Ana tuvo que empezar de nuevo después de que su esposo desapareció y su hijo falleciera, su única hija Samara contrajo matrimonio y para no truncar la felicidad de ella, tuvo que perder todo lo que tenía, así es como ella termina viviendo en Panamá 6 años después, con ganas de iniciar una nueva vida, su ex compañera de colegio fue la encargada de ayudarla.
Comienza a trabajar en una casa de familia como niñera, allí conoce a su jefe, que es nada más y nada menos que su esposo desaparecido, pero el tiene amnesia y no recuerda nada, así que ella decide que con pequeños detalles lo ayudara a que traiga a su presente su memoria borrada.
(Temática de Noveltoon: Amor en la madurez)
NovelToon tiene autorización de Lida Marín para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 12
Me despertó el ruido del monitor a las 6 de la mañana, me levanté con rapidez y fui al cuarto de Ana, ella se estaba moviendo, pero estaba bien.
- buenos días, ¿Descansaste bien?-- le pregunté aún sabiendo que no iba a salir de su papel, encendí la luz.
La niña me miró y me mostró una sutil sonrisa, yo también le sonreí de vuelta, le di un vaso con agua, ella bebio todo el contenido, la dejé en el suelo al lado de sus juguetes mientras alistaba su ropa.
- mientras tu juegas iré a mi habitación a tomar un baño y a alistarme, luego vendré por ti para asear tu cuerpo-- le dije.
Hice lo que tenía que hacer y regresé con Ana, ella se encontraba en el mismo lugar donde la había dejado, luego la subí a la cama y comencé a quitarle su ropita para llevarla al baño.
.
.
.
.
.
.
Después de estar lista la llevé al comedor y todo transcurrió con normalidad, me di cuenta que la monotonía hacia parte de su día a día, ella necesita hacer algo diferente, pero como apenas estoy empezando no puedo hacer ningún cambio, por ahora voy a cumplir con lo que está escrito.
Llegó la hora de la cena y hoy me tocó a mi darle de comer ya que el señor Gonzalo tenía una reunión según nos informó Dominga, en los ojos de la niña se veía la tristeza, se nota que ella tiene un vínculo muy grande con su padre.
.
.
.
.
.
Finalmente el último día de prueba finalizó, la enfermera del primer día llegó, nos saludamos e hicimos el cambio, ella se llevó a la niña a desayunar mientras yo me quedé con Dominga.
- muchas gracias por estos días, su desempeño fue bueno, así que acompañame al estudio, y si estás de acuerdo con el documento, puedes firmarlo-- me dijo y yo fui tras ella.
Entramos a la oficina y cerré la puertas tras de mi, Dominga sacó la carpeta y me la entregó, yo la tomé y leí, tenía la misma lista que me habían mostrado hace unos días, pero está vez hablaba del sueldo que recibiría y los beneficios, no ví nada inusual, así que firme sin dudarlo.
- gracias por aceptar, nos vemos mañana, procure descansar-- me aconsejó, yo le agradecí y me fui.
Tal como dijo Pamela ella vino por mi, yo la invité a desayunar, me pagaron estos tres días, y puedo decir que fue más de lo que pensé.
- voy a seguir viniendo a recogerte, eso de que me invites a desayunar me agrada -- dijo entre risas.
- Te lo mereces, nadie viene a recogerte a altas horas de la madrugada -- le dije.
- las 6 de la mañana no es tan grave -- dijo.
- Aún así es lo mínimo que puedo hacer para agradecerte lo mucho que me has ayudado -- hablé con sinceridad.
- es con mucho gusto, y te tengo que confesar que en parte lo hice para tener a alguien acompañándome, aquí tengo amigos y conocidos, pero en casa no tengo a nadie, siempre está vacío -- dijo.
- pero me verás únicamente cada tres dias-- le dije.
- si, lo sé, pero aún así me siento mucho mejor -- respondió.
Llegamos a una cafetería que quedaba de camino, allí cada una pidió lo que quería desayunar, y finalmente fuimos a casa, tan pronto llegué me cambié la ropa y me acosté a dormir, no se en qué momento Pamela se fue a trabajar, solo se que cuando me desperté de esa siesta ella ya no estaba, había dejado una nota sobre la encimera de la cocina.
Ana, en un rato traerán tu almuerzo, lo mandé a pedir al restaurante de la esquina, no quise despertarte porque se que estás cansada, nos vemos en la noche, cuídate y descansa
Finalizó la nota, en ese momento el timbre sonó y yo fui a abrir, un chico joven traía en sus manos una bolsa con unos recipientes de icopor.
Me lo entregó y se fué.
Yo almorcé en total tranquilidad, estaba muy delicioso, después de terminar bote la basura y me cerciore de dejar todo en orden, luego regresé a mi habitación, tomé una maleta más grande y empaque ropa cómoda para el trabajo, debía surtir el closet ya que me contrataron formalmente, al terminar decidí seguir durmiendo.
Escuché el sonido de la puerta principal abriendose, me desperté un poco asustada, tomé mi celular y eran las 6 de la tarde, me levanté y fui a la sala, había llegado Pamela de trabajar.
- perdón ¿Te desperté?-- me preguntó.
- Me asusté un poco, pero ya dormí lo suficiente, ahora tengo demasiada energía-- le respondí.
- que te parece si salimos un rato a tomarnos algo, hace mucho no salgo y necesito una distracción, a las 10 ya estaremos regresando a casa, prometo que no vamos a trasnochar, yo sé que mañana tienes que trabajar -- comentó.
- Está bien, yo también necesito algo de diversión-- le respondí.
- perfecto, entonces vamos a ponernos algo lindo-- dijo y casi que me arrastró hasta la habitación.
Yo tomé uno de mis vestidos en mis manos, lo observé por un rato, hace mucho no me lo ponía, la última vez que lo use fue antes del accidente, una semana antes habíamos celebrado nuestro aniversario número 20, un sentimiento de nostalgia de posó en mi pecho, al final decidí usarlo era negro con apliques de cristal que le daban un toque juvenil pero discreto, me miré en el espejo y era increíble ver qué aún se ajustaba perfecto a mi medida, me hizo recordar la mirada que me dió Felipe cuando me lo vio puesto, fue inevitable no sonrojarme por el recuerdo, pero de nuevo mi corazón dolió.
Salí de la habitación y en ese instante se abrió la puerta del cuarto de Pamela, tenía puesto un despampanante vestido rosa, se veía preciosa.
/Heart/