Ciel Levallois es solo una extra en una historia de romance de fantasía, en la cual ella y su familia pierden la vida cuando su hermana tontamente cae en las mentiras del villano.
Pero ahora, una nueva alma ha renacido en Ciel y ella no esta dispuesta a morir por culpa de su hermana, así que para cambiar ese destino, ella decide tomar el lugar de su hermana y casarse con el gran general del reino, el duque Aleksander Ronchembert, conocido como "la bestia", por ser un guerrero despiadado contra sus enemigos. ¿Podrá Ciel escapar de su destino?
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Capítulo 03.
—¿estas segura Ciel?, al mandar la confirmación de quien será la novia, no hay forma de que te retractes.— advierte el Conde.
El hombre había llamado a su hija a su estudio, han pasado dos días desde la discusión con Avery y aunque quiso hacerla cambiar de opinión, esta no lo hizo encerrandose en su habitación.
— lo sé padre, estoy consciente de lo que conlleva aceptar el matrimonio con el duque Ronchembert y no cambiaré mi decisión.— asegura Ciel.
— bien, entonces enviaré mi respuesta al duque. Puedes retirarte.— le indica.
Ciel hace una leve reverencia ante su padre y se va de la oficina. Ella camina hacía el jardín, avanza hasta perderse entre los árboles, así que solo se sienta bajo la sombra de uno abriendo el libro que llevaba en la mano, este, era un libro sobre magia, ya que según lo que ha leído hasta ahora, en ese mundo toda persona posee mana, por lo que, estudiando y practicando pueden aprender algo de magia. Quienes más saben de eso, son los magos, estos sirven a la familia real, algunos se especializan en magia de ataque y otros, en sanación, ambos son parte fundamental en el ejército del palacio. Leyendo sobre eso, Ciel recuerda que la protagonista, siendo una plebeya perfecciona su magia y se convierte en la primera mujer en formar parte del aquelarre, que es como se le llama a la asociación de magos.
Ciel deja el libro en el suelo y se pone de pie tomando una rama que encuentra por ahí, coronando a practicar como si tuviera una espada en las manos. Si quiere sobrevivir, tendrá que aprender algo más que solo magia, por ahora lo importante, era fortalecer su cuerpo.
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Más tarde regreso a la casa, donde había un pequeño alboroto porque Avery recibió la invitación de Darrell donde la invitaba al palacio para beber el té en compañía de la reina, Avery estaba emocionada, pero justamente cuando iba de salida, el conde se enteró y mando cerrar las rejas de la mansión y prohibió a los sirvientes llevarla. Después de su comportamiento infantil y caprichoso, no tenía permiso de salir a ninguna parte, incluso el conde le pidió a la condesa que escribiera una carta de disculpas en nombre de Avery, pues no podrá asistir a la reunión.
— si Ciel es quien se casará con esa bestia, entonces yo tengo todo el derecho de ir con el segundo príncipe, si le agrado a la reina, podría conseguir un compromiso con él.— asegura.
— con ese comportamiento infantil, lo único que lograrás es pasar vergüenza ante su majestad.— le grita la condesa.
— ¿por qué no confías en mi madre?, si el segundo príncipe me invitó, es porque le agrado.— insiste.
— suficiente, no vas a ningún lado, es tu castigo por tu falta de respeto hacía nosotros.— le regaña el conde.
Este ordena a las doncellas que se lleven a Avery a su habitación y la encierren, solo recibirá sus comidas en la habitación, por lo que no tiene permitido salir en tres días. La condesa con ayuda de las doncellas se llevan a una histérica Avery, quien suplica que la dejen salir, pues estaba perdiendo una gran oportunidad de hacerse cercana a la reina.
— a su edad y aún se comporta como una chiquilla de cinco años.— el conde deja salir un suspiro y mira Ciel.— me alegra saber que al menos tú eres más consciente.
— no se preocupe padre, yo no seré como Avery, no dejaré que un capricho destruya a nuestra a familia.— asiente.
El conde se sorprende por las palabras de Ciel, mientras que ella hace una reverencia y se marcha. Al pasar por la habitación de Avery esta golpea la puerta, suplicando para que la dejen salir, así que Ciel le da una patada a la puerta, causando que Avery se asuste.
— deja de actuar como una niña caprichosa, tienes veinte años Avery, debería darte vergüenza ese comportamiento.— le grita Ciel.
— no soy caprichosa, solo quiero elegir que hacer con mi vida, es lo que nadie entiende.— responde molesta.
— el que tengas permiso de elegir que hacer con tu vida, no significa que seas lo suficientemente lista para elegir algo bien.—
— ¡cállate!, no te quiero escuchar, yo se lo que hago.— grita molesta.
Ciel sonríe con burla y sigue su camino, no cabe duda que su hermana es una tonta, dejándose llevar por ese absurdo capricho con el segundo príncipe, pero pronto verá que Darrell no esta interesado en ella, cuando se haga publico quien en realidad es la futura esposa de Aleksander, el interés del segundo príncipe por Avery se irá, verá que se acerco a la hermana equivocada.
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Avery había intentado salir por la ventana, pero, el balcón era muy alto y no había forma de bajar por ahí, además de que el conde fue lo suficientemente listo como para colocar guardias cerca de la zona de su habitación. Así que solo ha estado en el balcón observando a distancia el palacio y suspirando, había perdido una gran oportunidad. Seguramente el segundo príncipe pensará que es una niña al no poder acudir al palacio solo porque sus padres no se lo han permitido.
Abajo, Avery observa como Ciel se acerca a los caballeros, con quienes parece entablar una conversación. Finalmente uno de ellos le entrega su espada y le va dando consejos de como sostenerla; Avery no sabía que su hermana estaba interesada en practicar la espada.
El caballero le enseña posturas para mantener el equilibrio mientras ataca y Ciel trata de seguir esos consejos.
— le aconsejo conseguir una espada más ligera, el peso es importante, en especial para un principiante.— le comenta el caballero a Ciel.
— buen punto, se lo agradezco capitán Gales, sus consejos me han sido útiles.— hace una leve reverencia.
— por nada señorita, si necesita ayuda, no dude en decirme.— responde de manera cortés.
Ciel ahora tiene una idea de lo que debe de hacer, el problema ahora es, si su padre le permitirá conseguir una espada.
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