Finjamos Amarnos

Ese mismo domingo por la mañana el sol ilumino el rostro de Perla a través de la ventana, provocando que despierte. Se levanta dirigiéndose al baño, en silencio, con la ropa que usará, ya que su compañero aún duerme en el sillón de la habitación

Al terminar de higienizarse, se coloca un vestido animal print liviano, de tirantes en los hombros, con escote v cruzado por delante y se ataba por detrás. Luego se maquilla, dando un color nude a sus labios, resaltando el maquillaje en sus ojos y dejando sus bucles sueltos. Se colocó unas sandalias livianas, quería disfrutar del día y le pediría a Emiliano que fuera su guía. Al salir lo encuentra arreglando el sillón, la mira y se queda sin habla mirándola

_ devórame cuando quieras tigresa, seré tu presa con mucho gusto _ exclama y Perla no puede evitar reírse _ ¡parece que no puedes resistirte a mis encantos! _ concluye

_ ¿sabes diferenciar un tigre, de un leopardo, no?

_ es un detalle insignificante ... _ se justifica ante su error avergonzado, pero sin retractarse _ lo importante es que sonreíste

_ bueno, ¡Moto! ¡Moto! ¿A dónde me llevarás?_ la miró indignado

_ ¡voy a suponer que tienes una muy buena justificación para ese apodo!

_ la tengo, veremos si estoy equivocada y tus capacidades de seducción son mucho más amplias que las de él _ Emiliano se aproxima

_ ¡te sorprenderás! _ susurra muy cerca de sí boca

_ ¡eso espero! _ responde retrocediendo un paso _ ¡Quiero desayunar! Y mi esposo, quien es el responsable de sorprenderme, aún no se cambió

_ ¡dilo otra vez! ¿Qué soy?

_ ¡mi esposo! _ sonríe y entra apresurado, entra al baño.

Sale a los minutos listo con una camiseta gris y unos pantalones negros, ella no disimula su mirada, [no cabe duda de que es un hombre muy atractivo y es mi esposo] ¡pero no te ama! Remarca su dura conciencia

_ ¡si sigues mirándome así! Preferiría quedarme aquí y...

_ te espero en el ascensor._ murmura moviendo sus caderas hacia afuera.

_ ¡carajo! ¡Qué sexy es mi esposa!_ lo grita para que ella escuche siguiéndola. La mujer sonríe tocando el botón del ascensor

Desayunan en el hotel. Ella no deja de mimarlo, incluso le da de comer fruta en la boca, ante la idea de que esa mujer la vea por las cámaras. Emiliano por su parte disfruta de sus acciones, y aprovecha para acariciar su muslo libre de tela, con disimulo Perla retira su mano, regañándolo con los ojos y él solo sonríe.

Cuando salen del hotel, Emiliano la lleva a diferentes tiendas, donde compran regalos para todos, y solicita lo envíen todo al hotel, para luego ir a almorzar a un restaurante frente a la playa. Eran las seis de la tarde cuando recorrían unas calles turísticas. Perla se detiene frente a un bar que llama su atención. Lleva un cartel que dice salsa, merengue y candombe. Mira a Emiliano, sonriente toma su mano, y lo lleva al interior. Se sientan, observando el ambiente. El espacio es amplio con escasas mesas y una pista de baile, donde un hombre y una mujer bailan e invitan a varios clientes a bailar

_ Por lo que vi en nuestra fiesta, ¡te encanta bailar! _ habla Emiliano, la música no es fuerte, y pueden hablar con tranquilidad

_ sí, lo aprendí de mi madre.. por mucho tiempo dejé de hacerlo, pero me hace feliz

_ lo noté.. ¡Te vuelves más hermosa al bailar! _ la mira con una sonrisa seductora, que le provoca muchas sensaciones que hacía mucho tiempo no experimentaba. No porque otro hombre, además de Osvaldo, no se lo haya dicho, sino porque con Emiliano era diferente, no la incomodaba. Es más, le gustaba.

_ definitivamente, eres muy bueno con los piropos.. creo que te cambiaré el apodo

_ excelente _ murmura imitando al señor Burns, y ella suelta carcajadas.

_ hermosa dama ¿me permite?_ un moreno la invita a bailar extendiendo su mano

_ le agradezco, pero estoy con mi esposo.

_ ¡en ese caso no creo que le moleste!_ pregunta mirándolo _ ¿o es un esposo celoso?

_ ¡es su decisión! Y por cierto es una ¡magnífica bailarina!

_ insisto entonces

_ ¡le agradezco! No quiero bailar con nadie que no sea mi esposo _ Emiliano no disimula su satisfacción ante lo dicho por ella [mi esposo] saborea las palabras repitiéndolas en su mente

_ comprendo, disfruten la noche.

_ ¡muchas gracias!_ exclaman al unísono viendo como ese hombre se acerca otra mujer.

_ ¿por qué lo rechazaste? ¡Al parecer es el bailarín del lugar, además lo hace increíble!_ remarca. Desde que entraron no ha parado de bailar con diferentes mujeres

_ Si es fantástico, aun así, no me interesa bailar con otro hombre.

_ ¿es porque estoy aquí?

_ ¡es porque eres mi esposo, estés o no te respetaré y quizás para muchos sea solo un baile, ¡para mí es algo más! Únicamente lo comparto con quienes amo _ Él se sorprende gratamente con su forma de pensar, es muy diferente a muchas mujeres.

