamiento. Sabía que había utilizado demasiado poder. Miró hacia su pecho y vio una marca negra, como una quemadura, donde la chispa Karioli había estado ardiendo dentro de él.
"Axel..." Camila corrió hacia él, sus ojos llenos de preocupación. "¿Estás bien?"
Axel respiró hondo, intentando recuperar el aliento. "Sí... estoy bien... pero Zarkoc no ha terminado," dijo con voz ronca, mirando hacia el lugar donde Zarkoc había desaparecido en las sombras.
Kai apareció junto a ellos, respirando con dificultad, pero sonriendo. "¡Justo a tiempo!" dijo, con una mezcla de orgullo y alivio en su voz. "Lo tenías bajo control, pero ese fue un golpe muy cerca."
Axel sonrió débilmente. "Gracias, Kai. No podría haberlo hecho sin ti."
"Lo hicimos juntos," respondió Kai, mientras ayudaba a Axel a ponerse de pie. A su alrededor, las criaturas de sombra que quedaban se desvanecían lentamente, su conexión con Zarkoc rota por el ataque.
Aunque habían logrado una victoria, Axel sabía que la guerra estaba lejos de terminar. Zarkoc había sido derrotado, pero no destruido. Y la marca en su pecho era un recordatorio de que usar tanto poder tenía un precio.
"Zarkoc volverá," murmuró Axel, mirando hacia el horizonte. "Y la próxima vez, será aún más fuerte."
"Y nosotros también lo seremos," dijo Camila, con determinación en su voz. "Juntos, lo detendremos."
Axel asintió. La chispa Karioli seguía latiendo dentro de él, una fuente de poder inmensa pero peligrosa. Sabía que tendría que aprender a controlarla mejor si quería sobrevivir a lo que estaba por venir.
El campo de batalla estaba en calma, pero la resistencia sabía que esto solo era el comienzo. La verdadera batalla aún estaba por librarse, y estarían listos para cuando Zarkoc regresara.