Atrapado En Una Novela Cliché

-Pero la marquesa está casada y su matrimonio fue consumado frente al emperador y otros nobles -uno de los del grupo dijo.

-Si, no le hagan caso a mi hermana -le tapó la boca.

-El emperador lo sabía, por eso se aseguro de que ella dejará de ser pura -de alguna manera las piezas encajaban en sus cabezas.

-Vamonos -las 2 chicas decidieron volver con Eran pero el grupo las empezó a seguir-. ¿Que pasa? -una de las mujeres se volteó al ver que no se apartaban de ellas.

-Dejaremos a los niños en un lugar salvó y volveremos para ayudar luchar -este grupo en específico se había dedicado a cuidar y juntar a los niños que corrían asustados por todas partes.

-La mansión está muy iluminada los niños estarán a salvó con la marquesa -respondio, solo esperaba que ella estuviera de acuerdo.

***

-Claro que si -Eran no era un monstruo y no iba a dejar morir a estos niños, la mayoría estaban sucios y se veían muy asustados pero Eran hizo que las chicas llevarán algo de comer lo que parecía sorprender a todos porque el mismo le entregaba a los niños la comida y el agua.

-Marquesa...-uno de los hombres se acercó y Eran le ofreció uno de los panes-. Gracias... queríamos saber si sabe algo más sobre esas cosas.

-No realmente -no iba a hablar más de lo necesario sin Ezri aquí-. Solo se que no les gusta la luz así que hay que resistir hasta que la luz de la mañana llegue y elimine la oscuridad de los demonios -habia leído esto en la novela original pero decirlo era vergonzoso.

-Por favor cuide de ellos -el grupo se disperso dejando únicamente a 3 personas para ayudar con más de 20 niños o eso se suponía, en realidad estaban allí para vigilar a Eran que lógicamente no tenía nada malo. De hecho ante sus ojos ella era perfecta, joven, amable, bondadosa y nada orgullosa ni prepotente o arrogante.

-¡Me duele, me duele! -uno de los niños se quejaba ante un raspón profundo que exponía si carné.

-Shhh -una de las 3 personas que se habían quedado puso su mano en la herida una luz brilló y la herida mejoró mucho, la mujer miro hacia arriba y de aterrorizó al ver que Eran la había visto.

-Esta bien, estaba herido y necesitaba ayuda, no te preocupes -em gran duque es del norte y allí...las cosas son diferentes porque no le teme a estas situaciones.

-Si alguien se entera me matarán y a mí familia para erradicar la plaga como ellos lo llaman.

-¿De verdad? -no recordaba haber leído eso.

-Si, han acabado con linajes completos por órdenes del emperador.

-El emperador es un hombre terrible -Eran no recordaba que el hombre fuera tan cruel.

-Si, escuchamos lo que le hizo, muchos se han ido, otros se están marchando y otros nos iremos pronto -la información era más creíble de estás personas que eran las más afectadas-. La mayoría nacimos así y no lo podemos evitar, el emperador se vuelve cada día más cruel eliminando a cualquiera que use si magia y eso es...como decirnos que no respiremos.

-Los invitaria a vivir al norte pero es muy peligroso.

-La ciudad es extremadamente peligrosa, lo sabemos, nos han dicho que está llena de monstruos que se han mezclado con humanos en horribles hechizos por eso casi nadie sale de allí -la mujer parecía asustada.

-No es verdad, en realidad está lleno de buenas personas a las que nadie limita, la vida es difícil porque es muy helado pero el gran duque se asegura que haya comida y refugió para todos y pues quién querría irse a vivir dónde serán tratados como si no fueran humanos.

-De verdad?.

-Si, lo que pasa es que el viaje es muy peligroso, el camino está lleno de monstruos y son muy grandes.

-Entiendo -Eran no lo sabía pero estaba convenciendo de irse de la ciudad imperial al 40 por ciento de la mano de obra y fuerza laboral de los nobles y sin quienes estos no funcionaban.

-¿Está bien marquesa? -uno de los hombres dejados para cuidarla pregunto, despues de verlo preocupado.

-Si... no, estoy preocupada por Ezri -en público se tenía que dirigir a si mismo en femenino pero no recordó que no debía llamar a Ezri por su nombre así fuera su esposo.

-El gran duque estará bien, no se preocupe, es un hombre fuerte y puede con esto.

-Ire a verlo -se puso de pie y salió a la calle, en todos lados parecía haber grandes fuegos y la gente estaba sentada alrededor.

-Marquesa prometió quedarse -la siguieron.

-Lo se pero desde el inicio no planeaba sentarme a ver y oir morir a la gente, estás son buenas personas -ayudo a una anciana a ponerse de pie, la imagen de Eran descalzo, con el cabello suelto y vestido con una camisón blanco viéndose tan linda y pulcra entre todo el desastre era algo que refrescaba la mirada aterrada de los habitantes de este lado de la ciudad ya que la mayoría sabía, gracias a los sirvientes del gran duque, que Eran y Ezri eran quienes los habían salvado.

-¡Marquesa! -algunos saludaron tímidos, no era común que los nobles se relacionaran con la plebe después de todo, pero Eran...no sabía ésto por lo que sonrió y saludo a todos.

-El conde está más adelante -uno de los hombres que se había alejado volvió porque las piernas de Eran eran cortas y no caminaba rápido.

-¡Gracias! -Eran apresuró el paso pero parecía un Chihuahua.

A varios metros lo vió y todo su cuerpo pareció emocionado, Ezri no daba tregua a los demonios que no dejaban de aparecer, los destrozaba uno tras otro sin piedad y sin parar porque lo único que tenía en la mente era que estas cosas no llegaran con Eran y lo lastimaran. El monstruo con el que luchaba actualmente era una cosa aberrante, parecía estar desaciendose ya que pequeños trozos se desprendían de el haciéndose más grandes y volviendo al cuerpo principal que era una masa amorfa color carne viva con cientos de ojos.

-Vamonos...-susurro a uno de los hombres, si lo veía aquí iba a distraerse y la cantidad de cuerpos de monstruos/demonios tirados a los alrededores mientras la población mataba a los pequeños le decía que no lo distrajera.