Lorenzo un hombre pobre que es humillado por su esposa, lo abandona y le quita la oportunidad de ver a su hija Lisa. Por ordenes del empresario Javier Zamora, Lorenzo es encarcelado, luego de dos años en la cárcel, Lorenzo es librado por la mafia, al confundirlo con el hijo de un poderoso líder. Lorenzo toma el cargo de la mafia, y deja atrás al hombre humillado e inútil que fue en el pasado
NovelToon tiene autorización de Lorena Carapia para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Dolor
Sentí un dolor desgarrador dentro de mi corazón. El aire dejó de entrar a mis pulmones, respirar se volvió un martirio.
_____ Hora de la muerte, 10:00 am. _____ Escuchar al médico decir esas palabras, fueron como dagas atravesando mi alma.
Me estaba muriendo, las heridas dentro de mí, no se podían ver, pero sí sentir. No solamente mi madre murió este día, sino que también yo.
Con dificultad di algunos pasos, cayendo de rodillas frente a la cama donde estaba mi madre muerta.
Todo lo que había hecho para salvarle la vida fue en vano. Solo hacía un día, el médico me dijo que todo estaba bien con ella, que había respondido muy bien a la operación. Y ahora la veo muerta.
Lo peor de todo es que no estuve a su lado los últimos momentos de vida. Lloré, grité y casi pierdo el conocimiento.
Le rogaba a Dios, para que todo aquello fuera una cruel pesadilla. Sin embargo, no fue así. El médico me toma de los hombros, e intenta levantarme del piso.
_____ Lo siento, señorita. Debe salir de la habitación, no hay nada que pueda hacer. ____ Sin ninguna piedad el médico me ordena abandonar el cuerpo de mi madre.
______ ¡NOOOOOOOOO! ______ Solté un fuerte grito, el cual, salió de lo más profundo de mi alma.
______ ¡Tú, no!
______ ¡Mami, despierta!
_______ No me puedes dejar sola! Te necesito... ¡Te necesito tanto! ______ Mi voz se fue apagando con el llanto.
De pronto todo a mi alrededor se volvió oscuro. El dolor que sentía me supero. Pedí el conocimiento.
Al despertar, ya era de noche, no sé cuantos días inconciente, me encontraba acostada en una enorme cama.
De inmediato, reconocí la habitación donde me encontraba, era la recámara de Lorenzo Córdoba.
Intenté levantarme de la cama, necesitaba ver a mi madre. Todavía no podía aceptar que estuviera muerta. ¡No! Era algo que jamás voy a asimilar.
_____ Quedate donde estás. _____ Escuché una orden venir de la oscuridad.
______ No, entiendes... ¡Mi mamá está muerta! _____ Le respondí a Lorenzo Córdoba.
______ Lo siento, mucho.
Se pone de pie y camina hasta donde estoy, toma asiento en el costado derecho de la cama, pasa su mano por mi cabello. Ve mis lágrimas caer sin control de mis ojos, sin decir nada me abraza a su torso.
______ El funeral de tu madre será en unas horas. Debes ser fuerte, para enfrentar lo que viene.
Estaba desconsolada, no había palabras que pudieran aliviar un poco el dolor que llevo por dentro. Me separé de Lorenzo, pasé mi mano por mi mejilla, limpiando las lágrimas.
_____ Fue Eugenia, esa maldita mujer mató a mi mamá. _____ Murmuré con odio.
Lorenzo se pone de pie, aflojando los primeros botones de su camisa.
______ Te espero afuera. ____ Sale de la recámara, dejándome sola.
Lloré y lloré por mucho tiempo. No, quedó ni una sola lágrima dentro de mi pecho. Me levanté de la cama, fui al baño y me lavé la cara, al salir, miré un vestido de color negro sobre la cama.
Al bajar, Lorenzo Córdoba ya me esperaba. Subimos a una de las camionetas, detrás de nosotros iban varias camionetas con hombres armados.
Llegamos a la funeraria donde se iba a llegar a cabo el funeral de mi madre. El primero en bajar fue Lorenzo, el hombre parecía no tener una herida en el pecho. Actuaba como si nada.
Puse mi mano en el brazo de Lorenzo, necesitaba sentir algún apoyó. Caminamos hasta el interior. Varias caras conocidas miré al rededor.
Una de ellas era la de Teresa, mi mejor amiga. Siempre hemos sido como hermanas. Al verme, corre abrazarme, llora en mi hombro.
______ Ceci, no me puedo imaginar como te sientes. ____ Me comentó al oído.
Una lágrima volvió a caer de mis ojos. Mordí discretamente mi labio inferior. Nadie se puede imaginar lo que estoy sintiendo en este momento.
_____ Te agradezco, mucho tu apoyo. _____ Pasé a lado de Teresa.
Fue al ataúd. Miré a mi madre con los ojos cerrados, hay me di cuenta de que yo también morí.
Después de terminar el funeral, regresamos a la mansión Córdoba. Ni sé que demonios estaba haciendo aquí, sin embargo, no quería volver al departamento donde vivía con mi madre.
Eso solamente me iba a atormentar con los recuerdos. Tomé asiento en el sofá. Llevé mis manos a mi rostro, cubriendo mi cara por completo.
______ Cecilia, necesitas descansar, ha sido una noche muy larga para ti.
Pasé mis manos por mi cabello, levantó la mirada. Lo menos que quería era dormir. Necesitaba estar consiente para vengarme de Eugenia Zamora.
Estaba segura de que esa maldita mujer tuvo que ver con la muerte de mi madre. No halló otra explicación, de porque ella estaba ahí.
_____ No tengo sueño, ni hambre, no quiero nada. Solo vete, y déjame a solas. No quiero tu lástima, ni nada que se le parezca.
Me levanté del sofá, tomé el bolso que se contrabando encima del mueble a mi lado. Giré mi cuerpo y salí de la sala de estar.
El viento de esa noche, pronosticaba que se acerca una tormenta. Aún así, me aleje, comencé a caminar sin rumbo fijo. Solamente, deseaba escapar de todo.
Entre más me alejaba de la mansión Córdoba, más el viento soplaba, la lluvia no tardo en caer del cielo, empapándome completamente.
Ni los poderosos truenos me asustaron. Sigue caminando hasta llegar a una vieja cabaña en medio de la nada.
Me cubrí del agua por más de una hora, de pronto, veo la luz de una lampara rodeando la cabaña por fuera. Sentí muchos miedo, mi corazón latía violentamente.
Tomé un tubo de acero que se encontraba tirado en el piso. Despacio me levanté del suelo, caminé sin hacer ruido.
De pronto, sentí una mano cubrir mi boca. Quedé asustada, sin pensarlo dos veces, le doy un golpe con el codo en el estomago al sujeto detrás de mí.
______ Quedate callada, hay un hombre que te ha estado siguiendo. _____ Escuché la voz de Lorenzo Córdoba detrás de mí.
Gira mi cuerpo sin hacer ningún ruido, nos vemos a los ojos.