Carolina una mujer encarcelada por asesinar a uno de los violadores de su pequeña hermana, de quién es separada,resurgiendo de las cenizas,luchando por volver a verla y hundiéndose cada vez más en un amor imposible
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El mafioso por Milán.
Diez años atrás.
-”Debes ser fuerte, debes resistir Milán” decía don Efren mientras me entrenaba en el ring al tiempo que practicamos diferentes golpes de taekwondo.
Realmente me sentía desfallecer hacía dos días que estaba a punta de pan y agua en la buhardilla del gimnasio donde don Efren me dejaba quedar después de que realizará el aseo del lugar.
Soy huérfano de padre y madre, vivo en la calle desde que tengo memoria y desde hace un año vivo en el gym.
-”Ya está bueno muchacho, mereces un descanso” me decía don Efren ,mientras me tiraba una toalla y una botella con agua como siempre lo hacía después de entrenar.
Ese dia que parecía similar a todos los demás mi mundo cambió drásticamente, unos hombres armados con unas 38 ingresaron al gimnasio, tenían capuchas que cubren su rostro y sin mediar palabras se dirigieron a donde don Efrén disparandoles a quemarropa, dejando una estela de sangre. Escuché los disparos desde la buhardilla , hacía algo más de una hora que habíamos finalizado el entrenamiento y realizado el aseo. No pude evitar temblar del miedo, el temor carcomía cada fibra de mi ser,Era un muchacho de escasos 19 años que había venido a la ciudad huyendo de un cruel destino a mano de grupos armados y don Efren que trabajaba como administrador de este gimnasio me había acogido como su protegido; aunque no tuviera dinero con que hacerlo.
Ya me había acostado a dormir y por eso las luces estaban apagadas y tal vez los malhechores por eso no se percataron de mi presencia. Un olor a madera quemándose alerta a mis sentidos, mientras derrapaba por la pared,mi objetivo era llegar donde el señor Efren ; sin embargo cuando la temperatura aumenta ,el fuego se hace visible y el olor a quemado se hace presente, sientes como si tu destino fuera morir allí. Despues de luchar con algunas llamas que obstaculizan mi paso finalmente veo a don Efren en un charco de sangre a su alrededor y su cuerpo inerte. No tuve tiempo de hacer nada por mi benefactor y trate de salir por un ventanal por donde el fuego aún no se acerca.Todo esto para ser sincero era como en cámara lenta , marcando cada momento en mi mente y en mi cuerpo.Ese recuerdo vivido aun me acompaña en mis noches de pesadilla.
A partir de allí me tocó vagar por las calles en busca de sobras que me alimentaron, muchas veces me dedicaba a reciclar.Dormía en un refugio que había en la ciudad para indigentes en invierno.Toque fondo, a un punto que crei jamas salir de allí.
Habían pasado seis meses de la muerte de don Efren, cuando en un callejón encontré a varios hombres tratando de abusar de una chica como de 16 años, eran cuatro y ella se veía asustada, gritaba que la dejaran en paz, tenía un palo en la mano, pero a todas luces jamas podria con ellos.
Así que decidí intervenir y con unas cuantas patadas laterales y unos golpes de fondo me fui deshaciendo de cada uno de ellos.
La chica se levantó y me dio las gracias y me pidió perdón por haber hecho que me expusiera, pero que sino no sabe qué hubiese hecho.
A partir de ese momento nos fuimos haciendo amigos y compartimos breves momentos en el parque para charlar, me gustaban sus ojos color miel y su larga cabellera negra, su manera de hablar de su hermana.Se le veia triste , pero que muy de vez en cuando se reía.Ella era Carolina, mi Carolina.
El tiempo transcurría rápidamente y yo conseguí un trabajo como escolta de don Narciso Soracco un hombre al cual se le notaba el dinero desde el mismo momento que hacía presencia, el mismo hombre que después de un tiempo descubrí que era el más temido de los mafiosos del país ,quien dominaba la cosa nostra y yo su mano derecha.
TIEMPO ACTUAL.
Estoy a espera de la llegada de Carolina.Hoy es una coincidencia , desde hace años no sabía de ella ,cuando don Narciso fue abaleado por el grupo de los Kamikaze en Venecia, me enteré de su última voluntad y después de unos meses busqué a esa chiquilla que se metió entre mis huesos y a la cual no pude proteger del malnacido de su tío, pero si vengar.
Decido darme una ducha, pues esta paz que me rodea es preludio de una fuerte tempestad y al salir del baño, me percato que el teléfono de la habitación suena sin parar. Me apresuro a tomarlo; porque puede ser Carolina.
-”Milan soy yo, Caro estoy en el lobby. Si quieres nos vemos en el comedor, te espero allí , si no tienes problema” me dijo. Se sentía triste, distante, pero indiscutiblemente conocerá el motivo. Antes de acercarme al comedor hice un par de llamadas a Sergio mi asistente para que averiguara sobre Carolina.
Después de 15 minutos estaba allí , un hermoso kiosco en el centro del hotel, una hermosa chica se acerca a tomarme el pedido a lo que le informo que estoy esperando a alguien.En cuestión de segundos observo a Carolina acercarse, se veía espléndida, llevaba un short y un blusón blanco, con unos tenis, su cabello suelto ondulado con la fuerte brisa marina .Al llegar donde mi, me levanto y la recibo con un beso en la mejilla. Su olor inunda mis fosas nasales, era un rico olor dulce.Se ve perfecta.
-”Hola Milán me alegra verte” haciendo una pausa me dijo : -”Creí que nunca más lo haría”.
me dijo. No pude evitar un deseo enorme de besarla; sin embargo lo único razonable que hice fue decirle.-”Caro te ves realmente preciosa” . Sus ojos tenían un atisbo de tristeza, a pesar que lo trivial de la conversación , fluía libremente .La cena fue exquisita, sabores tradicionales embriagaban mi gusto, pero lo que más me tenía absorto era la mujer en la que se había convertido Carolina.Estaba seguro que ya no era obligada a prostituirse, su tío fue el primer hombre que asesine por orden de don Narciso, era un jugador empedernido, que incluso se había atrevido a robar una fuerte cantidad de dinero al que en aquel entonces era mi patrón y quien termino siendo mi protector y benefactor.
Hablamos de muchas cosas, del hotel, de su hijo, de sus amigas y yo de mi vida como ceo y de la soledad de mi alma, pues desde que tuve el poder hace más de dos años empece mi busqueda de la mujer que me quito mi virginidad, para protegerla.
Apartó su mirada de mis ojos y simuló tener un ataque de tos parecía que lo último que dije la sacó de su zona de confort.
Una llamada inesperada de Sergio hizo concluir de manera intespectiva nuestro encuentro de manera temporal, solo temporal. Me despedí de ella para atender a los malnacidos que bajo mi nombre realizaban trata de niñas.