Ana Lucía Arango se casó muy enamorada y soñaba con tener un hogar lleno de amor y mucha pasión, pero después de la boda su pareja cambió al 100% y no entiende por qué.
¿Superarán está crisis o todo se irá al carajo?
¿Su amor por el seguirá intacto, o llegará alguien que le haga sentir cosas nuevas?
Gonzalo Piedrahíta guarda un secreto, el cuál no le deja acercarse a su esposa íntimamente, cometió un grave error días antes a su boda y hoy paga las consecuencias.
¿Logrará Gonzalo salir invicto de ese secreto y recuperar la confianza de su esposa?
¿Logrará recuperar su matrimonio y sobre todo el amor y el cuerpo de Ana Lucía?
Eduardo Salvatierra, un Magnate hotelero, muy apasionado. Conoce a una hermosa pelinegra que lo deja hipnotizado desde el primer instante en que la ve sin saber que es la esposa de un amigo de la preparatoria que hace mucho tiempo no ve.
¡Ven acompáñame a descubrir que sucede en este triángulo amoroso!
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No me culpes a mí.
• Ana Lucía.
...
_ Tú, tú eres la culpable de esta situación. _ se atreve a culparme a mi. _ Te pedí paciencia y no me la tuviste, soy un ser humano y cometo errores, no puedo creer que quieras dejarme de la noche a la mañana, prometiste estar conmigo en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la abundancia y en la escasez.
_ No me culpes a mí, Gonzalo Piedrahíta, o por lo menos no me eches toda la culpa a mí, porque aquí el que empezó a fallar fuiste tú. _ Golpeó su pecho con uno de mis dedos . _ ¿Sabes cuántas veces te esperé despierta hasta tarde? ¿Cuantas veces hice una cena para los dos?, ¿Cuántas veces me arreglé pensando en ti?, ¿Cuántas veces no comí por ti? Joder ¿Sabes cuántas veces sentí que moría porque tú nunca estabas, porque ya no me mirabas? No me volviste a tocar, ni siquiera un maldito beso de tu parte, ¿Sabes cómo sentí con tus desplantes? ¿Eh, lo sabes? Mi corazón dolía como la mierda cada vez que llegabas borracho, cada vez que me ignorabas, cada vez que te ibas sin despedirte y llegabas como si nada.
Le suelto todo mi dolor, todas mis penas, yo siempre estuve para él, siempre quise arreglar esto, no quería fracasar, no quería fallase, pero no hice, siento que mi alma se limpia con cada lágrima que sale de mis ojos.
_ ¡Perdóname Ani, yo no quería que te sintieras asi! _ es lo único que dice.
_ No, ya están desgastadas todas las palabras, aquí ya no vale ningún perdón, ningun te amo, no me quieras culpar a mi de todo porque yo sufrí y bastante. _ intenta abrazarme y no lo dejo. _ Ya no quiero que me toques, y espera la llamada de mi abogado muy pronto.
_ No sigas con lo mismo porque no habrá divorcio. _ espeta con los dientes apretados.
_ Si lo habrá. _ le refuto. _ Ya me cansé de sufrir, de ser un cero a la izquierda, además de que no quiero seguir fingiendo, ya no te amo, hay otra persona en mi vida.
_ Las promesas en el altar. _ insiste con lo mismo.
_ Que Dios me perdone, pero no las cumpliré, lo intenté, pero no pude, me cansé de tus desplantes, de tus promesas incumplidas, te tus perdones falsos, me cansé de todo. Yo te amé, te odoré y tú no valoraste nada de eso, nunca fuiste claro conmigo, te brinde mi apoyo con lo de tu empresa y no lo quisiste, intenté de todo y tú no quisiste.
_ ¿Dónde conociste a tu amante?
_ ¿Para qué quieres saber eso?.
_ Solo dime dónde lo conociste.
_ En Miami.
_ ¿Y es más guapo que yo? _ me mira directamente a los ojos, veo dolor y rabia en ellos. _ ¿Qué te dio, que te hizo? ¿Es mejor en la cama que yo?
_ No te contestaré nada de eso, no hagas las cosas más difíciles, Gonzalo, por favor.
_ Es que... Quiero entender. _ me duele ver cómo llora.
_ Recogeré mis cosas y me iré de aqui.
_ Responde lo que te pregunté.
_ No.
_ ¿Qué hago para volverte a tener? ¿Dime qué hago para me perdones y empecemos de nuevo? Yo te perdono todo, hagamos borrón y cuenta nueva.
_ Nada, ya no hay nada que tú puedas hacer, aunque intentes todo ya nada es posible, creo que ninguno de los dos el mismo desde que cuando nos conocimos, perdóname si crees que me rendí muy fácil, pero tal vez mi amor por ti no era tan fuerte como pensaba, yo creí en todas tus excusas las primeras veces, pero luego llegaron las dudas, el rencor, el dolor y todo eso fue matando lo lindo que sentía por ti.
_ Yo no tengo a otra, no tengo una amante. _ me devuelve cuando intento irme hacia las escaleras, me estrella contra su cuerpo y me encuentra en sus brazos, besa mi cabeza incontables veces y escucho como solloza.
_ No hagas esto más difícil. _ le pido en medio de las lágrimas.
No puedo evitar pensar en todo lo que fuimos antes de todo esto, yo creí que él era el amor de vida, que esto sería un felices para siempre, pero no fue así.
_ Si no tenias a otra ¿Por qué cambiaste tanto conmigo? _ cuestiono queriendo entenderlo.
_ Estoy enfermo. _ me suelta y me separo de él para ver sus ojos, pero él aparta la mirada.
_ ¿Qué tienes? _ le pregunto preocupada. _ ¿Es grave?
Se queda callado y sigue evadiendo mi mirada, se separa de mi y comienza a dar vueltas por todo el salón y yo lo sigo con la mirada, se ve nervioso.
_ Deja de dar vueltas y dime de una vez qué es lo qué tienes. _ Increpo desesperada.
Él toma su chaqueta y comienza caminar hacia la salida, intento detenerlo y no me deja, se dirige hasta el garaje en busca de uno de sus vehículos y me le atravieso para que no suba, pero me aparta, se sube y por más que le grito se va.
Estoy preocupada, no sé si lo de su enfermedad es verdad o solo quiere ha manipularme, o si es verdad ¿Qué tiene?
Me siento en el piso a llorar no sé por cuántos minutos, me abrazo a mis rodillas y cuando menos lo espero alguien me rodea con sus cálidos brazos y cuando levanto la vista me encuentro con los ojos cariñosos de Marta; mi ama de llaves, ella sido testigo de todo mi sufrimiento, de todo lo que he pasado en estos meses.