_ ¿tu hija y tus sobrinos?_ ella asiente _ ¿con Osvaldo también? _ suelta la pregunta conteniendo sus celos infundados sobre un pasado del cual no era partícipe, escondiéndolos lo mejor posible. Toma todo su whisky y levanta la mano pidiendo otro

_ si bailaba especialmente para él _ Noto la molestia en él, por su comentario.. Y quizás, le gusto la idea de que se sintiera celoso. Quizás la idea de convertir, ese matrimonio en realidad no está mal, después de todo le parece un excelente hombre y un padre aún mejor _ ¿te gustaría aprender?

_ ¿eso significa que seré una de las personas que amas? _ susurra sonriéndole y dejando de lado esos absurdos pensamientos posesivos que quieren dominarlos

_ ¡tienes más posibilidades que ayer! Has subido un escalón

_ ¿si bailo contigo llegare a la cima?_ la camarera les deja una botella de whisky nueva y se va

_ tal vez

_ ¡me encantaría! ¡El problema es que soy pésimo! Un desastre con dos pies izquierdos _ ella se levanta y le ofrece la mano

_ ¡si logras seguirme unos cuantos pasos, te daré lo que me pidas!

_ ¿¡lo que yo quiera!?_ exclama poniéndose de pie y tomando su cintura _ ¡no puedes retractarte!

_ pareces un niño

_ contigo lo soy. Hace mucho que no me sentía tan vivo y la idea de conquistarte es excitante, más cuando sé que estoy a punto de lograrlo _ afirma. Perla niega, curvando sus labios al igual que él y lo lleva de la mano hasta la pista.

_ uno, dos, tres, cuatro _ Se coloca a su lado, enseñándole los pasos _ ¡hazlo tú! _ Emiliano suspira frustrado y lo repite varias veces, hasta que lo logra mirándola muy avergonzado

_ Muy bien ahora con la música y trata de seguir el ritmo

_ ¡no creo que pueda!

_ ¡si puedes! _ rodea sus hombros _ abrázame, iremos juntos y despacio _ comienzan a moverse al son de la música

🎶 Tu amor es algo tímido, reñido, es algo atípico. Nada especial, eso dirían los demás

Tu amor es una trampa, es una lanza que traspasa la tranquilidad, es algo loco, nada más

Es tan impredecible, tan sensible que se irrita, cuando gritas cuando quieres respirar. 🎶

_ lo haces increíble _ le susurra, mientras se mueven muy lento aunque al ritmo.

_ tengo una maestra muy sexy y quiero impresionarla.._ se ríen

Luego de varias canciones y unas copas más, Emiliano le propone salir, no esperaría más por su premio. Caminan juntos hasta la playa que estaba a dos cuadras de distancia, se quitan los zapatos al llegar, pisan descalzos la arena

_ ¡muy bien! ¡Quiero mi premio!_ menciona parándose frente a ella

_ ¿qué deseas? _ pregunta, aunque ya lo sabe.

Los zapatos terminan en el suelo, cuando la boca de Emiliano posee la de ella sin demora, sostiene la cabeza de su esposa con una mano y la otra se aferra a su cintura, mientras mueve sus labios buscando recorrer todo con ellos. Gime al sentir las manos de Perla, acariciar su pecho, despacio y terminar juntas en su cuello. Incluyen sus lenguas, en el festín que ambos se dan con la boca del otro.

Ella le corresponde con avidez y experiencia, mejor de lo que, lo había hecho antes, enloqueciendo a su esposo. El ardor de sus labios no es obstáculo para seguir después de minutos, pero la lluvia se vuelve su enemiga. Suelta su boca y corren hasta un techo de madera. Recuerdan sus zapatos al llegar y él regresa por ellos terminando más mojado. Por primera vez ella odia la lluvia, siempre fue un detonante para su líbido y hoy arruino el momento.

_ ¿tienes frío?_ pregunta Emiliano, recostando el rostro en su hombro, abrazándola desde su espalda. Mientras ambos miran a su alrededor.

_ ¡no! _ ajusta sus brazos abrazándola más _ Se te está volviendo costumbre abrazarme así.

_ sí.. Me gusta tu diminuta cintura _ ella se ríe, le roba un beso en su cuello, erizándole la piel _ no solo eso.. temo que si te digo que más me gusta.. Me golpearás de nuevo _ Besa su hombro _ eres hermosa

_ ¡detente pueden vernos!

_ no hay nadie.. ¡Sería una extraordinaria primera vez! Bajo la lluvia en la playa

_ ¡no soy una niña, no me convencerás!_ gruñe ella y él bufa frustrado

Ambos regresan al hotel, cuando la lluvia se detiene casi una hora después. Perla está cansada, pero su compañero tiene un plan diferente. Apenas cruzan la puerta, Emiliano la acorrala, besándola en tanto empuja la puerta con sus píes.

Perla se deja llevar. Levanta la camiseta de Emiliano acariciando su abdomen, el hombre gime de placer en respuesta sin soltar su boca, mientras comienza a recorrer su cuello, bajando los tirantes, con un destino final muy apetitoso como objetivo, estaba por ver y saborear esos enormes frutos que tanto le apetecen

Lamentablemente, Perla abre los ojos y lo empuja, dejándolo desorientado. Logra ver sus tentaciones, antes de que las cubra otra vez. La mira buscando una explicación, sintiéndose culpable, quizás se excedió, pero su rostro asustado, mirando hacia la habitación, lo distrae y sigue la dirección de sus ojos, observando los destrozos en la habitación.