Sonia está perdidamente enamorada del mejor amigo de su hermano. Dante es 8 años más grande que ella por lo que sólo la ve cómo una niña.
A Sonia no le importa y cómo la vea el. Siempre está tratando de ganarselo. Pero al cumplir los 18 años de da por vencida ya que el se compromete con una mujer que aparentemente es perfecta.
Sonia decide dejar de ser una arrastrada y sale del país con el corazón roto. Y con la importante decisión de enamorarse de alguien más.
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Tengo miedo.
...Sonia....
A última hora me acobarde. Mis labios estaban listos para darle el si. Pero tuve miedo. Tenía que consultar con mi almohada.
El piensa que no lo amó. ¿Debería decirle que lo amó o debería esperar.?
Llamé a Linda.
— ¿Debo aceptar a Cristián.?
— Todavía no lo aceptas.
— Tengo miedo.
— No lo tengas. Cristián es un gran chico.
— Pero...
— Ya aceptalo. Llevas cómo dos años enamorada de el. Haz realidad ese amor de una vez.
— Okay. — Me levanté y fuí a la habitación de Cristián.
— ¿Qué haces aquí a esta hora.?
— Cristian yo... — Entré a la habitación y cerré la puerta, después lo besé. — Yo te amo.
Cristián sonrió de oreja a oreja.
— ¿Lo dices enserio.?
Asentí con la cabeza. El me dió un beso corto.
— ¿Quieres casarte conmigo.?
— ¿Qué.?, pensé que primero seríamos novios y... — Fui callada con un beso.
— Yo no necesito más tiempo para saber que quiero pasar el resto de mi vida contigo.
...Cristian....
En realidad tenía miedo de perderla. Por eso me apresuré a pedirle matrimonio.
— Yo...
— No me contestes ahora.
— Tengo que hacerlo.
Me quedé callado para escucharla.
— No puedo casarme contigo.
— ¿Porqué.? ¿Es porqué no tengo tu clase social.?
— No. Eso no me importa.
— ¿Entonces.?
— Quiero saber que se siente tener novio. Quiero que salgamos, qué nos conozcamos cómo pareja y no cómo amigos.
— ¿Tienes miedo de que no funcione.?
Tomé su silencio cómo un si.
— Está bien. Al menos ya eres mi novia. Y haré todo lo posible para que me aceptes cómo esposo.
— Gracias.
— ¿Cuándo le diremos a tú familia.?
— Mañana si quieres.
— Claro que quiero.
— Okay. Después del desayuno.
— Okay. — Le dí un beso y salio de mi habitación.
Al día siguiente al bajar a desayunar Sonia se sentó a mi lado y me sonrió. Yo le regresé la sonrisa.
— Hija me gustaría hablar contigo a solas. — Dijo su padre.
— Qué casualidad. También quiero hablar contigo.
— Vamos al despacho.
— Te alcanzó. — Su padre fue primero.
— ¿Hablaremos con el ahora.?
— No. Primero quiero escuchar lo que me va decir.
...Sonia....
Fui al despacho y cerré la puerta.
— ¿De qué quieres hablar papá.?
— Ví esas miradas entré Cristián y tú. ¿Están saliendo.?
— Anoche salimos. — Reí.
— No me refiero a eso. Me refiero a si son novios.— Me quedé callada. Eso era algo que le diríamos juntos. — Esperó que no. Ese chico no me gusta para tí.
— ¿Porqué.? — Pregunté con resentimiento.
— Porque no tiene tu clase social.
— Papá vivimos en el siglo XXI.
— ¿Eso significa que estás saliendo con el.?
— Bueno yo.
— Si es así dile que se vaya en éste momento.
— No papá. No estoy saliendo con el. Cristián es un gran amigo y me molesta que pienses así de el. Cristián me apoyó muchísimo mientras vivía en Inglaterra. Fue un gran apoyo moral. Sin el no hubiera estado no se cómo hubiera salido adelante.
— Se que Cristian es tu amigo y lo aprecias, pero eso no cambia el hecho de que no tiene dinero.
— Papá Alejandra tampoco tiene dinero y la quieres.
— Alejandra está embarazada. Y ese niño es mi nieto. El único recuerdo de tu hermano. Es por eso la apoyó.
— ¿Si mi hermano estuviera no lo apoyarias.?
— Nunca apoyé esa relación. Le dije en muchas ocasiones que terminará con ella.
— ¿Hiciste eso.?
— Si. Nuestra familia debe unirse a personas de alcurnia, persona con mucho dinero. ¿Porqué piensas que no me opuse cuándo quisiste ser la enfermedad de Dante.?
— No puedo creer lo que estoy escuchando. — Salí muy molesta. Ese no parecía mi padre. No parecía el hombre comprensivo que siempre fue.
— Nos vemos en la oficina. — Le dije a Cristián y salí para aya.
...Sonia....
Jajajaja. Cómo me gustaría que el te cortejara. Harían una pareja muy bonita.
— ¿Así que tú novio es más importante que está empresa.? — Tenías que venir a arruinar mi buen humor.
— Me gustaría responder tu pregunta, ¿pero qué crees?, no tengo tiempo. Permiso. — Me fuí a mi oficina. En la noche Cristián llegó con una invitación para su exposición.
— ¿Te gusta.?
— Si. Es hermosa. ¿Tú la diseñaste.?
— Si. Está es la original. Quería que tú la tuvieras.
