EL TRATO DE NUESTROS PADRES

los tipos bajaron la guardia. pensando que era una mujer débil e indefensa. Eran estúpidos, lo deduje desde el principio. uno se acerca asta quedando frente ami, el hombre me tomo de la mandíbula mientras me apuntaba con el arma en la cabeza. Tartamudeo y sierro mis ojos mientras intento desviar la mirada. me sostiene con más fuerza y me pone contra la pared. La comisura de sus labios se convierte en una sonrisa, sonriendo ampliamente ante mi reacción. dos hombres más se me acercan, las lágrimas caen automáticamente por mis mejillas. Siento un fuerte apretón en el costado de mi cintura, suplicó mientras sus dedos se clavan en mi piel. Los tipos sonrien ensanchando su sonrisa. El bastardo deslizo su arma bajando por mi pecho y ampliando mi escote. Sin que ellos se dieran cuenta, el hombre frente a mi, sintió mi arma que ya estaba posada sobre su entrepierna. No le di tiempo de reaccionar y le dispare, antes que los otros dos tuvieran la oportunidad de sacar sus armas les dispare sin titubear. Mis disparos fueron certeros directo a la cabeza. El tipo que tenía de rehén a la chica se poso tras ella, y le apuntaba a la cabeza.

— ¡si te acerca la mató!

— ¡JAJAJA!, mátala. pero ya no tendrás a nadie para negociar. — dije mientras le apuntaba con el arma. — ¿quién carajos eres?. No pareces ser de por aquí.

— no te importa, aste aún lado solo bine a este estado por la chica.

— bien. — dije poniendo las manos hacia arriba.

— ¡vamos camina!.— le grita exigente a la chica, para que avance.

— pero no puedo dejarte ir.

 con una sonrisa apunte y jale el gatillo con precisión disparándole en el hombro derecho. El tipo soltó a la mujer y calló al suelo revolcándose por el dolor. la chica gritó asustada y se tiró al suelo haciéndose una bolita. Me hacer que al hombre que ya hacía tirado en el suelo. El tipo al momento en qué cayó dejó caer su arma también. Antes que tuviera el tiempo para retomarla de vuelta, le pise la mano.

No podía hacer nada ya que su hombro se encontraba severamente lastimado. Levanté el arma y la guarde bajo mi chaqueta. Le dedique una mirada sombría a la mujer que estaba aterrada.

— tu, no sete ocurra intentar escapar de mi, o te mataré entiendes.

La mujer asintió con miedo, mientras se mantenía temblando pegada a la pared. Mientras el tipo gritaba intentando retraer su mano que estaba bajo mi tacón. Le di una patada en la cara asiendo que por el impacto se le rompiera la nariz.

—¿ de dónde vienen y quien demonios son?. — hablé con tono exigente.

— ¡no te diré nada, ni aún que me mates!

— bien, como tus digas. —exhale fastidiada. jalé el gatillo disparándole justo en la cabeza.

la chica que estaba hecha bolita se cubrió los oídos dejando salir un grito aterrado. volví mi mirada hacia ella estaba totalmente aterrada su cuerpo temblaba y lloraba sin frenos. caminé hasta quedar frente a ella, me incliné un poco para mirarla. era una chica extranjera.

— mírame.

La chica atemoriza poco a poco levantó la mirada. Su miedo era tanto que no emitía palabra. le ordené que se levantara. la miré de forma lástimera, con el cuerpo tembloroso se puso de pie repechandoce contra la pared. sus ropas estaban rasgadas, al mirarla más de cerca pude notar que estaba muy delgada, además de que tenía todo el cuerpo lastimado. había morados que revelaban que había sido torturada desde hace varios días. algunas cicatrices en los brazos y pies quedaban a entender que era torturada con frecuencia. algunas quemaduras de cigarros se hacían evidentes en su cuello, su espalda que estaba descubierta ya que la ropa estaba rasgada, revelaba cortadas y una llaga de carne viva. al parecer fue quemada con agua hirviendo. y las muñecas tenía cortadas que al parecer fueron ocasionadas por grilletes. la tomé del mentón, tenía los labios partidos por la resequedad, que por lo agrietados que estaban ya la sangre manaba de ellos. <<< esta chica prácticamente se ve como una mujer con bulimia. los huesos tanto de su pecho y su espalda se pueden notar. los de su brazos y piernas apenas y tienen masa corporal. sus ojos hundidos dan aún más esa apariencia demacrada. cómo es posible que aún pueda seguir con vida con ese aspecto tan demacrado, además de que ya huelen feo. sus llagas están infectadas. >>>

pensó.

— no tengas miedo. — me quite la chaqueta para ponérsela sobre. — vamos te llevaré a casa para curar tus heridas.

— ¡No!. ¡Por favor no me hagas daño! — grita empujándola, y corre hacia la salida del callejón.

— ¡¿que demonios te pasa?!. — me impacto contra la pared.