Lilith, que trabaja en un club exclusivo como mesera, un día llama la atención de un cliente muy importante, ¿qué pasará ahora?
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Capitulo 11
Ella se quedó mirándome, parecía esperar una reacción de mi parte, pero la verdad es que no me importa, me da curiosidad, sin embargo, si este hombre es casado, soltero, viudo, divorciado, nada de eso me importa, por qué yo lo veo como un medio para un fin, si es feliz, si está triste, nada de eso, es de mi interés, solo quiero que el tiempo corra lo más rápido posible y terminar todo esto.
— Puedes irte, los resultados, se los enviaré a Seth está tarde, me dijo ella, de nuevo con cara fría.
Me levanté de la silla, le dije.
— Gracias.
Salí del consultorio, en la sala de espera, la señora Laura me esperaba, cuando me vio, se levantó, se acercó a mí, me miró de arriba abajo, se dio la vuelta y comenzó a caminar, yo detrás de ella.
Todos me hacen una inspección visual, me siento como un jarrón, que todos quieren evitar que se rompa, por qué temen la ira del dueño.
Salimos del hospital, nos subimos en el auto, entonces de la nada, la señora Laura me dijo.
— ¿Necesitas ir a algún lugar?, ella preguntó mientras cruzaba las piernas.
— ¿Podemos ir al Hospital oncólogo?
— Si, me respondió.
Hoy no es el día que, se supone puedo salir, pero supongo que lo permite, ya que me envió con estas personas, tampoco creo que me deje salir sola, se nota que es un hombre desconfiando, por eso tiene muchas personas que me vigilen, no importa cuál sea la razón, si puedo programar la cirugía de la abuela, es todo lo que necesito para estar tranquila.
La señora Laura le dio instrucciones al chófer, él de inmediato cambia el rumbo, como antes no hubo ni una sola palabra en todo el camino, era incómodo, pero no me importaba, me sentía emocionada en mi interior, por poder pagar la cirugía de mi abuela, entonces todo estará bien, mientras pasa el tiempo ella se podrá ir recuperando, y cuando yo seré libre nos iremos a vivir juntas y todo será como antes.
— Hemos llegado, me dijo la señora Laura.
Me perdí tanto recordando los días de mi abuelo y yo en nuestra pequeña casa, que no me percate que habíamos llegado al hospital, abrir la puerta y salí del auto, la señora Laura se quedó adentro y me dijo.
— Tienes una hora para resolver, lo que sea que viniste a hacer aquí.
— Si, le respondí.
Cerré la puerta del auto, salí casi corriendo a la oficina administración del Hospital, por suerte estaba la secretaria que me cae bien.
— Hola, ¿cómo estás?, en qué puedo ayudarte, me dijo ella, desde que me vio.
— Vine para organizar la cirugía de mi abuela, y pagarla, podría llamar al doctor, no tengo mucho tiempo.
— Claro, toma asiento en la oficina, lo llamaré ahora mismo, me dijo ella, mientras levanta el teléfono para hacer la llamada.
Entre a la oficina, y me senté en una de las sillas, frente al escritorio del contador del hospital, era un hombre muy escrito en los pagos, puedo decir, que me ha secado la vida todos estos meses.
Después de como 15 minutos, el doctor y el contador entraron a la oficina, me pare de la silla y los saludé.
El contador, me explico todo, lo que se necesita y el dinero que debía pagar, yo estuve de acuerdo con todo, saque la tarjeta, y pague todo de una sola vez, el contador quedó sorprendido, de que la tarjeta no rebotó, después que me dio todas las facturas, que de inmediato entre en mi bolso, junto con la tarjeta, me urgió a ponerme de acuerdo con el doctor para la fecha de la cirugía, y casi me saca de la oficina, al parecer tenía más cosas que hacer.
— Él siempre es así, me dijo el doctor, ya caminando en un pasillo del hospital.
— ¿Se puede hacer la cirugía el próximo miércoles?, le pregunté.
Se detuvo a pensar y me dijo.
— Si, el próximo miércoles es buena fecha, pero tengo que decirte algo importante, el cáncer se ha diseminado, tratemos de sacar lo más posible, sin embargo, la operación es muy riesgosa.
— Gracias Doctor, por no decirle a la abuela toda la verdad, ella está muy esperanzada, por qué piensa que no existen tantos riesgos.
El doctor suspiró y me dijo.
— Fue su elección decirle la verdad a medias, solo espero que usted esté preparada para lo que puede suceder.
Todo va a salir bien, está es la mejor oportunidad, para que la abuela mejore, no queda otra opción, que la operación, a pesar de que es riesgosa.
— ¿Existe otra opción?, le pregunté, al doctor, aunque ya sabia la respuesta.
— No.
Caminamos hasta su oficina, se agendó la operación para el próximo miércoles, luego salí, no me queda casi tiempo, ya había pasado la hora, pero quería pasar unos minutos a ver a mi abuela, camine rápidamente al pabellón donde siempre le gustaba estar con sus amigos, la abuela es muy sociable, puede hacer amigos donde sea, muy diferente a mí.
Ella estaba rodeada de otras pacientes, hablando, me vio desde que entre por la puerta del pabellón y se apartó de los demás, y fue a mi encuentro, me tomo de un brazo y me llevo a su habitación, se sentó en la cama, y me sentó a su lado.
— ¿Qué está mal?, me preguntó.
— Nada abuela, ¿por qué piensas eso?
— ¿De dónde salió esa ropa, parece cara?, me miró el vestido, los zapatos y la cartera, que idiota, bueno tenía que salir de esto.
— Abuela, esto es de mi amiga, me lo presto, quería venir a verte con algo lindo, además tengo una buena noticia, la cirugía es el miércoles, ya todo estará bien.
Ella se quedó pensativa, unos minutos, luego me agarró de la mano, y me dijo, lo que siempre me ha dicho.
— Lo único que quiero es que no hagas nada, de lo que te puedas arrepentir en el futuro, yo soy una mujer mayor, pero tú a penas estás comenzando tu vida, así que por favor, no te arruines a ti misma por mi causa.
La abracé con fuerza, no me importa el sacrificio, todo puede ser olvidado, mientras podamos estar juntas, incluso si tuviera que vender mi alma al mismo demonio lo haría, no te preocupes abuela, seré fuerte, nunca te diré de esto, y vamos a hacer felices como antes.