— Gracias. La guardaré cómo el tesoro que es. — Nos unimos en un rico beso.
— Sonia. — Linda entró para interrumpir. — No puede ser. Esté es tu lugar de trabajo. Deberías por lo menos respetarlo.
— Jajaja. Linda deja actuar cómo lo contrario a tu nombre.
— Sólo vine a dejarte unos papeles. Ya me voy. — Caminó un poco. — Si vas a follartelo cierra bien la puerta.
— ¿Qué le pasa.? — Hasta Cristián se dió cuenta de su humor.
— Su novio le fue infiel. Está triste y se desquita conmigo.
— Seguro la estás pasando mal.
— Si. Deberías consentirme un poco. — Volví a besarlo.
Al día siguiente.
Linda.
Le pedí perdón a mis padres y volví a casa con ellos. Vivir en un departamento sin empleados no es lo mío. Desde que nací estoy acostumbrada a una buena vida, si iba a dejar todo eso era sólo por mi novio. Porqué lo amaba. Pero me dí cuenta de que no merece mi sacrificio.
Hoy al despertar me sentí de lo más feliz. Nada cómo despertar en casa.
— Buenos días princesa. — Saludó mi papá.
— Buenos días papi. Mami. — Le dí un beso a cada uno.
— Siéntate. Queremos hablar contigo.
— Díganme.
— Hoy en la noche vendrán unos amigos. Llega temprano. Son personas importantes.
— Está bien papá. — Desayuné y después salí para el trabajo.
— Buenos días. — Sonia y su buena cara. Por primera vez en mi vida la envidio. Ya quisiera yo un Cristián en mi vida.
— Buenos días.
— ¿Has visto a la bruja.?
— Se fue de viaje.
— ¿A dónde.?
— ¿Porqué te preocupas por Sandra.? Si ella no está hay más paz en está empresa.
— Sólo dime a dónde fue.
— Creó que Dubái. En unos minutos te lo investigó con su secretaria.
— Por eso te amo. Eres muy eficiente.
— Si claro. — Fuí a investigar y para cuándo regresé había un chico con ropa de repartidor en mi escritorio. — ¿A quién estás buscando.?
— Linda Maldonado.
— Soy yo.
— Ésto es para usted. — Un hermoso ramo de flores rojas. — ¿Puede firmarme aquí por favor.?
— Claro. — Tomé la pluma y firmé. Luego abrí la tarjeta.
"Para la mujer más Linda de esté mundo."
Atentamente: Alguien que se enamoró a primera vista de ti.
— ¿Qué.? Esté tipo es más cursi que el protagonista de mi novela de las 8. Y el de las 9. Loco. ¿Amor a primera vista.? Si claro. Cómo si eso existiera.
Pensaba tirar las flores pero son tan hermosas que no pude. También pensé en regalarlas pero tampoco pude. Me las llevó a casa. No pasará nada.
Oscar.
— Ya te lo dije. No iré a esa estúpida cena. — Discutí con mi papá por teléfono. Está empeñado en que conozca a la hija de sus amigos. Ni loco. Seguro me quiere emparejar con ella.
— Vamos hijo. Ya te dije que su hija es muy linda.
No creó que sea más linda que la chica que conocí.
— Lo siento papá. Eso no va pasar.
— Si no vas atente a las consecuencias.
— ¿Qué quieres decir.
— Lo verás por ti mismo si faltas. — Me colgó. Tendré que tragarme mi orgullo y asistir.
...Foto de Óscar....
...Linda....
Me vine a mi casa con el hermoso ramo de flores. Digo si de casualidades un día me pregunta por ellas diré que las tiré. Así entenderá que no tiene oportunidad conmigo.
Además qué pervertido es. Se nota que es mayor que yo. Por lo menos 5 años si me lleva.
— Te dije que salieras temprano. Nuestros invitados ya están aquí. Ven a saludarlos. — Normalmente soy puntual pero en verdad tenía que terminar ese trabajo.
— Ya voy mamá.
— Genaro ella es mi hija. Linda el es Genaro, su esposa Hortensia y Oscar su hijo. — ¿Oscar.? No puede ser el mismo Oscar cursi que conozco. El chico estaba de espaldas y cuándo volteó. Pum sólo quise que me tragara la televisión y me llevará con el protagonista no tan cursi de las 8.
¿Qué carajos hace esté tipo aquí.?
— Buenas noches Linda. — Sonrió y tomó mi mano. Luego dejo un beso sobre ella. — Qué bueno que te gustaron mis flores.
Benditas flores. Ahora esté tipo pensará algo que no es. Y todo por mi debilidad a los detalles hermosos.
— ¿Se conocen.? — Mis padres y los suyos no ocultaron su emoción.
— No.
— Si.
Todos nos vieron sin entender. Ni siquiera te conozco.
— La conocí hace unos días.
— Sólo de vista. — Aclaré..
— Eso bastó para enamorarme.
¿Qué.? ¿Cómo se le ocurre decir algo así enfrente de mis padres.?
— Madre me duele la cabeza. Creó que mejor me iré a dormir. — Tenía que escapar de ese lugar. Era ahora o nunca.
— No te preocupes hija. Tengo pastillas para tu dolor.
MAMÁ. ¿ACASO NO VES QUE QUIERO ESCAPAR.?
— Gracias madre. Usted siempre tan precavida. — Lo dije con tono de ironía. A alguien parecía gustarle ese tono.
Qué tipo tan idiota.