Leonardo , Ethan Morgan el peor villado y más temido de la historia.
El se obsesiono con la protagonista trato de ganar su amor pero ella siempre lo rechazaba entonce secuestro y abusó de ella la torturo de muchas forma por que ella no lo amaba así que cuando rescantaron a la protagonista el fue sentenciado a guillotina ademas de ser torturado de una horrible manera fue sentenciado publicamente a morir .
Aquí dentro yo he renacido en el cuerpo del villano .
¿ Como lograre evitar mi muerte ? Tendre que hacer muchos arreglos a este retrasado mundo y desde luego aprender todo para ser un buen duque cambiare mi final .
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El bosque oscuro
Ethan
Hoy es el día. El día en que me enfrentaré a la prueba. Es simple: matar o morir. No pienso morir. No me importa lo que tenga que hacer, pero definitivamente voy a sobrevivir. Y si tengo que matar para eso, lo haré. No me asusta.
La hora acordada para adentrarnos al Bosque Oscuro ha llegado, y solo estamos mi maestro y yo. La sensación de estar solo con él en este vasto y peligroso lugar me hace sentir que algo está mal, pero no me dejo llevar por el miedo. No ahora.
Al llegar, no puedo evitar admirar la visión que tengo ante mí. El bosque está cubierto por una bruma plateada que refleja la luz de la luna, como si todo estuviera envuelto en un manto de misterio. Los árboles son gigantescos, retorcidos, con ramas que se entrelazan como manos que se aferran en oración. El suelo, cubierto de un musgo esmeralda que brilla débilmente, parece latir con vida propia, y las sombras entre los árboles son las que danzan, como si estuviera rodeado por hadas que no pudieran verse, pero que me observan.
No tengo tiempo para pensar demasiado. Mi maestro me deja solo, con lo necesario para sobrevivir. No hay más instrucciones. Él me observa de lejos, esperando que haga lo que se espera de mí.
Con una respiración lenta y controlada, avanzo, usando todos mis sentidos. Cada paso está medido, cada sonido es analizado. Sé que cualquier error podría costarme la vida. A pesar de mi edad, la mente de un adulto me acompaña, y eso me da una ventaja.
Al final del camino, encuentro una cueva. Es pequeña, pero es suficiente. Aquí estaré por un máximo de dos semanas. El Duque extendió mi estadía, lo que significa que tengo que sobrevivir. No tengo opción.
Reviso mis provisiones. Solo tengo agua, muy poca. Me alcanzará, tal vez, para dos días. No es suficiente. La comida escasea, así que debo buscarla. Salgo de la cueva y me adentro en el bosque. A lo largo del camino, busco bestias. No tengo miedo de ellas. Sé cómo cazarlas. La caza, para mí, es un juego. Y ahora, debo jugar para sobrevivir.
Recogo bayas, frutas y raíces comestibles, como he aprendido en los libros. Los venenos no me asustan, no cuando sé que mi cuerpo ha sido entrenado desde pequeño para resistirlos. Es un buen truco que me enseñó mi maestro. Al principio fue difícil, pero ahora mi cuerpo está casi inmune a muchos venenos. Aún así, no quiero arriesgarme. Si algo no me parece correcto, lo dejo.
Mientras recojo todo lo que puedo, me encuentro con tres criaturas. Reconozco las bestias de inmediato, aunque me cuesta entender cómo es que están aquí. Cada una tiene su propio hábitat, pero aquí están, a punto de cruzarse en mi camino.
La primera es la Sombra Espectral, una criatura envuelta en oscuridad, con ojos rojos que arden como brasas. Sus espinas cubren su piel, y su boca está llena de dientes afilados como cuchillas. Se desliza entre las sombras, emitiendo un aullido que me llega hasta los huesos. Antes de que pueda reaccionar, me lanza hacia mí. No tengo miedo. Dejo caer mis provisiones, tomo mi daga y la apunto a sus ojos brillantes. La bestia está distraída con la segunda criatura, así que, con un rápido movimiento, le arranco los ojos, y su sangre naranja sale a borbotones. Después, me concentro en su piel. Usando un cuchillo especializado, perforo sus defensas y, con un golpe certero, atravieso su corazón, decapitando la bestia.
Mi siguiente enemigo es el Devorador de Almas, una criatura grotesca con tentáculos que se retuercen como serpientes. Su cuerpo está cubierto de pústulas que rezuman líquido viscoso y repugnante. Su presencia es perturbadora, pero sé qué hacer. Aprovecho mi arco y disparo tres flechas a sus tentáculos. Con rapidez, veo que sus pústulas no tienen protección, y sin perder tiempo, tomo una daga y apunto a esos puntos vulnerables. Mientras la bestia se retuerce, trato de cortar sus tentáculos uno por uno. Es una batalla de velocidad. Cuando se acerca, me escondo en un punto estratégico y, con un movimiento preciso, lanzo una daga que se clava en su cabeza. La bestia cae, muerta. La tercera, viendo a sus compañeros derrotados, huye aterrada.
Me da un poco de pena no poder enfrentarme a la tercera criatura, el Coloso del Abismo. Es una bestia enorme, una amalgama de monstruos deformes, pero en cuanto la veo, huye, dejando atrás una sensación de terror palpable. Pensaba que sería un desafío interesante, pero la cobardía de la criatura me decepciona. No me da la pelea que esperaba.
Sigo adelante, recogiendo las dos bestias que he matado. Con cuidado, las guardo en mi bolsa mágica, que puede almacenar cualquier cosa. Mientras camino de vuelta hacia la cueva, suspiro, un poco cansado pero satisfecho. Qué bestia más cobarde, pienso. Las otras lucharon con honor. Me tomé mi tiempo para hacerlas interesantes, pero este Coloso… ni siquiera me dio la oportunidad de probar mis habilidades.
De regreso a la cueva, me instalo y hago un pequeño campamento. Con la manta que me dieron y unas prendas adicionales, me siento cómodo, aunque la comodidad nunca ha sido algo que me preocupe. Prendo una fogata con la ayuda de mi mana y atributo de fuego, luego cocino el pescado que he logrado conseguir. Mezclo hierbas y especias, y cuando todo está listo, como con calma. Está delicioso, aunque no me impresiona. Después de todo, lo importante es que me llena.
Me recuesto sobre mi manta y, antes de dormir, invoco unas sombras que me permitan conocer mejor el entorno. Necesito saber si hay alguna anomalía en el bosque, algo que no me hayan contado. Tal vez haya algo más en este lugar, algo que no espera ser encontrado.
Mientras la oscuridad me rodea, me doy cuenta de que, por más que quiera parecer frío, por dentro hay una parte de mí que aún es vulnerable. Esta prueba es solo el principio. Y por mucho que me esforce por parecer fuerte, la realidad es que, aunque no lo quiera admitir, soy un niño. Y todo esto, todo lo que está sucediendo, tiene mucho que ver con mi supervivencia.
Los primeros capítulos fueron buenos, Pero ya después todo se volvió extremadamente confuso.