¿Qué tiene de malo ser pobre?
Yo solo quería trabajar y llevar una vida en paz lejos de mis hermanos.
Alejandro un CEO egocéntrico que me convierte en su protegida.
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Negocios con Esther
Todo iba tan bien entre nosotros. Miel sobre hojuelas, eran tanta miel que donde íbamos la gente podría notarlo y ahora más estando embarazada, él era conmigo tan delicado pero igual seguía siendo tan pasional.
Por el embarazo dejé de ir con él a la empresa y me quedaba en casa. Se acercaba navidad y quería poner el árbol que tanta emoción me daba.
Llegó navidad.
Disfruté con Ale una velada romántica. Los tres juntos, si, Ale, yo y nuestro bebé que crecía en mi vientre.
Era feliz, totalmente feliz. Despues de hacer el amor nos abrazamos y nos quedamos dormidos. Hasta que en la madrugada sentí un dolor en mi vientre, era un dolor como que me iba a bajar la menstruación pero con más intensidad. Toqué el hombro de Ale.
—Ale ayúdame. Despierta.
Alejandro se despertó.
— ¿Qué te pasa? ¿Le sucede algo al bebé?
— Me duele. Llévame al hospital.
Ale me cargó en sus brazos y me llevó al hospital. Conducía lo más rápido que podía. Creo que si se pudiera tele transportarse lo hubiese hecho.
Llegamos al hospital. Me llevaron a una habitación y rápido me atendieron a penas escucharon el apellido Verona.
Esos dolores eran producidos por las contracciones. Estaba en primer trimestre del embarazo así que un posible aborto casi ocurría. Pero gracias a Ale que me trajo rápido y sin pensarlo dos veces y por el actuar inmediato de los doctores, pudieron salvar a mi bebé. Ese bebé que apenas se formaba en mi vientre.
Los padres de Ale vinieron casi de inmediato. La mama de Alejandro se portó como una madre.
Estuve dos días en el hospital. Recomendaciones del doctor que descansará y que le bajará la intensidad a las relaciones sexuales.
Llegó año nuevo.
Alejandro salió a reunirse con el padre de Esther. Me incomodaba el hecho que se relacionara con Esther. Por que ella estaba enamorada desde hace mucho tiempo. No debería sentir nada de celos, porque al final quien es su esposa, soy yo.
~Alejandro~
Salí a reunirme con el padre de Esther, don Luis, en mi oficina.
— Hola Alejandro— Dijo Esther.
— Esperaba a tu papá.
— Yo me haré cargo de este asunto. Al final la empresa será mía y quiero sacarla adelante en este momento difícil, claro con tu ayuda.
— Okey.
Estuvimos hablando. Firmamos un acuerdo. Estaré viendo a Esther hasta que la empresa pueda manejarse sola. Invertir sin ganar es como regalar dinero a un pobre. Pero esta vez solo por mi padre, lo voy a hacer, solo porque yo debo un favor.
— Me enteré que te casaste con tu empleada. Saliste en las noticias.
— Si, ahora soy un hombre casado
Una cosa Esther. Siempre hemos sido amigos desde no sé cuándo, y espero que esta vez nuestra relación sea por negocios.
— Ya lo sé. No tienes que poner ese límite imaginario. Que los millones de dólares que estás prestando valgan la pena como para llevar las cosas en paz. Aunque si quieres aceptarme como un pago sería un placer— sonrió descaradamente.
— Tranquila. Si no llamaré a tu padre y trataré exclusivamente con él.
— Okey, okey. Además no te preocupes que estoy comprometida.
— Me alegro. Entonces con más razón respeta el límite.