En medio de la adversidad y la desconfianza, dos almas se ven unidas por un destino implacable. Ella, acusada injustamente y condenada por un crimen que nunca cometió. Él, sediento de venganza y convencido de su culpabilidad. Obligados a un matrimonio forzado por circunstancias ajenas, se embarcan en un viaje lleno de secretos, intrigas y pasiones ocultas. ¿Podrán superar el peso del pasado y encontrar la verdad que los liberará? Descúbrelo en esta apasionante novela de amor y redención.
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Capitulo XXIII Ángel
Estando Gabriel en la estación de policía pidió información sobre el caso de su suegro, siendo él un abogado con tanta representación los policías enseguida le brindaron la ayuda que requería.
"Señor Hoffman, soy Ángel Sandoval el detective a cargo del caso del señor Castell".
"Gabriel Hoffman, abogado del señor Castell", Gabriel se presentó de manera arrogante, como si el mundo le debiera algo.
"Por favor sigame a mi oficina y le daré la información que necesita", dijo Ángel muy amable.
Gabriel lo siguio hasta su oficina, estaba indignado porque a su suegro lo tenían en una celda y no le estaban dando un trato especial.
"¿Se puede saber por qué a mí cliente lo tienen en una celda cualquiera?", pregunto Gabriel fríamente.
En ese momento la puerta de la oficina del detective se abrió dejando pasar a una hermosa mujer.
"Creo que el señor Castell es un delincuente cualquiera, no veo porque debería dársele un trato especial", respondió Daphne entrando a la oficina con un porte elegante y profesional.
Gabriel volteo al escuchar la voz de la mujer que estaba detrás de él. Su sorpresa fue ver qué no era otra que Daphne. Sin poder emitir una sola palabra Gabriel se quedó inmóvil viendo con asombro a su exesposa.
"Siento entrar así a su oficina, soy Daphne López la abogada del comité de alimentación", dijo Daphne mirando a Ángel e ignorando a Gabriel.
"Un gusto conocerla abogada, por favor siéntese, justamente estaba hablando con el abogado del señor Castell", respondió el detective hipnotizado por Daphne.
"Si, escuché algo de su conversación, es increíble cómo la gente no cambia", dijo Daphne mirando fríamente a Gabriel.
"¿Qué haces aquí?, ¿dónde estuviste todos estos años?", pregunto Gabriel saliendo de su encimamiento.
"Estoy aquí para tratar el tema del señor Castell, mis clientes están indignados, ya que mucho de los productos que este hombre les facturo estaban vencidos", explico Daphne asiendo caso omiso de la segunda pregunta de Gabriel.
"Mi cliente es inocente, esto debe ser una trampa de alguna persona resentida que no puede ser feliz con ella misma", expreso Gabriel molesto.
"Difiero de su planteamiento, pues existen entonces muchas personas resentidas dentro del comité", dijo Daphne con firmeza.
"No voy a discutir contigo, mejor me retiro, pero antes exijo que a mí cliente lo trasladen a una celda donde esté solo", ordeno Gabriel furioso.
"Jajaja ahora el señor exige, aquí se le dará el tratamiento que indica la ley, no permitiré que a ese señor lo traten como si fuera de la realeza", dijo Daphne imponente.
Ángel estaba viendo la discusión entre ellos dos, estaba seguro que había algo más que una rivalidad profesional.
Gabriel salió de la oficina dejando a Daphne sola con el detective.
"Siento que haya tenido que presenciar esa discusión, es solo que me molesta la gente que piensa que por tener dinero pueden hacer lo que quieran, hasta saltarse los parámetros de la ley", explico Daphne respirando profundo.
"No se preocupe, la entiendo, en mi trabajo me he encontrado con muchos de esos", respondió Ángel mirando a los ojos de Daphne.
"Ok, cambiando de tema, como ya le dije soy la abogada de la parte acusadora y he venido a ponerme a su disposición para cualquier cosa que necesite con respecto al caso", dijo Daphne mirando a Ángel.
"Gracias abogada, será un honor tenerla en nuestro equipo, no podemos permitir que esa gente se salga con la suya", expreso Ángel con una sonrisa.
Ángel y Daphne estuvieron hablando por un largo tiempo, el caso no era tan difícil, además habían pruebas de que Sandro Castell había trampeado los sellos para que nadie se diera cuenta de que esos productos estaban vencidos.
Al terminar su reunión, Ángel se ofreció amablemente en acompañar a Daphne hasta su auto, los dos se habían caído bien y al parecer era el inicio de una amistad. A lo lejos un par de ojos negros los estaban observando, los celos se apoderaron de aquel hombre que los veía fijamente.
"Un placer conocerla abogada, espero nos reunamos pronto", dijo Ángel despidiéndose con un apretón de manos se Daphne.
"Así será, pronto le estaré informando para que finiquitamos este asunto", respondió Daphne con una sonrisa.
Gabriel estaba que la iba a buscar y la alegaba de ese detective, pero tenía que controlarse, ellos ya no eran nada y Daphne era libre de hacer lo que le diera la gana.
Poniendo en marcha su auto, Gabriel regreso a su oficina, tenía que empezar a trabajar en el caso de su suegro, no podía permitir que Daphne le ganará, él tenía que demostrarle que no podía contra él.
Mientras tanto Daphne estaba tranquila, ella sabía que ese caso estaba ganado, le daría en su orgullo a Gabriel a ver si así aprende que él no es el todopoderoso.
Los días pasaron y mientras Gabriel se centraba en ganar el caso, Daphne seguía reuniéndose con Ángel, ellos tenían todo un plan listo para ganar ese caso, no había mucho que Gabriel pudiera hacer.
"Eres muy buena investigadora, deberías dedicarte a eso", elogió Ángel a Daphne.
"Gracias, también eres muy bueno en tu trabajo, eso habla muy bien de ti", respondió Daphne sinceramente.
"Sé que apenas nos conocemos, pero me gustaría invitarte a cenar, digo si no te ofendo", dijo Ángel mirando la reacción de Daphne.
"Tengo que confesarte que no puedo estar fuera de casa por las noches, al menos no por ahora", respondió Daphne honestamente.
"Ok, imagino que tu novio se pondría celoso", contesto Ángel indagando sobre la vida de Daphne.
"No, no tengo novio, pero si una pequeña personita que me espera todas las noches ilusionada", manifestó Daphne pensativa.
"¿Tienes un hijo?", pregunto Ángel sorprendido.
"Es una niña, la luz de mis ojos", comento Daphne cambiando su expresión fría.
"Nunca te hubiera imaginado como mamá, es decir, siempre eres imponente, pero ahora que veo tu mirada al hablar de tu hija me doy cuenta de que solo es una fachada la que utilizas", dijo Ángel con admiración.
"Me ha tocado duro, me ha tocado luchar sola en la vida, así que sé alguna manera me tocó defenderme", explico Daphne volviendo su mirada triste.
Ángel se había interesado en Daphne, le parecía una mujer hermosa y con un gran corazón, aunque en su interior guardaba un gran dolor, el quería saber que fue eso tan difícil que le había tocado vivir.