Contra Viento Y Marea

Sentir a mi muñequita acariciándome fue mi gran felicidad, la bese y la abrace, me preguntó por los muchachos y le dije que ya venían que fueron a descansar un poco, pero que ya venían.

Hablamos mucho, pero la cuidaba que no se llenará de gases, por lo de la operación, estuvo serena y cada vez la veía muy hermosa, le pregunté por qué no me dijo lo de los muchachos y me contó que cada vez que trato de llamarme siempre respondía una mujer, que ella pensó que yo había hecho mi vida, yo le conté que era mi secretaria que nunca tuve mujer alguna.

Que solo ella era mi gran y eterno amor y que no quería separarme de ellos nunca más, que luego nos iríamos a nuestra casa y fue que me dijo que ella tenía su casa con sus hijos y que esa decisión se hablaba en familia que no era decisión de una sola persona y que así había criado a sus hijos y que si yo quería formar parte de sus vidas tenía que respetar eso, que ellos eran muy unidos sobre todo en las tomas de decisiones.

Sus palabras me dejaron frío, nunca permitir que ella tomara decisiones siempre fui yo quien tomaba las decisiones, sin darme cuenta de que eso le hacía daño a ella.

Ahora entiendo su silencio, no me enfrentaba, pero no aceptaba mi posición, nunca pensé que mi imposición le estuviera haciendo tanto mal a nuestro amor.

Llegaron mis hijos y la vieron la abrazaron y le dijeron que estuviera tranquila que ellos estaban para cumplir sus deseos, eso me dio a entender lo que ella me había dicho ya, todo lo consultan entre ellos y siempre era yo quien decía las cosas y nunca me detuve a pensar que era lo que ella realmente quería, sería por eso que ella se alejó, sería que me tiene miedo. Dios tengo que tener paciencia o la volveré a correr de mi lado y está vez si la voy a perder para siempre, pero es que no sé que hacer no sé cómo retenerla a mi lado, tendré que hablar con Luigi para que me ayude, realmente no los conozco y no quiero perder a mi familia después de no tenerla conmigo.

Andrés Manuel, como que me adivinó mi angustia y me invitó a tomar un café en el cafetín, él quería hablar conmigo y saber cuál eran realmente mis intenciones para con su madre. Yo me senté y no aguanté más y como niño pequeño me puse a llorar de impotencia de no saber cómo afrontar está incógnita que me carcomía era una inseguridad a lo desconocido, por primera vez en mi vida sentía un dolor en mi pecho y un miedo a lo que me venía y no saber cómo enfrentarlo, acostumbrado que era lo que yo decía lo que se hacía. Mi hijo comenzó con unas duras y sabias palabras que nunca me imaginé que fueran reflexiones tan maduras para un joven de su edad, realmente el viejo Honorio supo hacer un buen trabajo con mis hijos y su familia.

Ahora me toca como adulto aprender a desaprender para volver aprender, será que puedo realmente cambiar este paradigma donde estuvo envuelto este contexto errado de mi vida , serán mis hijos los que me enseñaran a caminar en este nuevo mundo de familia. Dios ayúdame a salvar mi vida, mi familia, después de conocerla no la quiero perder. Te lo suplico Dios.